El penúltimo destino vacacional del año 2017 nos ha llevado hasta Dubai, un destino un tanto atípico para unas vacaciones de una semana de duración. Sin duda éste ha sido el año de oriente medio: después de Egipto y Qatar, todas las opciones pasaban por visitar los Emiratos y su ciudad emblema, Dubai, un destino que se ajustaba a nuestros deseos de viaje (un sitio cálido y no muy lejos de Alemania), un destino a priori relajado, aunque al final, como de costumbre, la semana se pasó en un abrir y cerrar de ojos y el tiempo no nos cundió tanto como habíamos pensado en un principio.
Dubai es una ciudad que se puede "conocer" en un par de días (también hay gente que dice "conocer" ciudades como Londres, Nueva York o Berlín en un fin de semana...para gustos), que es lo que la gente hace habitualmente aprovechando una escala en el país de camino o de regreso a algún otro destino más lejano, pero que también permite unas vacaciones más largas sin que se llegue a tener la sensación de que se trate de un destino monótono en absoluto. Uno de los inconvenientes de pasar unas vacaciones largas en Dubai es el económico: si te dejas llevar, no hay cartera que no sea emiratí que aguante el desenfrenado ritmo de vida y los precios ridículamente altos que todo tiene en Dubai. Aunque también hay opciones para los europeos de a pie.

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