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Brasil - Río de Janeiro e Iguazú (Parte 2 - final)

       Lo prometido es deuda...así que ahí va la segunda parte de la crónica de mi viaje a Río de Janeiro. En esta ocasión, centrado en el interior de la ciudad, lejos de las playas. Y para concluir, la visita a las cataratas de Iguazú, tanto en el lado Brasileño como Argentino, y la visita a la central hidroeléctrica de Itaipú en Puerto Iguazú, Argentina, un prodigio de ingeniería.
 
 
       Centro de la Ciudad
      
       El centro de Río ha sido uno de los descubrimientos del viaje. Sabedor de que no puede competir con la espectacularidad de las playas y parajes naturales que lo bordean, el centro es a menudo el gran olvidado en un viaje a Río de Janeiro. Con tiempo se pueden descubrir, paseando por sus calles, un buen número de sitios interesantes y, al menos para mi, desconocidos, al no gozar del favor de la masa de viajeros que se decantarán por las atracciones más conocidas de la ciudad. Arquitectura, historia, monumentos y curiosidades; una curiosa combinación que harán que la visita a los distritos de Centro y Lapa sea una sorpresa continua.
 
Vista panorámica del Centro de Río

       La ciudad cambia radicalmente entre la fantasmagórica imagen que ofrece al viajero que decide recorrer sus vacías y abandonadas calles durante el fin de semana (domingo principalmente) y el bullicio y vitalidad que ofrecen las mismas calles visitadas entre semana, donde la actividad es continua y frenética, con numerosos puestos de venta de comida ambulante (no te marches sin probar los salgados, una especia de bocadillos de varias formas y sabores característicos de Brasil) Habiendo visitado la zona en ambos escenarios, mi consejo es visitarla entre semana. La imagen que ofrece un domingo hará que posiblemente no te lleves una buena impresión de la zona, y muy probablemente tengas incluso algún 'contratiempo' con los numerosos sin techo que moran en la zona. La zona situada más al norte está sufriendo una completa renovación con vistas a los Juegos Olímpicos del año 2016 (principalmente la zona portuaria y aledaños del Museo del Mar)
 
Museo del Mar



      La visita, que ocupará posiblemente un día completo, te permitirá descubrir, entre otros, los siguientes lugares:

     Catedral Metropolitana: inaugurado en 1976 tras 12 años en construcción, la forma cónica y las vidrieras del templo, de 60m de longitud desde la base hasta la cúspide, constituyen su seña de identidad.






 
 
 
       Arcos de Lapa: acueducto del S.XVIII utilizado para el transporte de agua en su origen, se reconvirtió en vía de tranvía hasta que un trágico accidente en 2011 originó su clausura definitiva. El conjunto lo forman 42 arcos de algo más de 60 metros de altura.

 
 
      Escadaría Selarón: obra del artista Chileno Jorge Selarón, fallecido en 2013, es una de las curiosidades que se esconden en el distrito de Lapa. 215 escalones decorados con vistosos azulejos de todos los rincones del mundo dan un toque de color a esta subida escalonada donde turistas y pobreza cohabitan en un minúsculo espacio.



Desde lo alto de la escalinata, la vista no resulta tan llamativa


A apenas 50 metros de la Escadaria, el viajero se topa con
la realidad de Río de Janeiro


      Centro Cultural Banco de Brasil: edificio restaurado en 1906 y que ofrece una suculenta y variada oferta cultural, con exposiciones, películas o conciertos prácticamente a diario.





        Isla Fiscal: destaca el palacio neogótico de color verde, donde se realizó el último baile imperial a finales del S.XIX.


 


         Monumento a los Muertos en la 2 Guerra Mundial: situado en la Praza Pistóia, monumento al borde del mar entre el aeropuerto Santos Dumont y los jardines de Flamengo. La llama perpetua en honor al soldado desconocido se encuentra custodiada permanentemente por dos soldados.



      Iglesia de N. Sra de Candelaria: se cree que la construcción original (que poco tiene que ver con la imagen actual) data del S. XVI, cuando un capitán de barco que sobrevivió a un naufragio mandó construirla en honor a la Virgen de Candelaria.

 

      Monasterio de S. Bento: una de las mejores iglesias coloniales de la ciudad, según los catálogos de la oficina turística, porque la imagen que ofrece en la actualidad es la de una iglesia en restauración y donde es difícil imaginar el aspecto real de tal joya arquitectónica oculta entre andamios.




      Paço Imperial: antigua residencia del Gobernador y del monarca portugués Juan VI, el edificio es en la actualidad un centro de exposiciones público.


       Plaza XV de Noviembre: plaza que conmemora el 15 de Noviembre de 1822, el día de la declaración como República de Brasil. Tribus urbanas y skatters ocupan este lugar en la actualidad.


Largo do Paço, junto a la plaza 15 de noviembre

       Travessa do Comércio: pequeña calle adoquinada que parte de la Praza XV de Novembro a la que se accede a través del Arco de Telles. En la actualidad la travesía acoge numerosos bares y restaurantes entre bonitas casas coloniales.

Arco de Telles, acceso a la Travessa do Comércio
 


       Av. Río Branco: la quinta avenida carioca; rascacielos y un tráfico que no da tregua te recordarán la vorágine de la Gran Manzana. El contraste a la tranquilidad y calma de las playas del sur.
 





 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


Obelisco al inicio de la Avda. Rio Branco
 
       Iglesia de Nossa Senhora do Carmo da Antigua Sé: frente a la plaza del XV de Noviembre se alza la antigua catedral carioca, donde varios reyes fueron coronados.






       Museo Histórico Diplomático: en la Av. Presidente Vargas se encuentra este edificio que recuerda más a un edificio Estalinista Moscovita que a un Museo situado en Río de Janeiro.
 


         Teatro Municipal: La Avda. Rio Branco, además, de ser el alma financiero de Río, también alberga otros edificios reseñables, como el Teatro Municipal, el Museo Nacional de Bellas Artes y la Biblioteca Nacional, todos ellos en torno a la Praca Fioriano.






        Rúa Carioca: una de las calles mas emblemáticas del Centro de Río es la Rúa Carioca; edificios de estilo colonial pueblan esta calle, que muestra su mejor cara los días laborables, cuando la gente inunda las calles y los negocios se encuentran abiertos. Una calle muy cercana a la Catedral de Río que visitarás sin duda si te decides a adentrarte en la historia de la ciudad.



 
 
       Los alrededores de la Catedral de Río encierran rincones que están esperando ser descubiertos: la Catedral Presbiteriana de Río (situada en una pequeña calle frente a la Catedral Metropolitana y rodeada de grandes edificios que parecen querer esconderla de miradas indiscretas), altos rascacielos en el entorno de la parada del metro Carioca junto al convento de S. Antonio (actualmente cerrado debido a trabajos de restauración) o enjambres de viviendas en la Avda. Presidente Vargas.
 
 
Catedral Presbiteriana de Río
Plaza Carioca, fin de semana
Convento de S. Antonio
Avda. Presidente Vargas, autenticas colmenas humanas

Plaza Carioca, día laboral
       El centro de Río alberga otros muchos rincones que esperan a ser descubiertos, un continuo contraste entre edificios de nueva construcción y edificios coloniales clásicos. Te invito a que te pierdas por las callejuelas del centro de la ciudad para descubrir estos rincones, ¡la experiencia merece la pena!


Rúa Senador Vergueiro

Club del Automóvil de Brasil
Rúa da Gloria, frene a la Catedral Metropolitana

Edificio acristalado frente a la Catedral Metropolitana
Edificio de Correos y Telégrafos


Alrededores del Museo del Mar






Museo Naval



















       Maracaná

        En el templo del fútbol mundial se puede realizar una completa visita a sus instalaciones (18 BRL) que te permitirán sentirte como un periodista en sus cabinas de prensa, un jugador a punto de saltar al terreno de juego o un entrenador en el banquillo o en la sala de prensa dando explicaciones sobre el resultado del partido.



En las cabinas de prensa
En el palco de autoridades
La sala de prensa...¡se respira la tensión en el ambiente!
En el túnel, listo para saltar al campo
De entrenador...¡una visita agotadora!

           El aciago recuerdo del mal papel de la selección Española en el pasado mundial ha quedado grabado en el vestíbulo del estadio, donde un contundente 0-2 ante Chile resultó en la salida prematura de nuestro combinado del campeonato mundialista para tranquilidad de los brasileños (y de otras muchas selecciones). Una visita que puedes hacer por libre y que te llevará poco más de una hora.
 
 
 
 
 

           Numerosas empresas de turismo (incluso en los hoteles) ofertan la asistencia a partidos de fútbol (en torno a 100-150 BRL). Lamentablemente no pude acudir a ninguno, ya que el derbi entre el Fluminese y el Botafogo se disputaba el día de mi partida desde Río hacia Foz de Iguazú, pero estoy convencido que hubiera resultado una experiencia única.





        Sambódromo

        Posiblemente la mayor decepción del viaje a Río. No es que esperase ver algo espectacular, pero resulta difícil creer que este aséptico lugar, entramado de hierros y hormigón, pueda ofrecer tanto y tan poco al mismo tiempo. La desoladora imagen de los 500m de gradas vacías y desnudas contrasta con las imágenes que cada carnaval inundan los informativos con este lugar repleto de gente y cofradías de samba. Abandono y bullicio; soledad y multitudes; tranquilidad y algarabía. Un lugar que claramente sólo merece la pena visitar en el marco del evento para el cual fue concebido por su autor, el arquitecto Oscar Niemeyer. Destaca el gran arco-escultura que domina el lugar. Lanzo una pregunta que resolveré más adelante: ¿a qué te recuerda el arco? La respuesta...en el capítulo dedicado a las favelas.
 
Gradas vacías del Sambódromo...en un par de meses estarán repletas

Algunos impacientes...
         Cristo del Corcovado

        130 años de historia. Seguramente sea la visita por excelencia de todo viaje a Río. El cerro del Corcovado se alza orgulloso a más de 700m de altitud sobre la bahía de Río. El acceso a la parte superior del cerro se puede hacer utilizando el tradicional tren de cremallera (51 - 62 BRL), que sale cada 20 minutos y salva el desnivel en unos 30 minutos de trayecto, o en microbuses por carretera. Yo utilice el tren, una turistada recomendable. Un consejo: si puedes planificarlo con tiempo, mejor comprar las entradas por internet. Los trenes no tienen mucha capacidad e incluso en días entre semana las colas que se forman por la mañana te pueden hacer perder buena parte del día en este trámite. A modo de ejemplo yo llegué a la taquilla en torno a las 9:30 y tras una hora de espera solo conseguí plaza en el tren que partía a las 12:30. Por suerte en la plaza adyacente a la estación del tren hay una tienda de recuerdos que ofrece los mismos artículos que la tienda oficial del recinto (y muchos otros más) a precios mucho más asequibles, así que podrás entretenerte durante la espera comprando algunos recuerdos.



 

      El cerro está coronado por la imagen del Cristo Redentor, que sin ser el más grande del mundo es sin duda el más conocido, debido posiblemente al marco incomparable en el que se encuentra. Ocupando la 4ª posición de este curioso ranking con 30,1m (el de las imágenes de Cristo más grandes del mundo) donde el vencedor indiscutible es el Cristo de La Paz en Cochabamba (Bolivia) con 34m; por lo que me toca al ser Palentino, merece la pena señalar que en mi localidad natal se encuentra el Cristo del Otero, de 30m de altura (aunque hay cierta polémica en torno a este dato, ya que la realidad es que la altura exacta de la estatua se desconoce), obra de Victorio Macho y del que muy poca gente, incluso en España, conoce de su existencia y que cierra el ranking de los 5 cristos más altos del mundo. De aspecto más sobrio (¡es castellano!) y diseño art decó, ambas estatuas guardan pocas similitudes, pero curiosamente el Cristo del Otero y el Cristo Redentor se construyeron en 1931. Una buena razón para visitar Palencia :-)
 

 
 
Cristo del Otero, Palencia


        























         Al descender del tren, una escalera (o un ascensor para los más cómodos) te conducirá hasta la base de esta imagen mundialmente conocida. Tiendas de souvenirs, cafeterías y miradores completan la oferta de la atracción turística por excelencia de Río. Siempre hay gente en este monumento, por lo que tendrás que "pelearte" con el resto de los visitantes para conseguir una buena fotografía o una buena posición en el fascinante mirador que ofrece una de las más espectaculares y completas vistas de Río.

Lago Rodrigo da Freitas
Panorámica de Botafogo y el Pan de Azúcar

Estadio de Maracaná
El Centro de Río
      Pese a estar pendiente de la previsión meteorológica a lo largo de la semana y elegir el día a priori más claro y con menos nubosidad de mi estancia, el tiempo volvió a mostrarse caprichoso y por momentos la imagen del Cristo permaneció oculta por una densa niebla originada por las nubes que, apareciendo de la nada, se generaban en las inmediaciones del lugar, privandome al tiempo de disfrutar de una vista clara de toda la costa carioca. Una pena y una buena razón al mismo tiempo para tratar de regresar en el futuro, en busca de una mayor complicidad meteorológica. El mejor momento para visitar este monumento es por la mañana ya que a partir del mediodía el sol se sitúa por detrás del Cristo.


Algunos afortunados disfrutaron de mejores vistas y ¡sin multitudes!





 
         Las favelas
       

        Seguramente la visita menos convencional en un viaje a Río. Pocos (o ninguno de mis conocidos) entendieron mi visita a varias favelas de la capital carioca, pero en mi opinión si no conoces (aunque sea superficialmente) las favelas y la realidad de la gente que allí habita la visita a Río no es completa. Las favelas son una realidad en Río y se encuentran por todas partes. Situadas en las laderas de las numerosas colinas que bordean la ciudad, estos humildes enclaves se originaron cuando a finales del S. XIX los soldados supervivientes de la guerra de Canudos llegaron a la capital carioca reclamando los terrenos que el gobierno les había prometido. Ante la negativa de los gobernadores, no les quedó más remedio que desplazarse a las montañas de las afueras de la ciudad para tratar de sobrevivir. Además de las dificultades propias de la orografía del terreno, los cerros estaban plagados de una planta, la favela, de profundas raíces y que complicaba enormemente la construcción de infraviviendas. De ahí el nombre de estos barrios que con el tiempo se convirtieron en refugio de mafias, contrabandistas y traficantes. Con el motivo del mundial de fútbol de 2014, gran parte de ellas se "pacificaron", aunque la realidad dista mucho de la pacificación anunciada a bombo y platillo por el gobierno Brasileño. Las bandas siguen operando y durante toda visita a las favelas escucharás cohetes a plena luz del día (método empleado por los delincuentes para comunicarse entre ellos ante la presencia de patrullas policiales), verás elaboradas puertas blindadas en humildes viviendas que llamarán tu atención y en ocasiones gente armada con armas automáticas ocupando los tejados de los edificios. Lo mejor, como siempre, discreción y tratar de integrarte entre la gente. Dos de las favelas las visité por libre: la de Cantagalo y la de Ciudad de Dios, una de las más peligrosas (recomiendo una excepcional película del mismo título al que esté interesado) He de reconocer que en ésta última no me adentré tanto como me hubiera gustado: el laberinto de calles y mi sexto sentido me invitaron a salir pronto de ella. En cualquier caso, huelga decir que en toda visita a una favela por libre el sentido común debe imperar: en Ciudad de Dios me adentré sin más posesiones que la ropa que llevaba puesta: ni cámaras, ni teléfonos, ni relojes ni nada que pudiera suponer un problema (el dinero justo para llegar al lugar en metro y regresar por el mismo método al hotel)
 
Vista desde el mirador de acceso a Cantagalo
Vista desde el mirador de acceso a Cantagalo
Acceso a la favela Cantagalo



        En una excursión organizada visité la favela Rocinha (www.bealocal.com, 85 BRL) y la situación cambió radicalmente. Además de ir acompañado por alguien de allí, se respira un ambiente de relativa seguridad, lo que te permitirá pasear con tu cámara y teléfono sin preocuparte excesivamente por lo que pueda pasar. Es una "favela turística" y eso se nota. Nada que ver con Ciudad de Dios, pero la visita resultó muy gratificante y aprendí mucho de la visita.
 
Vista general de la favela Rocinha
Vista general de la favela Rocinha
Por las calles de la favela
Curioso..las calles siguen un orden
 
        Las condiciones higiénicas en la favela son lamentables: no hay alcantarillado y los residuos se amontonan en los solares de viviendas deshabitadas. No hay servicio público de luz, así que cada favela "toma" la luz de donde puede...pregunté si con tales instalaciones no se producían incendios y el guía me comentó que al principio sí eran frecuentes, pero que ya no son tan habituales. Hay que reconocer que a la vista de las imágenes, esta gente sabe mucho de electricidad para montar semejante tinglado y no salir ardiendo. Durante la visita tuvimos la oportunidad de visitar un centro de atención de menores; según me comentó el guía, parte del dinero pagado por la visita a la favela se destina a este centro dedicado a atender a menores para evitar que caigan en manos de mafias. Una buena iniciativa.
 
Conducciones de agua en una calle "principal" de la favela
Sin comentarios...¡faltaría saber el precio!
La favela desde el centro de cuidado de niños
Instalación eléctrica en la favela
 
        Al pie de la favela, una escultura familiar, la misma que preside el sambódromo. La respuesta a la pregunta lanzada: el arco simboliza las nalgas de una mujer brasileña vistiendo tanga, según manifestó su autor cuando se le preguntó por el simbolismo de su obra.
 

 
       Sin tiempo para más, tras casi una semana en Río, hora de hacer las maletas de nuevo y poner rumbo a Foz de Iguaçu.

                             Cataratas de Iguazú

       Una de las siete maravillas naturales del mundo y Patrimonio de la Humanidad. Cerca de 300 saltos de agua, con una anchura máxima de 2700m y compartidas por Brasil y Argentina (aunque la mayor parte de los saltos se ubican en el lado Argentino). La altura máxima, de 80m, se localiza en la Garganta del Diablo, nombre que sólo podrán entender aquellos que hayan visitado el lugar y escuchado el estrépito causado por el agua en su caída. El caudal de agua varía entre los 1500-1800 m3 por segundo, aunque en Junio de 2014 el río Iguazú sufrió una de las mayores crecidas de la historia reciente y el caudal aumentó repentinamente hasta los 45000 m3 por segundo, lo que arrastró las instalaciones superiores del lado Argentino (Garganta del Diablo e isla S. Martín), accesos que a fecha de mi visita en Noviembre 2014 aún permanecían cerradas.

     Dos parques naturales - Parque Nacional do Iguaçu en Brasil y el Parque Nacional Iguazú en Argentina - que se complementan y necesitan mutuamente.

     Parque Nacional do Iguaçu – Brasil
 


     El acceso al parque (52 BRL) te permite utilizar los autobuses panorámicos que recorren el recinto. Y es que el acceso al parque se encuentra a unos diez kilómetros de las cataratas, recorrido que podrás hacer cómodamente en uno de los autobuses. El autobús tiene paradas intermedias que te permitirán acceder a actividades complementarias (con coste adicional, no incluido en el precio de acceso al parque) como el centro Macuco para el Safari y las excursiones de rafting y bautismos de agua. Si desciendes del autobús frente al hotel rosado de las cataratas, accederás directamente al sendero de 1200m que recorre los saltos de agua hasta llegar a la plataforma de la Garganta del Diablo y al mirador panorámico situado al borde de uno de los saltos. Un espectáculo difícilmente superable. Durante el paseo los saltos de agua del lado Argentino te acompañarán y asombrarán. El mejor momento para la visita es por la mañana, donde los juegos de luz y agua provocan espectaculares arco iris que sólo son visibles desde el lado Brasileño.





     En la plataforma de la Garganta del Diablo acabarás completamente empapado, así que mejor llevar un juego de ropa seca de repuesto y buena protección para la cámara.









     Si consigues desengancharte de las vistas y la inigualable experiencia que ofrece este entorno idílico, puedes continuar el paseo hasta Puerto Canoas, la última parada del autobús del parque y donde se hallarás un par de sitios de restauración (uno de comida rápida y otro más elaborado y caro) en un entorno único.
 






Bautismo de agua, con la barca que parte desde el lado Argentino


 
      Puerto Canoas e uno de los pocos sitios en los que podrás comer alejado de los coatíes, la mascota del parque, de aspecto entrañable (mezcla de perro y gato) pero que se pueden volver agresivos ante la presencia de comida.

 
El siguiente video te muestra lo que puedes esperar en tu visita al parque.



       Parque Nacional Iguazú – Argentina
 

        El acceso al lado Argentino de las cataratas desde Brasil no es tan sencillo como cabría esperar (al fin y al cabo sólo hay que cruzar un río, ¿no?) Desde la estación central de autobuses de Foz de Iguaçu puedes tomar un autobús con destino a Puerto Aguazú – Argentina (4BRL ó 20 AR$, ya que se puede pagar tanto en reales brasileños como en pesos argentinos)  El trayecto por carretera entre ambas localidades, de unos 25 minutos, se prolongará algo más por los trámites de aduanas, ya que debes sellar tu pasaporte de salida de Brasil y de entrada en Argentina. El autobús desde Brasil te dejará en la aduana Brasileña y no esperará a que regreses; no olvides pedirle el resguardo del viaje para evitar pagar de nuevo el billete una vez hayas cumplimentado los trámites de salida de Brasil. Una vez completado el formalismo, deberás tomar de nuevo el autobús para atravesar el puente sobre el río Iguazú, decorado con los colores brasileños y argentinos. Al final del puente se encuentra la frontera Argentina, así que deberás apearte de nuevo del autobús para cumplimentar el registro de entrada en el país; en esta ocasión el bus te esperará (siempre que no tardes mucho y no haya mucha gente esperando) Desde la frontera hasta Puerto Iguazú hay apenas 5 km. Pronto llegarás a esta localidad Argentina de apenas 40000 habitantes situada a unos 15Km de las cataratas, a las que podrás llegar en autobús o taxi.


       La entrada al parque (215 AR$) sólo puede ser pagada en metálico (las tarjetas de crédito no se aceptan) Curiosamente, a pesar de tener cerrados dos de sus más importantes reclamos turísticos (la pasarela de la Garganta del Diablo y la isla de S. Martin), el precio permanece inalterable – en la entrada sólo anuncian el cierre de la Garganta del Diablo, ni una mención sobre la isla S. Martin). El parque es mucho más grande que el del lado Brasileño y ofrece muchas más actividades para el visitante. En este caso no hay autobuses si no un pequeño tren que recorre el parque, desde la entrada hasta la estación cataratas (cerrada, punto de acceso a la Garganta del Diablo) pasando por la zona de servicios del parque, también accesible andando a través del Sendero verde, un tramo de unos 600m de longitud que conduce hasta los accesos a los senderos superior e inferior.
 

 
 
      El circuito superior permite disfrutar de los saltos de agua desde pasarelas situadas en la vertical de los mismos, ofreciendo una vista distinta de los mismos. Tiene una longitud de 650m (hay prevista una ampliación de 1000m para 2015)




 
      El circuito inferior, de 1700m, ofrece las vistas más espectaculares de las cataratas de Iguazú, visitando entre otros el murallón de agua del Salto Bossetti. El detallado plano de la entrada te permitirá identificar de forma sencilla los distintos saltos de agua que verás durante el recorrido.








 
      El sendero Macuco te conducirá a través de un sendero agreste (7000m ida y vuelta) hasta el arroyo Arrechea y su salto de agua de 20m de altura, donde podrás disfrutar de un agradable baño. Durante el trayecto podrás ver varias especies animales, abundando los armadillos, lagartos e iguanas, pequeños mamíferos roedores  y monos caí (que yo no conseguí ver a pesar de que parecen ser muy abundantes)


Esto no se qué es...
El arroyo Arrechea



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
     
         Como actividad complementaria puedes hacer el bautismo de agua (270 AR$), una experiencia que recomiendo a todo el mundo: un trayecto de unos 15 minutos que te llevará a disfrutar la inigualable sensación de sentir el agua de los saltos caer sobre ti. Para que te hagas una idea de lo que te espera, te invito a que veas el siguiente video.












* Dedicado a mis tíos Jesús y Juani, a los que les hace especial ilusión visitar esta zona y que espero algún día puedan hacerlo



        Puerto Iguazú



       Esta pequeña población Argentina, caracterizada por el aspecto rojizo de sus calles, tiene poco que ofrecer al viajero. Lo más destacado es el hito de las tres fronteras, un obelisco conmemorativo (similar a los erigidos en Brasil y Paraguay por el mismo motivo) de la singularidad de éste lugar, donde confluyen los ríos Paraná e Iguazú, formando la frontera natural entre Argentina, Paraguay y Brasil.




 
      La localidad tiene no obstante una animada vida nocturna, con numerosos restaurantes y bares de copas. De entre ellos me permito recomendarte el restaurante “La Dama Juana”, situado muy próximo a la estación central de autobuses y done podrás disfrutar de exquisita carne Argentina preparada de forma excepcional (a la brasa, como mandan los cánones) y a un precio muy competitivo. Un buen servicio y un ambiente agradable hicieron de ésta cena uno de los momentos más agradables de mi visita a Puerto Iguazú.

Curiosa multa...
Atardecer sobre Paraguay desde Argentina
         Itaipú
       Muy cerca de Foz de Iguaçu en Brasil se sitúa esta central hidroeléctrica, la segunda del mundo por volumen de energía producida por detrás de la central de las tres gargantas en China. Situada en la frontera entre Brasil y Paraguay, la presa de Itaipú presenta una particularidad única: es un territorio que tiene una consideración especial de binacionalidad, lo que significa que todo lo que hay en este recinto es compartido a partes iguales por Brasil y Paraguay, así como la producción eléctrica, que también se reparte de forma equitativa (aunque Paraguay vende su parte a Brasil, ya que no tiene necesidades energéticas tan elevadas como las de su gigante vecino). Un prodigio de ingeniería de dimensiones y cifras descomunales:
  • El volumen de las excavaciones fue 8 veces superior al del eurotunel que une Francia e Inglaterra.
  • El hierro y acero empleados en Itaipú son equivalentes al que se necesitaría para construir 380 torres Eiffel.
  • La altura máxima de la presa equivale a la de un edificio de 85 plantas.
  • El vertedero de la presa (por donde se deshecha el caudal sobrante de la presa) soporta un caudal 40 veces superior al caudal medio de las cataratas de Iguazú
  • El hormigón empleado en la construcción es equivalente al que se necesitaría para construir 210 estadios como el de Maracaná.

 
       La visita (26 BRL) comienza con un audiovisual en el que tratan de vender la idea de que la construcción de la presa no tuvo impacto en el medioambiente y que la fundación trabaja en la sostenibilidad de las instalaciones…lo que no mencionan son las miles de hectáreas que arrasaron cuando el embalse se llenó, llevándose por delante toda vida animal y vegetal que había allí. Por si se te ocurre preguntar por esto, verás que no eres el primero en hacerlo por la estudiada respuesta que recibirás del guía del tour. A continuación un tour en autobús de 1.5 horas te llevará a visitar algunos de los puntos más destacados de este coloso: miradores, la presa, los generadores, el canal…  

El vertedero, sin agua que arrojar el día de mi visita


Los enormes generadores de la presa (24)

El vertedero desde la parte superior de la presa
El puerto, acceso al enorme lago, con su tono rojizo en la orilla
      
        El tiempo se acaba…una vez completado el trabajo en Sao José dos Campos y tras tres semanas por tierras sudamericanas era momento de preparar las maletas de nuevo.

Despedida desde el aeropuerto de Guarulhos, en Sao Paulo
      
        El vuelo de regreso me trajo de vuelta al viejo continente en un A340 no renovado de la compañía Iberia, volando a 35000 pies. Varias películas (retratos de una obsesión, de Robbin Williams, una película lenta y previsible que desearás que llegue a su fin; las dos caras de enero, película serie B más propia de la sobremesa del fin de semana que de una sala de cine; y la última entrega de los transformers, la era de la extinción… ¡qué decir! 165 minutos de destrucción, maquinas, monstruos…), un par de servicios de comida y una pequeña siesta fue todo lo que dio de sí el viaje de regreso. Escala en Madrid y vuelo a Dusseldorf. Si el viaje comienza con la emisión de los billetes de avión, para mí finaliza cuando el avión toma tierra en el destino de origen, donde todo comenzó. El serpeante Rhin me indica que el final del viaje está próximo. Al sentir el impacto de las ruedas del avión al tocar tierra en territorio germano me dije “se acabó, ahora sí que ha terminado el viaje
 
 
        Y es entones cuando comienzo a pensar en mi próximo destino, en esta ocasión será Rovaniemi (la región de Laponia en Finlandia), dónde iré en un par de semanas en busca de las auroras boreales...¡os mantendré informados!

 

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