La llegada
Después de haber pasado en solitario un par de días en Singapur (no por gusto, sino por motivos logísticos que ya os contaré en una futura entrada sobre Singapur sobre la que estoy trabajando), suficientes para habituarme un poco al horario, al clima y para recordar las bondades de la ciudad, M llegó a la isla y juntos iniciamos al fin el viaje de vacaciones. La primera parada de nuestro recorrido por el sudeste asiático fue Kuala Lumpur, una vieja conocida.
Volamos desde Singapur con Malindo Air
(37€/persona, con 25Kg de equipaje), un vuelo de unos 45min. de duración que
resultó muy cómodo, llegando a nuestro destino incluso antes de la hora de
llegada programada. Como el vuelo llegaba tarde a KL, y tratando de ganar
tiempo en el transfer desde el aeropuerto al centro, decidimos no usar el tren
(KLIA, muy cómodo, pero había que combinarlo con el metro para llegar al hotel,
y llegando a las 22:30h pensamos que contratando un transporte privado podríamos ahorrar algo de tiempo) y contratamos el
transporte con ridaways (en torno a los 31€), tremendo error: no había nadie
esperando a nuestra llegada y tuvimos que llamar al coordinador de la zona varias
veces para averiguar qué estaba pasando. El conductor (al que tuvimos que salir
a buscar fuera del edificio del aeropuerto) llegó más o menos a la hora a la
que deberíamos haber llegado a nuestro alojamiento en KLCC, con un coche de
categoría inferior al contratado y sin saber exactamente a dónde llevarnos (al
final le tuve que guiar yo con la ayuda de google maps…) Después de tramitar la
reclamación correspondiente y de aportar todo tipo de pruebas sobre las llamadas
realizadas, el tiempo esperado, etc., la compañía nos reembolsó el importe del
viaje (algo es algo). Teniendo en cuenta que el precio es muy similar al de un
taxi convencional (bluebird), tengo claro que en el futuro no volveré a usar
los servicios de rideways para mis desplazamientos en KL.
El alojamiento
Durante nuestra
estancia en KL nos alojamos en Benjai 8 KLCC @ De Space Suite (50€/noche), un apartamento equipado con todo lo necesario en el
centro del distrito financiero de KL, con el metro de Ampang Park prácticamente en la puerta, y muy cerca de las torres Petronas. El apartamento ofrece comedor
con cocina separada, dormitorio y baño. Un alojamiento muy cómodo, en la planta
18 del edificio, que también ofrece gimnasio y piscina infinita, así como un
supermercado en la planta baja del complejo. La conexión WiFi era muy buena y
todo funcionó a la perfección, así que quedamos muy contentos con el
alojamiento (considerando el precio y la ubicación del mismo, no se podía pedir
más)
La visita
Como era la
primera visita de M a la ciudad, empleamos
la mayor parte del tiempo de nuestra estancia en recorrer los principales
puntos de interés de la ciudad: visitamos las imponentes torres petronas (menos
imponentes – pero igual de atractivas y cautivadoras – después de haber
visitado Dubai y de haber subido al Burj Khalifa, y es que el mirador de la
planta 125 del Burj Khalifa está
situado a una altura superior a la de las torres petronas – 452m), el animado
distrito de Bukit Bintang y la calle Jalan Alor, donde gozamos de estupendas
especialidades de comida china en un entorno de lo más animado, el barrio
chino con Jalan Petaling, la calle de compras por excelencia en Kuala Lumpur, bukit nanas (el corazón verde
de KL), Merdeka Square, el mercado
central, Little india, Chow Kit…un completo recorrido por los puntos más representativos de la ciudad, recorrido que sirvió a M para
hacerse una idea de la forma de vida en la megápolis Malaysia, y a mí para
comprobar el frenético ritmo de crecimiento de la ciudad y cómo el skyline cambia prácticamente a cada
visita: a modo de ejemplo, el hotel en el que me alojé durante mi visita en el año
2014, el Hotel Maya, que gozaba de unas vistas envidiables de las torres Petronas en aquellas fechas, ahora
ofrece vistas a un nuevo coloso que se ha alzado directamente entre el hotel y
las Petronas. En el lado positivo de la transformación continua que experimenta la ciudad, por fin pude ver finalizadas las obras de la ribera del río en la zona de la mezquita Jamek, unas obras que recuerdo desde la primera visita que hice a la ciudad hace ya casi 10 años. El denominado "río de vida" mas bien parece el "río de las prohibiciones", al más puro estilo de la vecina Singapur; al margen de esto, el resultado es de lo más atractivo (aunque sinceramente no sé en qué han empleado 10 años de obras...)
Si quieres conocer más en detalle lo que ofrece el centro de Kuala Lumpur te invito a que leas una de mis entradas anteriores: http://danipale.blogspot.de/p/kuala-lumpur.html
Si quieres conocer más en detalle lo que ofrece el centro de Kuala Lumpur te invito a que leas una de mis entradas anteriores: http://danipale.blogspot.de/p/kuala-lumpur.html
No podía quedar
fuera del recorrido la visita a Batu
caves, uno de los enclaves más singulares de Kuala Lumpur: por obras en la línea del tren (que se prolongarán durante todo el año 2018), el primer tramo del recorrido se hace en autobús, así que la duración
del recorrido se puede ver seriamente afectada: a nosotros nos llevó prácticamente
1,5h el viaje de ida (tuvimos que esperar a la salida del autobús, y cuando
llegamos a la estación de tren tuvimos que esperar 40 minutos la salida del
mismo, mientras que a la vuelta tomamos el tren a la hora programada según los
horarios publicados, y como al llegar a la estación intermedia los autobuses estaban
esperando y se llenaron, el recorrido nos llevó algo más de media hora) Algo a tener en cuenta si planificas la visita con el tiempo justo. Un templo muy particular, y aún en construcción: en la base de la escalera están construyendo un templo, a la puerta del cual se amontonan los cubos de arena con un cartel "solicitando" la ayuda de fieles y turistas que así lo deseen, para que colaboren de forma altruista subiendo un cubo (o dos) hasta lo más alto de la interminable escalera que da acceso a la cueva. Ya en el interior de la cueva principal, pude observar los progresos en la construcción de un templo que no existía en mi última visita, hace apenas un año. Siento curiosidad por saber cuál será el resultado final de tanta construcción.
Pero también hubo
tiempo para nuevos descubrimientos en la ciudad (descubrimientos que debo en parte a mi
hermana, que visitó la ciudad en Octubre del 2017 y se preparó la visita a
conciencia, y en parte al azar de los paseos sin ruta definida por la metrópolis malasia)
- Empezando
por las "visitas culturales", quizá la visita más notable fue la que hicimos al templo Thean Hou, el mayor templo
de estas características de Kuala Lumpur y sin duda uno de los más
impresionantes y llamativos visualmente. El templo se alza en lo alto de una colina, y se puede acceder
cómodamente en taxi (supongo), o haciendo un poco de ejercicio y sudando mucho
(para los que tenemos cierta aversión al taxi), a través de una empinada carretera desde
la estación de metro de Bank Rakyat Bangsar, la más cercana. La subida a pie tiene el
aliciente de que te permite disfrutar de la vista del templo dominando el
terreno (hay que buscar motivos que justifiquen el esfuerzo de la subida, no tanto por la subida en sí sino por las temperaturas y la humedad reinantes en la zona). El templo tiene varias plantas y presenta una rica
decoración interior, además de unas vistas envidiables sobre la ciudad. En los
alrededores del templo no hay absolutamente nada, y los establecimientos de
comida y bebida que hay en la planta baja del edificio cierran en torno a las
1700h (que es también cuando cierran las oficinas que gestionan las bodas en el templo...¡por si a alguien le interesa casarse allí!), así que mejor ir provisto de agua en abundancia si lo visitáis más tarde
de esa hora, para que no tengáis que acortar la visita por falta de agua como
nos pasó a nosotros. Una visita muy recomendable - mejor con agua, claro.
- El templo de Thean Hou queda un poco apartado del centro de la ciudad. Pero no hace falta irse tan lejos para descubrir rincones no muy frecuentados por los turistas. Uno de ellos es la Catedral de S. Juan, a la sombra de la torre Menara, una catedral cristiana sencilla pero que por encontrarse donde se encuentra llama la atención. La decoración interior (y algunas estatuas del exterior) seguro que no te dejan indiferente.
También en el centro de la ciudad, en pleno Chinatown, descubrimos el interior el templo Sri Mahamariamman, un colorido templo hindú frente a cuyo gopuram había pasado en varias ocasiones, pero nunca hasta la fecha había tenido la oportunidad de descubrir lo que ocultaba en su interior. Un espacioso templo hindú, con todos los elementos característicos de estas construcciones; un templo que dejó de ser un secreto.
En el terreno más lúdico, nuestra última noche en Kuala Lumpur decidimos visitar el Heli Lounge Bar (Jalan Sultan Ismail), un bar situado en una azotea que, teóricamente, hace las veces de helipuerto durante el día. La realidad es que el estado de la azotea me hizo pensar que hace muchos años que ningún helicóptero visita ese edificio. Al margen de este pequeño detalle, no se puede negar que el sitio es original y distinto. La terraza superior, a la que solo se puede acceder si consumes algo (las bebidas están en la horquilla de los 26-30RM, siendo lo más barato una cerveza, y lo más caro un cóctel o una botella de agua…sí, extraño pero cierto; también se pueden tomar pequeños bocados a modo de aperitivos a precios contenidos) ofrece unas vistas sin obstáculos del skyline de la ciudad, dominado por las torres Petronas y la torre Menara. Lo ideal es visitarlo a la hora de la puesta de sol (que es lo que hace todo el mundo), así que es mejor llegar un poco antes de la hora del ocaso, porque a esa hora el sitio está al completo – y después de la puesta de sol se vacía insólitamente rápido. Un sitio que, siendo lo que yo calificaría de turistada en toda regla, merece la pena ser descubierto, para tomar una copa en buena compañía y en un entorno de lo más original.
También en el centro de la ciudad, en pleno Chinatown, descubrimos el interior el templo Sri Mahamariamman, un colorido templo hindú frente a cuyo gopuram había pasado en varias ocasiones, pero nunca hasta la fecha había tenido la oportunidad de descubrir lo que ocultaba en su interior. Un espacioso templo hindú, con todos los elementos característicos de estas construcciones; un templo que dejó de ser un secreto.
En el terreno más lúdico, nuestra última noche en Kuala Lumpur decidimos visitar el Heli Lounge Bar (Jalan Sultan Ismail), un bar situado en una azotea que, teóricamente, hace las veces de helipuerto durante el día. La realidad es que el estado de la azotea me hizo pensar que hace muchos años que ningún helicóptero visita ese edificio. Al margen de este pequeño detalle, no se puede negar que el sitio es original y distinto. La terraza superior, a la que solo se puede acceder si consumes algo (las bebidas están en la horquilla de los 26-30RM, siendo lo más barato una cerveza, y lo más caro un cóctel o una botella de agua…sí, extraño pero cierto; también se pueden tomar pequeños bocados a modo de aperitivos a precios contenidos) ofrece unas vistas sin obstáculos del skyline de la ciudad, dominado por las torres Petronas y la torre Menara. Lo ideal es visitarlo a la hora de la puesta de sol (que es lo que hace todo el mundo), así que es mejor llegar un poco antes de la hora del ocaso, porque a esa hora el sitio está al completo – y después de la puesta de sol se vacía insólitamente rápido. Un sitio que, siendo lo que yo calificaría de turistada en toda regla, merece la pena ser descubierto, para tomar una copa en buena compañía y en un entorno de lo más original.
Y hasta aquí dio
de sí mi enésima visita a Kuala Lumpur. Los días se pasaron volando en una de
mis ciudades favoritas de Asia, como de costumbre. Un comienzo de vacaciones
muy relajado y entretenido, que respondió a la expectativas creadas (al menos
por mí), como cada vez que visito la ciudad. Y es que cuando se visita Kuala
Lumpur no suele haber sorpresas. A la espera de mi próxima visita a la ciudad
(posiblemente a la vuelta del verano), nos despedimos de la ciudad con destino
a nuestro próximo destino vacacional: Phuket en Tailandia. ¡Pero esto os lo contaré próximamente!
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