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Vietnam: Hanoi y bahía de Ha Long

Hanoi

       La capital de Vietnam fue el destino elegido para mi escapada personal en Asia. Finalizadas las vacaciones con M y la pandilla española, y antes de comenzar la actividad profesional de nuevo en Singapur, viajé unos días al norte de Vietnam. Para llegar hasta allí volé con VietJet (135€, con maleta de 20Kg incluida), en vuelo directo de unas 3h desde Singapur, un vuelo muy cómodo y tranquilo que me llevó de forma puntual a la novísima terminal internacional del modesto aeropuerto de Noi Bai, situado a unos 45Km del centro de la capital. 


      Para llegar al centro, además del taxi (los que me seguís habitualmente ya os habréis dado cuenta de que el taxi siempre es la última opción para mí...), se puede optar por el autobús. Los autobuses interurbanos No. 7 y 17 conectan el aeropuerto con el centro en algo menos de una hora, por unos 15000 VND. Los autobuses tienen una frecuencia de unos 15-20min. Otra opción es usar los autobuses de Vietnam Airlines (minibuses con su característico color rosa), que tienen una frecuencia horaria y emplean unos 40 minutos en llegar al centro (la oficina y punto de llegada y salida de los autobuses se encuentra en Quang Trung, al sur del lago Hoàn Kiếm) El precio es de 40000 VND. A mi llegada vi gente esperando el autobús interurbano y nadie esperando el de Vietnam Airlines, así que supuse que había partido hacía poco tiempo y me embarqué en el autobús número 7, principalmente usado por locales (creo que era el único occidental en ese viaje a bordo). La persona que vendía los billetes a bordo me avisó cuando llegó el momento de bajar en la periferia del barrio antiguo de Hanoi, y desde allí hasta el hotel tuve un corto paseo que me sirvió para "familiarizarme" con el ambiente del barrio antiguo.   

El alojamiento

     El alojamiento elegido para mi estancia inicial en Hanoi fue el Hanoi Old Centre Hotel (24€/noche con desayuno), un hotel modesto perfectamente ubicado en los alrededores de la plaza central de Hanoi. El hotel ofrece un aceptable set de amenities en la habitación, buena conexión Wifi, frigorífico en la habitación y un personal de lo más atento y amable (marca del país). El desayuno resultó ser un poco justito (sobre todo el buffet), pero además del buffet ofrece varios platos a elegir con opciones tanto asiáticas como occidentales (noodles, tostadas, huevos...). Un alojamiento correcto para el precio que tiene, y que tiene en su ubicación su mejor argumento. 


      Siendo Hanoi prácticamente la última parada de mi viaje de vacaciones, de nuevo fallé en la planificación del viaje por falta de tiempo. Así que me encontré en Hanoi con seis días por delante sin prácticamente ningún plan concreto en mente. Tenía claro que quería ir a la bahía de Ha Long, pero tratar de buscar un barco para una estancia de 1 ó 2 noches en Ha Long se transformó en una tarea harto complicada; contacté desde Alemania con varias empresas, pero cada una me contaba su particular historia y ninguna terminaba de convencerme. Finalmente decidí reservar mi viaje a Ha Long en la recepción del hotel a mi llegada, con lo que tuve que cancelar el resto de mi estancia, ya que el viaje comenzaba ¡al día siguiente! No me pusieron ningún problema con el cambio, y como el hotel tampoco me había convencido al 100%, decidí reservar en otro alojamiento para las 3 noches restantes en Hanoi después de mi crucero de 3 días por Ha Long. Para la segunda parte de mi estancia en la capital vietnamita me decanté por el Hotel Rising Dragon (27€/noche la habitación superior con desayuno), un hotel situado en el barrio antiguo de la ciudad que ofrece habitaciones muy nuevas y muy amplias. Me dieron una situada en la última planta del edificio y quedé muy contento con las instalaciones en general. Buena conexión WiFi, habitación muy limpia, un desayuno correcto (algo mejor que el del Hanoi Old Centre Hotel, pero tampoco mucho). Una buena opción - aunque supongo que en línea con la mayoría de los establecimientos de esta categoría en la ciudad. Solo dos puntos negativos a comentar: al pagar me dijeron que si pagaba con tarjeta me cargaban un 3% adicional. Después de revisar la reserva que hice en booking.com, como no ponía nada al respecto les dije que escribiría una queja o mala evaluación porque la información en booking claramente decía que se podía pagar con tarjeta (y no mencionaba ningún coste añadido). No era por el dinero en sí (el 3% de 80€...), si no por la sensación de sentirme engañado. Ante la posibilidad de una opinión negativa, aceptaron que pagara el importe original con tarjeta. El segundo punto negativo fue el desayuno para llevar. Como abandoné el hotel antes de que abrieran el restaurante, solicité el típico desayuno para llevar, que resultó ser una tomadura de pelo:una rebanada de pan de molde y un huevo...que para mi sorpresa resultó estar...¡crudo!. Darte cuenta de ello en el aeropuerto al tratar de "pelar" lo que yo pensaba era un huevo duro no fue muy agradable, como os podéis imaginar; con la maleta ya facturada me encontré con la camiseta y el pantalón cubierta de huevo...al final el hotel se llevó mi comentario no tan positivo como hubiera merecido por el alojamiento en sí en booking por estos dos motivos. 


La visita

      Sin más guía que la obtenida por un par de artículos que había leído en internet y armado con la inestimable ayuda de google maps, (compré una tarjeta SIM local para mi estancia nada más llegar por 150000 VND) me lancé a conocer la ciudad a mi aire, caminando y dejándome llevar por las sensaciones para decidir qué dirección tomar. La actividad turística de la ciudad se concentra en el barrio antiguo, un entramado de callejas cuyos locales comerciales están ocupados por cientos de agencias de viajes, cafeterías o restaurantes, hoteles...una zona con una actividad vibrante, actividad que contrasta con la tranquilidad (casi sobrecogedora) que se palpa en la zona a partir de las 21:00h, cuando prácticamente parece un barrio fantasma - los días de diario, claro, porque los fines de semana la historia cambia y el barrio antiguo de Hanoi muestra su mejor cara. Los domingos la plaza central y las calles que bordean el lago Hoàn Kiếm se cierran al tráfico y los peatones se lanzan a ocupar el espacio normalmente ocupado por las motos (el medio de transporte por excelencia del país). Un paseo alrededor del lago es la mejor forma de empaparse de las tradiciones dominicales de los hanoienses: los grupos de jóvenes se reúnen en torno a algo parecido a nuestras "peñas" de las fiestas de los pueblos, y vestidos todos iguales recorren las calles arrastrando sus carritos donde nunca falta un estridente altavoz emitiendo su música favorita. La gente se reúne para hablar, para bailar, hacer tai chi...cualquier cosa vale, siempre que se haga en grupo y a la vista de los demás. Y es que la vida en Hanoi se hace en la calle. Resulta de lo más entretenido pasear a la espera de comprobar qué es lo próximo que acontece, o simplemente sentarse en una terraza o un bordillo armado con una refrescante coca-cola o una cerveza local y ver pasar la ciudad delante de ti. 











       Pero al margen de su ambiente, Hanoi también ofrece un buen puñado de puntos de interés más tangibles. El pasado como colonia francesa es evidente en muchos rincones de la ciudad, y Hanoi conserva con mimo esta herencia (pese a que no terminaran muy bien con sus colonizadores...). Los franceses ocuparon la ciudad entre 1873 y 1940, convirtiéndose en este periodo en la capital de la indochina francesa, y los franceses se emplearon a fondo en dejar su huella, lanzando una renovación urbanística en la ciudad cuya huella ha llegado hasta nuestros días (a pesar de los bombardeos sufridos por la ciudad durante la II Guerra Mundial). Especial mención merecen los siguientes lugares:
  • La Catedral de S. José, iglesia de finales del S. XIX de estilo neo-gótico, conocida popularmente como la pequeña Notre Dame, por su innegable parecido con la catedral homónima de Paris (aunque hay quien dice que el nombre hace referencia a la catedral de Ho Chi Minh...con la que no guarda muchas similitudes, desde mi punto de vista...pero ahí está el debate).



  • La ópera de Hanoi, construida a principios del S. XX en pleno periodo de dominación francesa, inspirada en la ópera más antigua de Paris (el Palais Garnier), se erige como uno de los edificios más bellos de toda la ciudad. 

  • La prisión histórica de Hoa Lo, (30000 VND) un museo dedicado a la barbarie y la sinrazón de lo que el ser humano es capaz. En la actualidad las instalaciones se usan como pretexto para tratar de honrar a los vietnamitas que murieron luchando contra los franceses. También es conocida como el Hilton Hanoi, ya que en sus instalaciones pasaron encarcelados 9 años pilotos estadounidenses durante la guerra de Vietnam. Se pueden visitar las celdas y hay exposiciones de los instrumentos de tortura usados tanto por franceses como por los vietnamitas. Me recomendó la visita una pareja de Paraguay que conocí en el crucero por Ha Long, pero la verdad es que desde mi punto de vista se podían haber ahorrado la recomendación. 

  • La iglesia de los mártires (Nhà thờ Cửa Bắc), cuya construcción data del año 1932. Es una de las tres iglesias católicas principales de Hanoi, junto con la Catedral de S. José y la iglesia de Ham Long



        Pero hay mucho más en Hanoi al margen de su pasado colonial. Los principales puntos de interés se encuentran en las proximidades de los lagos Hoàn Kiếm, en el barrio antiguo, y Trúc Bạch algo más al noroeste. Posiblemente una de las imágenes más conocidas de Hanoi sea la de la torre de la tortuga (Tháp Rùa), una pequeña torre que se alza en medio del lago Hoàn Kiếm como homenaje a un antiguo guerrero vietnamita que guió a su país hacia la liberación de China, allá por el S. XIV. La torre actual data de finales del S. XIX.   

El agua de Hoàn Kiếm presenta un extraño aspecto "radioactivo"


Lago Trúc Bạch



      Tratándose de Vietnam, no pueden faltar los templos en el recorrido (en su mayoría taoístas). Los hay prácticamente para todos los gustos: grandes y pequeños, antiguos y modernos, ocultos bajo una vetusta fachada cubierta de moho o enclavados en entornos espectaculares al borde de los lagos. Como no podía ser de otra manera, visité unos cuantos durante mi estancia:

  • Ngoc Son (30000 VND), es posiblemente el templo más conocido y visitado de Hanoi. Se encuentra en una isla en Hoàn Kiếm y se accede a través de un puente rojo llamado sol naciente. Este templo guarda mucha relación con la torre de la tortuga, ya que sus orígenes se encuentran en el mismo guerrero épico, Le Loi, un pescador que, según cuenta la leyenda, encontró una espada mágica entre sus redes de pesca. Gracias a la espada y a las guerras ganadas con ella, se convirtió en rey. Mientras navegaba por el lago, un día emergió una tortuga gigante de las aguas que le reclamó la espada. Le Loi se la entregó y la tortuga despareció de la misma manera que había emergido, llevando la espada en la boca. Desde entonces, las tortugas gozan de ciertos privilegios en el lago (pese al color verde radioactivo del mismo) y se mandó construir este templo (y más tarde la torre de la tortuga) para conmemorar aquel episodio. Una enorme tortuga preside la entrada al templo.  


  • Trấn Quốc, el templo budista más antiguo de Hanoi, situado en una isla a orillas del lago Tây. La construcción del templo original data del S. VI, aunque su elemento más característico es la pagoda central, que data del año 2004. Las pagodas que la rodean datan del S. XVII y guardan las cenizas de los monjes de la comunidad. El color de las pagodas es rojo, en referencia a la suerte y prosperidad que este color simboliza en las culturas chinas y vietnamitas. Es sin duda uno de los lugares que no puedes pasar por alto si visitas la ciudad.



  • Đền Thủy Trung Tiên, se encuentra muy cerca del Trấn Quốc, pero mirando hacia el lago Trúc Bạch. Es un pequeño templo, muy tranquilo, al que se accede a través de un puente de piedra construido en cinco tramos. Un buen lugar en el que parase a tomar un respiro, por la tranquilidad que transmite. 




  • Templo de la literatura (Dai Thanh Mon, 30000 VNP - http://vanmieu.gov.vn/en), situado al sur de la ciudad imperial de Thăng Long, el templo data del S.XI y está dedicado a Confucio. Es la imagen que ilustra el billete de 100000 VND. El recinto está compuesto por varios edificios (templos, bibliotecas, museos) y está rodeado de jardines, con un par de lagunas en su parte central. Posiblemente uno de los templos más visitados y conocidos de Hanoi por su importancia histórica.  








  • Pagoda del pilar único (Chùa Một Cột), situada entre el Memorial y el Museo de Ho Chi Minh, se encuentra esta pequeña pagoda que se alza sobre un pilar en el medio de un pequeño estanque, muy venerada entre los locales - cuenta la tradición que las parejas que quieran ser bendecidos con muchos hijos han de acudir a esta pagoda a realizar sus ofrendas a Buda. Es una de las imágenes más características de la ciudad ya que su particular arquitectura, asemejándose a una flor de loto, la hace único a nivel mundial. En los alrededores se puede tomar un respiro a la sombra en los jardines que rodean el estanque o visitar algún templo cercano, como el Chùa Diên Hựu



Chùa Diên Hựu
  • Chùa quán Huyền Thiên, situado frente al mercado de Đồng Xuân se ubica esta pagoda oculta tras una fachada que no invita para nada a descubrir lo que se oculta tras ella. Una vez se traspasa el umbral, la imagen del templo es otra, mucho más atractiva. El templo original data de principios del S. XI, aunque ha sufrido numerosas restauraciones desde entonces. Su interior custodia algunas tallas de madera muy antiguas; la estructura de madera y su cuidada decoración son motivos más que suficientes para visitar este templo. 






  • Đền Quán Thánh (30000 VND), situado al norte de la ciudad, al sur del lago del Oeste (pagoda de la puerta del Norte), se ubica este templo que data del año 1012; aunque originalmente estaba al norte del lago, fue traslado a su ubicación actual en el S.XV después de la expansión de la ciudad imperial. En su interior se puede ver la grandiosa estatua de Huyen Thien Tran Vu, a quien está dedicado el templo, una obra maestra del arte en bronce vietnamita con tres siglos de antigüedad. 


       Recorriendo las calles de Hanoi puedes descubrir innumerables templos, de esos que normalmente no salen en las guías de viaje y que simplemente salen a tu paso reclamando un pedazo de tu atención, reclamación para la que normalmente no les faltan argumentos, como el Chùa Châu Long, un bonito templo oculto tras una fachada semiderruida, al borde del lago del Oeste; el Chùa Cầu Đông, la pagoda de la puerta del Este, que data de principios del S. XI; Đền Bạch Mã, en la ciudad antigua, donde destaca la figura de un caballo blanco que representa al espíritu de la antigua Hanoi, en cuyo honor se construyó este templo allá por el S. XIX en pleno periodo de construcción de la Citadel, aunque el edificio actual data del S. XVIII; la pagoda Ly Trieu Quoc Su, situada a escasos 100m de la Catedral de S. José es posiblemente la pagoda más antigua de su clase en Hanoi - pese a que solo abre por la tarde, merece la pena acercarse para poder asistir a los cantos con los religiosos y fieles que allí se congregan; o la Quán Sứ Pagoda, uno de los templos budistas más importantes de la ciudad, no muy frecuentado por turistas pese a la belleza del complejo, sólo por mencionar algunos.










Pagoda Quán Sur





        Si no eres muy aficionado a visitar templos en Asia, puedes optar por visitar alguno de los museos que pueblan la ciudad (como el de las marionetas, ya que los espectáculos de marionetas de agua son muy tradicionales - más bien turísticos - en Hanoi), visitar el Mausoleo y el Museo de Ho Chi Minh (prepárate para soportar largas colas para la entrada...menos si lo visitas un lunes, ya que ese día cierra), lugar donde descansan los restos del líder Vietnamita Ho Chi Minh, inaugurado en 1975 (buen año aquel...), o pasear por el tramo de vía férrea que discurre por el medio de la ciudad, una de las actividades gratuitas más curiosas, ya que podrás comprobar cómo se desarrolla la vida en la ciudad en torno al ferrocarril. Uno de los secretos mejor guardados por los locales son los horarios a los que pasa el tren (juegan al despiste, pese a que algunos cafés publican los horarios en sus fachadas; estando en Vietnam no hay que olvidar que el tren pasa cuando pasa, y que los horarios no tienen mucha validez): por si te sirve de guía, los domingos (el día que estuve yo), el tren pasa a las 11:40am. Una experiencia muy recomendable, pero prepárate para pegarte bien a la pared ya que el tren ¡pasa realmente cerca! Es curioso ver como los tenderetes, taburetes y demás utensilios que ocupan la vía desaparecen justo antes de que el tren pase. Una experiencia curiosa y poco común. 












      La visita más importante de Hanoi quedó pendiente (parcialmente): la ciudad Imperial de Thnag Long cierra los lunes (fail to plan is plan to fail), y ese fue el día que había elegido para visitarla (para evitar las masas de un fin de semana...) La ciudad Imperial de Thang Long fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2010, un recinto que guarda similitudes, salvando las distancias, con la ciudad prohibida de Beijing. A pesar de no haber podido acceder al recinto, muchas de las construcciones son visibles desde el exterior, así que al menos pude hacerme una idea de lo que el recinto encierra. La mayor parte de los edificios quedaron destruidos tras la salida de los franceses a mediados del S. XX, pero quedan algunas fortificaciones y puertas en buen estado, como la Puerta del Norte, que data del año 1805 y es la única de las cinco puertas que daban acceso al recinto que se conserva. Aún se puede ver en la torre el impacto de las bolas de cañón lanzadas por los franceses desde el río Rojo






     Y para finalizar el recorrido por la vibrante ciudad de Hanoi, una pequeña recomendación sobre restauración. En la ciudad abundan los sitios en los que comer bien y barato, normalmente a pie de calle. Descubrí por casualidad el restaurante Noodle & Roll, prácticamente enfrente de la pagoda Lý Trieu Quoc Su, y se convirtió en mi lugar favorito para cenar: platos tradicionales vietnamitas, buenos precios y buen servicio...no se puede pedir más. Si tienes ocasión, pruébalo, seguro que no te arrepientes. 





Bahía de Ha Long

      La carta de presentación de la bahía de Ha Long es contundente: declarada Patrimonio  de la Humanidad por la Unesco el año 1994 y una de las siete maravillas naturales del mundo desde el año 2011. Con estos datos, no podía dejar pasar la ocasión de visitar la bahía, que se ubica a unos 170Km al Este de Hanoi. La bahía, con una línea de costa de unos 120 Km, ocupa más de 1500 Km cuadrados y cuenta con cerca de 2000 islotes. El origen de estos islotes lo explica una leyenda local que cuenta que durante la guerra que libraron los vietnamitas contra los invasores chinos que venían del mar, el Emperador de Jade envió dragones celestiales para ayudar a los vietnamitas a defender su país. Los dragones, como eran celestiales, escupían joyas y jade en lugar de fuego. Las joyas se convirtieron en islotes que formaron una gran muralla que resultó infranqueable para los navíos chinos, que acabaron hundidos en el fondo de la bahía. 

       Ante la numerosa oferta existente para hacer cruceros por la bahía y la falta de información clara al respecto, decidí esperar al último momento y lo contraté con el hotel Old Centre Hanoi a mi llegada. Me decanté por la opción de 2 noches / 3 días en un barco de categoría 3* superior (235$, que incluía el traslado desde Hanoi y regreso y todas las comidas y actividades a bordo - bebidas excluidas) Parece ser que la mayoría de la gente opta por la opción de pasar sólo una noche en la bahía, pero yo preferí quedarme un día más con la esperanza de ir a alguna zona más alejada y menos masificada de la bahía; a continuación os cuento como fue la experiencia:


Bahía de Ha Long, día 1

     La jornada comenzó temprano: a las 07:30h estaba programada la salida hacia la bahía de Ha Long, salida que se demoró algo por que tuvimos que esperar a un grupo de turistas chinas (¡cómo no!) que hicieron esperar al resto del grupo porque no estaban a la hora programada en su hotel. Después de esperar algo más de 15 minutos traté de convencer al guía del viaje de que nos fuéramos sin ellas, ya que todos habíamos estado en nuestros hoteles preparados a la hora indicada y no tenía sentido, en mi opinión, esperar por un grupo que mostraba tal falta de respeto hacia los demás viajeros. Obviamente fallé en mi intento y tuvimos que esperar a que las mujeres se acicalaran bien para emprender el viaje hacia Ha Long, un recorrido de unas 4 horas de duración con una parada intermedia de una media hora en uno de esos sitios turísticos donde venden algo parecido a "artesanía local" a precios para turistas. 



     En torno a la 1 del mediodía llegamos al puerto; increíble la cantidad de gente que se amontonaba en la terminal de viajeros: a los que llegábamos para iniciar el viaje se unían los que acaban de completarlo. Pese a todo, y a estar en Asia, las cosas funcionaron razonablemente bien y en una media hora estábamos a bordo de la pequeña embarcación que nos llevaría hasta el crucero, el Apricot en mi caso, que estaba amarrado al final del puerto. Una vez a bordo, tiempo para familiarizarse con las instalaciones, reparto de camarotes, consignas de seguridad, almuerzo a bordo y...¡rumbo a Ha Long! La verdad es que quedé muy satisfecho con el barco, particularmente con el camarote - no esperaba tal nivel de servicios, la verdad: ducha separada dentro del camarote, aire acondicionado en el camarote, cama amplia. El barco no era muy grande, y únicamente viajábamos un grupo de unas 12-15 personas. Buena elección (por lo que vi, todos los barcos son primos-hermanos...) De camino hacia la primera parada del recorrido pude constatar tres cosas: la belleza del paisaje (pese a que el día estaba nublado y tristón), la masiva presencia de cruceros allá donde miraras, por todas partes, y la suciedad del agua, algo que me sorprendió para tratarse de un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad...esperaba más esfuerzos en proteger el lugar. Y así, entre barcos e islotes con formas caprichosas, disfrutando del viaje en la cubierta del barco, llegamos a nuestra primera parada, un par de horas después de haber zarpado: la cueva sorprendente.  










      Hang Sửng Sốt (cueva sorprendente) es una de las cuevas más espectaculares y grandes de cuantas se pueden encontrar en Ha Long. Para acceder a la entrada (además de esperar unos 15min. en la cola por la cantidad de gente que había) hay que subir una escalinata de unos 100 escalones, esfuerzo que tiene como recompensa, además de la gruta en sí, poder disfrutar de unas bonitas vistas de la bahía desde lo alto. La cueva se divide en dos secciones, la primera con numerosas estalactitas, y la segunda, a la que se accede a través de un estrecho pasillo, mucho más amplia, iluminada en algunos tramos por luz natural gracias a los vanos naturales que existen. El recorrido es fascinante, solo estropeado por la cantidad de gente que te acompaña en tan espectacular escenario (en algunos tramos fuimos en hilera...particularmente yo no disfruto mucho de este tipo de visitas en estas condiciones) Por fortuna en la segunda parte de la cueva la gente se dispersa más y se puede disfrutar con más tranquilidad de la experiencia.  






      Finalizada la visita a la cueva, nos dirigimos a uno de los puntos más visitados de la bahía, la isla de Ti Top, un peñasco con forma cónica en cuya cumbre se ubica un mirador, al que se accede mediante una larga escalera. Las vistas desde el mirador son, sin duda, las mejores que se pueden tener en todo el recorrido, simplemente impresionantes. Uno de esos lugares en el que quieres pasar más tiempo, pero en una visita de este tipo las visitas son breves y duran lo que duran. Hubo quien decidió no subir al mirador para darse un baño en la minúscula y abarrotada playa de la isla, el único punto de la bahía de Ha Long en la que el baño está permitido (lo cual no dice mucho de la limpieza de sus aguas...). Para gustos, supongo. Finalizada la visita regresamos al barco: tiempo para una ducha, cena a bordo (buena pero un poco escasa, para mi gusto, ya que no era buffet) y tiempo para disfrutar de las vistas, descansar y coger energías para el día siguiente. 









                  Bahía de Ha Long, día 2

       Para los más madrugadores, el día comenzó con una clase de Tai Chi en la cubierta del barco a las 06:30h...yo aproveché el tiempo de sueño al máximo y me levanté justo a tiempo para poder disfrutar del desayuno antes de comenzar con las actividades del día. Los planes cambiaron: como yo era el único del barco que había reservado dos noches, me dijeron que tenía que coger la maleta, que me trasladarían a un barco más pequeño para hacer las excursiones del día y que al atardecer me llevarían a otro barco de nuevo para pasar la noche, ya que el barco en el que había pasado la primera noche regresaba a puerto. Un contratiempo menor, pero contratiempo al fin y al cabo. No sé cómo se las apañan, pero al final las cosas funcionan: uno te lleva, otro te recoge y te deja en un sitio con cientos de personas alrededor, llega otra persona que no te ha visto en la vida y te lleva a otro barco...yo me veía abandonado en la isla de Ti Top (el punto elegido para hacer los cambios de barco) con mi maleta todo el día, pero no, en media hora estaba a bordo del barco de día con el resto de compañeros, llegados de distintos cruceros, con los que compartiría la jornada. Lo dicho...no sé cómo, pero las cosas funcionan. En la primera parada del día visitamos unas cuevas (no recuerdo el nombre) que consistían en varias salas comunicadas, algunas de ellas con vistas a lagos interiores. 





      Desde allí nos dirigimos a una pequeña bahía cercana donde pudimos disfrutar de algo más de tranquilidad, alejados del circuito turístico, a bordo de canoas. Yo me acerqué a la cercana cueva de los murciélagos, pero una vez allí estuve a punto de no bajar de la canoa: peces muertos en la orilla, olor a putrefacción, plásticos, bolsas...me dio mucho reparo poner los pies en aquellas aguas, pero al final lo hice, asqueado por la suciedad y de nuevo sorprendido porque no esperaba encontrarme tal panorama en un sitio de tanto renombre. La excursión por la cueva en cuestión no mereció la pena en absoluto (sin linterna era un viaje por la oscuridad...) así que regresé de nuevo a la canoa, haciendo malabarismos para subirme a ella sin meter los pies en el agua de nuevo...lástima que un sitio tan hermoso haya terminado así. Me alejé del borde de la isla y disfruté del tiempo de paz y tranquilidad en medio de la nada...





        Después de disfrutar del almuerzo a bordo, nos dirigimos a la siguiente parada: la cueva del laberinto (Me Cung), que se encuentra en la isla Lo Bom, a una altura de unos 25m sobre el nivel del mar. El interior alberga rocas de formas curiosas e infinidad de estalactitas y estalagmitas. La última etapa de la cueva se abre a un mirador desde donde se puede contemplar un lago interior. El guía nos hizo la visita de lo más entretenida contándonos las historias de las distintas formaciones, como la de los leones de piedra, un macho y una hembra, que tienes que tocar si quieres encontrar pareja (o tener una pareja más, como decía el guía), pero ojo, ¡no toques el león del sexo equivocado si no quieres sorpresas! Finalizada la visita a la cueva del laberinto emprendimos el regreso a la isla de Ti Top de nuevo, para que cada uno nos fuéramos a nuestros respectivos barcos...¡el problema es que yo no sabía cuál era mi barco! Pero las cosas funcionan y alguien se acercó a mí para llevarme a mi barco por aquella noche, la última en la bahía de Ha Long, un crucero de la misma empresa, Apricot, pero de categoría superior: pocas diferencias en el camerino y alguna más en el menú de la cena, mucho más elaborado (pero igual de escaso para mi desgracia) El precio de este crucero (que me ofrecieron como opción en el hotel al contratar la otra) era de 295$. Habiendo estado en los dos barcos, en mi opinión la diferencia de precio no está justificada con el nivel de servicio recibido. Sí, el barco era más bonito y más elegante, pero punto. Los camarotes eran muy parecidos y a mí me gustó más incluso el de la noche anterior. Después de cenar, tiempo para descansar y a la espera de un nuevo día en Ha Long



Un buzo...al estilo vietnamita (con tubo y compresor de aire en la barca)





                 Bahía de Ha Long, día 3

      Nuevo día, nuevo crucero, pero mismo guión: para los más madrugadores  hubo clase de Tai Chí a las 06:30h...yo apuré para ir a desayunar, como de costumbre. Después del desayuno nos dirigimos a la cueva Luon, una cueva que da acceso a una laguna. El recorrido se puede hacer en canoa por tu cuenta, o en barcas colectivas que te llevan y te traen. Obvia decir qué opción elegí. Una refrescante manera de comenzar el día. Después de la actividad, de regreso al barco, donde emprendimos el camino de regreso al puerto. Hubo tiempo para disfrutar del paisaje, de la actividad local, del entorno...y hasta de una clase de cocina en el barco donde nos enseñaron a hacer rollos de vegetales (no es que tenga mucha ciencia, pero estuvo entretenido) Un último almuerzo a bordo y de regreso al puerto, donde tuvimos que esperar cerca de una hora a que llegara el autobús que nos llevaría de regreso a Hanoi. Una experiencia positiva la del crucero: creo que tuve suerte con el barco y el personal, pero como ya he comentado me decepcionó enormemente el estado de la bahía y la superpoblación de actividad turística, algo que ha destruido uno de los paisajes más bellos de esta región del planeta (no es una opinión, sino un hecho). 






      Y hasta aquí todo lo que dio de sí mi viaje a Hanoi y a la bahía de Ha Long en Abril. Muchas actividades quedaron pendientes en la zona (por ejemplo visitar la región de Sapa), pero ya sabéis: siempre hay que dejar algo pendiente para asegurar una nueva visita a la zona en el futuro. Sin tiempo para más y finalizada mi estancia en Hanoi, regresé al aeropuerto (esta vez usando los autobuses de Vietnam Airlines) y me embarqué en el vuelo de Vietjet con destino a Singapur, que discurrió de forma tranquila y me llevó de forma puntual a mi destino final de mi periplo asiático, última parada (la profesional) de un viaje de un mes de duración que me llevó a recorrer cuatro países en la región en otras tantas semanas ¡Hasta la próxima!







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