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Tailandia - Bangkok, primera toma de contacto con el país.


       Mi última parada en Asia fue Bangkok. La ciudad Tailandesa no entraba en los planes de viaje iniciales, pero la necesidad de acortar mi estancia en Myanmar y la falta de "ganas" por regresar a Colonia y a la rutina diaria me llevaron a buscar un destino "puente" donde pasar una última semana en Asia. El buscador de vuelos quiso que Bangkok fuera la elegida. Para esta última semana la verdad es que no preparé nada en absoluto...llegué a la ciudad sin ni tan siquiera saber donde estaba el hotel o qué iba a hacer el resto de la semana. El plan era una semana de vacaciones de verdad...pero la curiosidad me puede y al final fue otra semana de templos, visitas, excursiones...cosa de lo que no me arrepiento porque la capital a Tailandesa me ha sorprendido muy favorablemente.

       El vuelo de Thai me llevó puntual de KL a Bangkok, en un vuelo de algo menos de dos horas. Era la primera vez que volaba con Thai y la verdad es que la experiencia fue muy positiva. A bordo de un flamante y novísimo B787 Dreamliner (muy silencioso, con enormes ventanillas - que me permitieron disfrutar más aún de las estupendas vistas que me deparó el vuelo - y dotadas de un novedoso sistema de oscurecimiento que sustituye a las tradicionales cortinas rígidas deslizantes, en configuración 3-3-3 en turista, con una completísima oferta de ocio personal y una cuidada oferta gastronómica), la compañía tailandesa ofrece un exquisito servicio a bordo y una franquicia de 30Kg de equipaje (que utilicé convenientemente) Otro ejemplo más de que las cosas se pueden hacer de otra forma, ofreciendo un servicio de calidad a los clientes y a un precio razonable, sin que por ello la compañía deje de ser rentable. 


        Desde el aeropuerto decidí ir al centro de la ciudad en tren y luego tomar un taxi hasta el hotel. El tren (45 THB) te lleva a la estación terminal en una media hora. Desde allí puedes tomar el metro o moverte en taxi/tuk-tuk. Una vez en la estación central me encontré con la "sorpresa" (o tal vez no tanto) de la negativa de los taxistas a llevarme al hotel (al parecer la carrera no era demasiado buena para ellos), todo después de un par de tentativas en las que habiendo cargado el equipaje en el maletero los taxistas se negaron a poner el taxímetro... Otro punto positivo para el gremio (nuevo país, mismo comportamiento...) Así que tuve que improvisar y tomar un taxi fluvial que por 9 THB me llevó a las inmediaciones de la plaza de la Independencia, y desde allí finalmente en tuk-tuk al hotel. A efectos prácticos, 1€ equivalía durante el momento de mi visita a 33 THB.

Los canales son usados como autovías fluviales. Una forma ágil de moverse, aunque muy limitada
       Durante mi estancia me aloje en el Rambuttri Village Plaza hotel (35$/noche), muy bien situado aunque con muy malas comunicaciones (dependes de taxi o tuk-tuk para desplazarte) Lo mejor del hotel es la situación en una zona muy animada y muy cerca de la famosa calle Khaosan (hoy en día un "parque temático" donde las familias pasean con los niños por la noche) y a una distancia accesible andando de los principales puntos de interés de la ciudad. El hotel ofrece habitaciones correctas, con buena conexión wifi y buen desayuno. Lo peor, el personal del hotel, muy descortés, poco orientado al turismo y sin unas nociones mínimas de inglés, algo que me sorprendió ya que Bangkok es un destino turístico desde hace muchos años. Una piscina en la azotea del hotel completan la oferta de este establecimiento. 

Vistas generales del hotel, de la piscina y de las vistas desde la piscina
        Una vez registrado en el hotel y después de la negativa por parte de los poco amables trabajadores de la recepción a proporcionarme un plano de la ciudad o una mínima información sobre qué hacer o qué ver, me hice con un plano en el 7 eleven de la puerta del hotel y me lancé a conocer la ciudad mapa en mano, a la antigua usanza. Como no llevaba nada preparado me limité a seguir los dibujos del mapa que indicaban la presencia de monumentos, y andando, andando llegue a conocer algunos otros rincones de la ciudad. 

        El hotel se ubica en la zona antigua de Bangkok; desde allí se puede ir andando al río, al Palacio Real o al templo Wat Pho (una media hora de paseo), así que muchos de los recorridos los hice caminando. La red de autobuses ni la usé, ya que me pareció bastante compleja. Como alternativa al tradicional taxi, Bangkok ofrece los tipicos tuk-tuk, triciclos motorizados que sin duda son la opción mas cómoda para moverse por la ciudad evitando, en la medida de lo posible, los terribles atascos de tráfico. La zona del río Chao Phraya se puede recorrer a bordo de las barcazas fluviales organizadas en colores, cada uno de ellos con parada en un muelle u otro y distintos precios (entre los 13 THB de las lineas locales - roja y amarilla - y los 45 THB de la linea turística, la azul) La información en los muelles es muy detallada y puede ser una muy buena opción para desplazarse, además de ofrecer impresionantes vistas de la ciudad. 

A bordo de una barcaza fluvial; ¡la pasión por el Manchester United en ésta zona no tiene límites! También
nuestro Marc Márquez destaca
Accediendo a uno de los muelles, identificados por números
Los tradicionales tuk-tuk, triciclos motorizados, la mejor forma de moverse por Bangkok
        
            El Budismo en Tailandia


          La forma de entender el Budismo en Tailandia poco tiene que ver con lo observado en Myanmar. Si en Myanmar los templos eran lugar de encuentro (a menudo se veía a grupos reunidos, charlando en círculos), de descanso (no era extraño ver a gente tumbada y durmiendo en los templos), o incluso de ocio (con niños corriendo y gritando de un lado a otro, televisiones instaladas en los recintos de oración o gente con su fiambrera tomando el almuerzo), el Tailandia la gente se muestra mucho más respetuosa y los templos son fundamentalmente lugar de oración y de silencio (con excepción del templo del Buda Esmeralda, que era un jolgorio) La presencia de monjes, orando o simplemente cuidando de las ofrendas, es mucho más visible en Tailandia que en Myanmar.


      Otros comportamientos, más prácticos también llaman la atención: en Tailandia solo hay que descalzarse para entrar al recinto del templo que alberga la imagen de Buda que se venera, es un Budismo mucho más igualitario, ya que las mujeres también pueden acceder a las imágenes y colocar sus ofrendas, y menos exagerado en cuanto a las representaciones devocionales: En Tailandia es imposible ver una imagen de Buda cubierta por laminas de papel de oro hasta hacerla desaparecer (por lo que observé, la gente colocaba un par de láminas y dejaba su sitio, mientras que en Myanmar podías ver gente colocando auténticos "tacos" de papel de oro...diferentes formas de entender la misma religión supongo) Para finalizar, a la entrada de muchos templos se entrega un folleto informativo sobre el Budismo (haciendo una comparación entre las figuras de Buda, Jesús y Mahoma...como poco lo calificaría de interesante lectura) para concienciar a la gente de lo que significa, saber cómo comportarse en un templo y sobre los principios del Budismo (entre ellos uno en el que creo fervientemente, el principio de causa y efecto) No sentarse con los pies señalando a Buda, no usar objetos con la imagen de Buda como decoración o en objetos inapropiados (como pantalones, camisetas, alfombas o tatuajes) son algunas de las "enseñanzas" del panfleto para entender y respetar la religión Budista. Si vuelvo a Myanmar, tal vez lleve el panfleto...ciertamente entendí más la forma Tailandesa de Budismo que la birmana. Solamente conociendo aquello que puede ofender a otros se puede evitar incurrir en ofensas no intencionadas, y el respeto (palabra en desuso, me temo) hacia cualquier creencia, sea cual fuere, debería ser la norma común de comportamiento.


Hombres y mujeres pueden hacer sus ofrendas;
la imagen conserva su forma y su rostro
Pagoda del Pilar de la Ciudad de Bangkok
        Bangkok ofrece muchos, muchísimos puntos de interés de una belleza excepcional. Tal vez haya sido por haber llegado allí sin una idea preconcebida y con el mayor desconocimiento de cuanto ofrecía la ciudad, pero el viaje me sorprendió muy favorablemente. Una semana en Bangkok que se quedó corta para descubrir los muchos y variados atractivos que la urbe ofrece. Entre ellos, y ordenados siguiendo mi personal orden de relevancia, destacaría los siguientes:

Wat Pho


Los Guardianes de las Puertas del Templo
           El nombre oficial del templo es Wat Phra Chetuphon Vimolmangklararm Rajwaramahaviharn (Wat Pho para entendernos), un preciosísimo templo y monasterio real que data de 1788, año en el que concluyeron las obras de su construcción. La visita (entrada 100 THB, con una botella de agua incluida) me llevó prácticamente una mañana completa. Fui a primera hora de la mañana y fue un gran acierto, ya que durante un par de horas al menos conseguí evitar las multitudes que luego pueblan este recinto, hasta la fecha, y junto con el cercano Templo del Buda Esmeralda, la construcción más hermosa de cuantas he visto a lo largo de mis viajes (a falta de conocer el Taj Mahal, de momento Wat Pho ocupa mi particular #1) La belleza de las construcciones, el colorido, el detalle de las decoraciones ejecutadas minuciosamente a base de pequeños cristales o piezas de colorida cerámica dotan al conjunto de una belleza difícilmente descriptible (incluso por medio de fotografías, ya que en entornos así la cámara no puede apreciar lo que el ojo ve - ¡al meno no mi cámara y con mis conocimientos de fotografía!)


         El complejo está formado por numerosos templos y construcciones, a cual más hermoso:


  • El Buda reclinado (Phra Buddhas Saiyas), descansa en el templo del Buda Reclinado (obviamente) y es el primer gran edificio que se encuentra el viajero al entrar en el recinto por la entrada noroeste. La figura, que utiliza el ladrillo y el yeso como elementos base, cubiertos por una capa de laca y un dorado, mide 46m de largo y 15m de alto y es una de las imágenes más conocidas y respetadas de Tailandia. Los pies, con inscripciones, miden 5x3m. El sonido de las monedas arrojadas por fieles y turistas al golpear la base de los cubos metálicos colocados a lo largo de todo el pabellón, junto con la iluminación del recinto, le confieren a la visita un carácter muy especial. 






  • El Salón de las Escrituras (Phra Mondob), diseñado para albergar el libro sagrado del Budismo. Una construcción espectacular coronada por coloridas cerámicas perfectamente colocadas, formando preciosas estructuras geométricas. El recinto está custodiado por los Gigantes de Wat Pho (aunque no eran tan gigantes, y estaban detrás de unos cristales que nadie ha limpiado en mucho tiempo...), representaciones de la versión Tailandesa de Ramayana (de Indonesia) El Salón está cerrado al público, pero se supone alberga preciosas piezas de porcelana China, mesas de escritura y tesoros nacionales del periodo de Ayutthaya (al final de la crónica más sobre Ayutthaya)
Entrada al Phra Mondob, con dos de los Gigantes custodiándola
Detalle de la espectacular, detallada y colorida construcción
En primer plano Phra Mondob; por detrás asoma el Templo del Buda Reclinado
  • El lago de los cocodrilos, un bonito jardín al que no se puede acceder, adyacente a Phra Mondob. No pude, por tanto, comprobar si había cocodrilos en su interior (aunque no tenía pinta...)
  • Las Grandes Pagodas de los Cuatro Reyes (Phra Maha Chedi Si Rajakarn), una de las construcciones más llamativas del recinto. Cada pagoda mide 42m de altura y está decorada con coloridos mosaicos. La Pagoda en tonos verdes es la del primer Rey y se construyó para albergar la imagen de Buda Phra Sri Sanphet, de 16m de altura, traída desde el palacio real de Ayutthaya. Las Pagodas sólo se pueden observar desde fuera. El recinto de las Pagodas está bordeado por numerosas representaciones de Buda.

               
                   La Pagoda decorada en tonos amarillos es la del
             Rey Rama III
 

Las Grandes Pagodas de los Cuatro Reyes
Detalle de los mosaicos que adornan las Pagodas
Representaciones de Buda que guardan el recinto de las Pagodas
  • Los Guardianes de las Puertas del Templo, representaciones de caracteres Chinos construidos en piedra y que guardan los accesos al templo y a los principales edificios del recinto. En su día se usaron como contrapesos para estabilizar los barcos que volvían de hacer negocios con China y posteriormente se colocaban como adornos en los jardines. Representan formas humanas (nobles, guerreros o incluso Marco Polo tiene su representación aquí) o de animales (cerdos, leones, caballos)
Aquí...pasando el tiempo con mi amigo
  • El Salón de Ordenación (Phra Ubosot) ocupa el centro del recinto y es la principal estructura del mismo. Se usa en rituales y celebraciones monásticas. El edificio está rodeado por los muros del recinto y alberga numerosas representaciones de Buda en vanos soportados por dobles columnas, según los conceptos cosmológicos del Budismo
Detalle del colorido tejado del recinto
Uno de los patios que rodean Phra Ubosot
  • Los patios internos agrupan numerosas pagodas de menor tamaño, pero construidas con el mismo detalle que sus hermanas mayores. En definitiva, un conjunto, un lugar ESPECTACULAR.


               El Templo del Buda Esmeralda y el Gran Palacio

        Justo al norte de Wat Pho se sitúa este espectacular complejo que alberga el fantástico Templo del Buda Esmeralda (Wat Phra Kaeo) y el Gran Palacio (dos recintos distintos pero comunicados, con una entrada común, 200 THB) Acceder al recinto me llevó tres intentos en tres días distintos y al final decidí acceder a pesar de la marea humana que siempre había en el acceso porque si no veía que me marchaba de Bangkok sin visitarlo. El primer intento fue el domingo, y ante la avalancha de gente decidí aplazarlo confiando que un día de diario habría menos gente y podría disfrutar más de la visita. La situación el lunes no mejoró (incluso en la entrada me dijeron que había mucha gente y que mejor volviera más tarde) y finalmente el tercer día que fui decidí acceder aunque la situación era la misma. Quiero creer que mi viaje coincidió con algún tipo de celebración nacional (había carteles de la reina o princesa por doquier, e incluso me hice con alguna moneda conmemorativa del evento) y de ahí la excepcionalidad de la masiva afluencia de gente. Sea como fuere, la belleza del recinto rivaliza con el de Wat Pho, pero la masiva afluencia de gente hizo que no disfrutara tanto de la visita (las multitudes me agobian...) 



        La primera sensación que tuve al entrar al recinto del Wat Phra Kaeo es indescriptible: una explosión de color, mosaicos relucientes, dorados por doquier...la belleza del entorno queda fuera de toda duda, una belleza que no se puede adivinar desde el exterior ya que una muralla blanca guarda celosamente el interior.
        El recorrido comienza con la visita al recinto del Templo del Buda Esmeralda, en el que al igual que sucedía en Wat Pho, hay muchas visitas interesantes. El templo exige entrar vestido adecuadamente, y eso significa pantalón largo y camiseta con los hombros cubiertos (para las mujeres) Si no vas preparado en el interior alquilan pantalones y túnicas gratis (sólo hay que dejar un depósito que te devuelven cuando abandonas el lugar), así que cuidado con los vendedores ambulantes que rondan el acceso al templo, ya que tratarán de convencerte que tal y como vas vestido no puedes entrar (los altavoces anuncian continuamente que se puede alquilar ropa en el interior, pero si no hablas inglés no te enteras y de eso tratan de aprovecharse algunos) Eso sí, la ropa de alquiler no es última moda y no esperes que te den una talla a tu medida...

En los pantalones que me dieron cabíamos dos...al menos te dejan elegir el color
        En la terraza superior del complejo del templo hay cuatro construcciones: un relicario, en forma de estupa dorada; el Mondop, que contiene un repositorio de las escrituras sagradas del Budismo escritas en hojas de palma; el Panteon Real, que alberga estatuas de los reyes del pasado; y una reconstrucción del templo de Angkor, ordenada por el Rey Rama IV. El acceso a los edificios está cerrado, así que hay que conformarse con verlos desde fuera.

Vista general de los edificios que alberga la terraza superior

La reconstrucción del Templo de Angkor
     

























         La terraza inferior alberga algunos edificios de interés, entre los que destaca la Biblioteca (Hor Phra Monthian Dharma), cuya fachada oeste se dice que es la más espectacular de Bangkok. Mausoleos que albergan los restos de familias reales y templos menores completan el recinto (ninguno de los edificios se puede visitar)

Edificio de la Biblioteca, con la terraza superior al fondo
Detalle de la parte superior de la Biblioteca

















         El edificio principal lo ocupa el Templo del Buda Esmeralda (en cuyo interior no se pueden hacer fotos), que alberga una pequeña imagen de Buda, muy venerada entre los Tailandeses. El Buda Esmeralda es en realidad una imagen tallada en jade y que fue descubierta por primera vez en 1434. Cuando se encontró la imagen estaba cubierta de barro; al limpiarla y ver el tono verdoso de la piedra, los monjes pensaron que se trababa de esmeralda y ahí comenzó la leyenda que perdura hasta nuestros días. La imagen fue robada durante la guerra con Laos, país en el que permaneció durante más de 200 años hasta que en 1778 en Rey Rama I la recuperó y la devolvió a Tailandia.  El edificio, de enormes proporciones, contrasta con el diminuto tamaño de la imagen que alberga. El Templo se construyó siguiendo los cánones de construcción tradicionales, con numerosos relieves ornamentados, una auténtica filigrana artística. En este edificio se concentra la mayor parte de la gente durante la visita, haciendo difícil entrar y salir del mismo (siempre en medio de empujones...)

El edificio central que alberga el Buda Esmeralda














     


        Concluida la visita al Monasterio Real del Buda Esmeralda, la ruta continua por el Palacio Real. El primer edificio que se ve (pero no se visita) es la Mansión Borom Phinam, construcción que data de 1903 y que fue ordenada por el Rey Rama V. Numerosos reyes han vivido en estas instalaciones, pero en la actualidad ya no se usa como residencia real sino como residencia de los visitantes ilustres, como Jefes de Estado. 

Mansión Borom Phinam
       El complejo Phra Maha Monthian, que data de 1785, su usa para numerosas audiencias oficiales, tales como la celebración del cumpleaños del Rey. Fue residencia real de los primeros Reyes Tailandeses pero hoy la mayor parte de sus instalaciones las ocupan museos y muestras culturales.


El colorido Phra Maha Monthian
      
       Para finalizar, el Chakri Maha Prasat, del año 1882, del cual sólo se usan las áreas de recepción en la actualidad, principalmente en las ceremonias de acreditación de los embajadores y para los banquetes de estado en honor de los Jefes de Estado en visita oficial. El interior del recinto no se puede visitar; tan sólo se puede acceder a algunas muestras de armas, joyas y artículos reales situados en los bajos del edificio. 

Chakri Maha Prasat


         El cielo amenazaba tormenta (como casi todos los días al atardecer), así que la visita no dio más de sí. Fascinado por la primera parte, el Monasterio del Buda Esmeralda, y un tanto decepcionado en la visita al Palacio Real ya que no se puede acceder a ninguno de los edificios. 

La tormenta se acerca...
                                    La Montaña Dorada

       La Montaña Dorada es una pequeña elevación del terreno que alberga un templo en su cima, a unos 80m de altura (entrada 20 THB) La subida a la cima se realiza por una pasarela en espiral que va ofreciendo vistas de la ciudad en todas direcciones; hay numerosos puntos con campanas que los fieles (o turistas) hacen sonar según se va ascendiendo. En la cima se encuentra el templo Wat Saket, un buen punto para hacer una parada y beneficiarse del clima acondicionado. En la terraza superior se puede observar la estupa dorada que domina el horizonte de la ciudad, donde los fieles hacen sus ofrendas. La terraza además ofrece unas vistas muy buenas de Bangkok (un tanto empañadas durante mi visita por la neblina que se originaba fruto del calor. 






                                     El río Chao Phra Ya

        Uno de los paseos más bonitos que ofrece Bangkok es, a mi entender, el que discurre por la orilla oeste del río Chao Phra Ya, entre el puente Phut y Wat Arun. En la entrada al puente Phut se sitúa el monumento al Rey Rama I, a escasa distancia del mercado de flores Pat Khlong Talat, un mercado que ofrece todo tipo de variedades de flores, que los Tailandeses emplean sobre todo en sus ofrendas a Buda


Río Chao Phra Ya, desde la orilla este, mostrando el paseo de madera que recorre la orilla oeste
Plaza del Monumento al Rey Rama I 
El Puente Phut sobre el río Chao Phra Ya 
Cruzando el puente Phut, con la Pagoda Prayoon Wongsawas a la izquierda
        El relajante paseo por la orilla oeste discurre sobre un puente de madera que bordea la orilla del río, paseo que ofrece interesantes visitas, como la de la Iglesia de la Sta. Cruz y el adyacente templo Wat Kanlayanamit Woramahawihan (caramba con el nombrecito...), uno de los templos budistas más hermosos de cuantos he podido visitar durante mi visita y que alberga una enorme imagen de Buda en su interior. 

Vista parcial del puente Phut
Iglesia de la Sta. Cruz


El paseo sobre el puente de madera, bonita experiencia



      El templo Wat Kanlayanamit Woramahawihan alberga un monasterio en su parte trasera, donde conviven numeroso monjes y aprendices en un entorno ciertamente envidiable. 

Wat Kanlayanamit Woramahawihan 



El Monasterio Wat Kanlayanamit Woramahawihan 
       Para llegar a Wat Arun hay que cruzar un canal que desemboca en el río Chao Phra Ya, el Khlong Bangkok Yai, que actúa de frontera natural para la fortaleza de la ciudad (recinto militar al que no es posible acceder... la táctica de hacerse el despistado no funciona en ésto sitios) En la zona se encuentra el Antiguo Palacio (zona militar) y el monasterio Wat Moleeloakyaram Ratchaworawihan.


       Wat Arun Ratchawararam (o Templo del Amanecer) se construyó cuando Ayutthaya era la capital del reino. Durante unos años albergó en su interior el Buda Esmeralda y ha sufrido numerosos cambios de nombre a lo largo de su historia. La arquitectura del templo muestra una clara influencia hinduista: está formado por un pilar central, de 77m de altura que representa el Monte Meru de la cosmología hindú, flanqueado por otros 4 pilares mas pequeños dedicados a los vientos. Pequeñas piezas de cerámica y conchas marinas sirven para decorar los pilares. En la actualidad el pilar central está completamente cubierto por andamios que apenas permiten adivinar la maravilla que se oculta tras ellos, sólo insinuada por la belleza de los pilares pequeños que ya han sido restaurados (se supone que el pilar central será más hermoso que sus hermanos menores) Dado el estado del recinto decidí no pagar la entrada (100 THB) ya que para ver andamios los podía ver igual desde el exterior. Una pena, porque el sitio parece ser interesante.

Atardecer sobre Wat Arun 
Estado de Wat Arun durante mi viaje, en plena renovación 
Detalle del pilar central de Wat Arun que quedaba al descubierto 
Uno de los pilares menores restaurados 
El activo embarcadero de Wat Arun, con el perfil de Bangkok al fondo

Chinatown y Wat Traimit Witthayaram

       El vibrante distrito de Chinatown en Bangkok se localiza al este de la ciudad antigua y se articula en torno a la calle Yaowarat, hasta llegar al Odeon Circle, que marca el límite oriental del distrito. Chinatown ofrece todo lo que se espera de este tipo de barrios: los comercios se agrupan por gremios y se puede encontrar de todo. Abundan las joyerías y los comercios dedicados a la tecnología, sin olvidar los tradicionales mercados de productos frescos y los restaurantes de calle nocturnos. El ambiente es bullicioso, con estrechísimas calles donde se desarrolla la actividad de una forma frenética y donde resulta tremendamente complicado orientarse (es una maraña de calles y callejas, con mercados que se extienden hacia el interior de los edificios y que hace difícil saber dónde te encuentras en muchas ocasiones)

Las aceras "compartidas" por peatones y vehículos, ¡chinatown en estado puro!
La maraña de cables recuerda a aquellas de las favelas de Rio;
da imagen del caos urbanístico que hay a sus pies
         En el barrio se pueden encontrar, como es natural, templos Budistas chinos, con su tradicional hermetismo y peculiar estética (normalmente no permiten fotografiar en su interior y son muy celosos de su privacidad) Entre ellos destaca el Wat Mangkon Kamalawat, epicentro de las celebraciones chinas del año nuevo, situado al norte de la calle Yaowarat, en Charoen Krung; y el Wat Samphantawongsaram Worawiharn, construido en el periodo Ayutthaya y renovado por el Rey Rama I en 1796.

Templos Budistas chinos: Wat Magkon Kamalawat
El Odeon Circle, con el templo Wat Traimit Witthayaram al fondo
Wat Samphantawongsaram Worawiharn 


          Justo en frente del Odeon Circle se encuentra el templo Wat Traimit Witthayaram, templo real y cuyo principal reclamo (además de la hermosa estética exterior del templo y de los edificios adyacentes), es el Buda de oro que se puede visitar en la parte superior del templo (entrada 40 THB), ya que con sus más de cinco toneladas pasa por ser el mayor Buda de oro macizo del mundo...¡ahí es nada!

Templo adyacente a Wat Traimit Witthayaram, ¡pequeño pero coqueto! 
Interior del Templo adyacente a Wat Traimit Witthayaram
 Wat Traimit Witthayaram
El Buda de oro macizo de Wat Traimit Witthayaram 



         Caída la noche, las calles cobran otro aspecto y los neones y mercados callejeros inundan el barrio. Siempre un espectáculo para los sentidos y un reto para los más atrevidos (gastronómicamente hablando) En definitiva, Chinatown.



                     Los "otros" Templos y Palacios de Bangkok

        Más allá de los grandes templos ya visitados, Bangkok ofrece infinidad de templos budistas "menores" (se calcula que en torno a 500 pueblan las calles de la ciudad asiática) y palacios que no gozan del gran favor del que gozan otros, pero algunos de ellos resultan realmente interesantes, y en una semana da tiempo a profundizar un poco más sobre lo que esta gran ciudad ofrece:

Buda Phra Si Sakyamuni

  • Wat Suthat Thepwararam (20 THB), situado en el centro de la ciudad antigua, justo frente al ayuntamiento de la ciudad y el conocido columpio gigante. Su construcción se debe al Rey Rama I (cuidado que fue activo éste hombre...), aunque no logró ver la construcción terminada, algo que sucedió bajo el reinado de Rama III en 1847. Pese a la innegable belleza del conjunto, no hay mucho visitantes en este lugar (como ya he comentado, seguramente no se encuentre entre los destinos "top" de Bangkok, algo que agradecemos aquellos a los que nos gusta descubrir la otra cara de las ciudades), un lugar tranquilo, alejado del caos que bulle a sólo unos metros tras sus muros. En el interior destaca la estatua de Buda de 8m de altura, y en el exterior los numerosos budas que bordean el recinto del templo principal. Una visita, desde mi punto de vista, obligada en Bangkok

Entrada a Wat Suthat Thepwararam y el columpio gigante
En el reluciente patio del Wat Suthat Thepwararam
Frontal del Wat Suthat Thepwararam
El patio del templo está bordeado por decenas de imágenes de Buda

  • Wat Ratchapradit, situado al lado del parque Saranrom su principal reclamo y llamativo es que está construido en mármol. Una belleza arquitectónica. Si a la belleza del edificio además se le une la oportunidad de asistir a una celebración budista, con sus cánticos y rituales, la visita se convierte en una experiencia increíble. 
Fachada del templo Wat Ratchapradit
Interior del templo Wat Ratchapradit, al finalizar la oración
El cercano parque Saranrom
  • Wat Ratchabophit, situado enfrente del parque Saranrom y al Wat Ratchapradit se alza este precioso templo coronado por una estupa dorada central de 43m de altura. La arquitectura del templo se sale un poco de los estándares de construcción tailandeses, con su patio circular y los edificios adyacentes orientados en la dirección de los puntos cardinales. Los exteriores profusamente ornamentados y un interior algo más sobrio caracterizan este particular templo. 

El exterior del templo está profusamente ornamentado
Interior de Wat Ratchabophit
El singular patio exterior de Wat Ratchabophit

  • Wat Sitaram, situado a los pies de la colina dorada y desde cuyo patio se tienen una vistas estupendas de ésta última. 


  • Wat Intrawihan, situado al norte de la zona antigua de Bangkok se encuentra este templo que alberga un Buda de 32m de altura, decorado con mosaicos de cristal y oro, cuya ordenada colocación llevó en torno a 60 años. 





  • Wat Benchamabophit (o Palacio de Mármol, entrada 20 THB), situado a escasa distancia del Wat Intrawihan, un hermoso Palacio real que data de 1899 y que emplea como elemento de construcción principal el mármol de Carrara, traído desde Italia para la ocasión. Si consigues abstraerte de la belleza del entorno y entras en el recinto, bajo la imagen central de Buda se encuentra una urna con las cenizas de Rama V, el principal motivo de devoción y visita para los Tailandeses. A mí me gustó más el exterior...¡para gustos!


  • Wat Tri Thotsathep, un hermoso templo construido en mármol y con estupas doradas situado al norte de Khaosan Road, al otro lado del canal, a escasa distancia del Wat Mai Amaratarot.

Wat Tri Thotsathep
Wat Tri Thotsathep
Wat Mai Amaratarot
  • Wat Thepthidaram Worawihan, un templo real de tercer grado cuya construcción se completó en 1839, que fue cuando recibió su actual nombre. 


  • Wat Bowon Niwet Wihan, situado muy cerca del hotel, en la zona de Khaosan Road, y con el que dí de casualidad el último día paseando por la zona..una pena que no lo hubiera descubierto porque el templo bien merece una pena y ofrece algunos elementos distintivos únicos. El recinto alberga una escuela y el Buda en su interior data del S.XIII.

Wat Bowon Niwet Wihan
Wat Bowon Niwet Wihan
Wat Bowon Niwet Wihan
















  • Wat Ratburana Worawihan, situado en las inmediaciones del puente Phut, un pequeño templo que se caracteriza por sus torres de influencia hinduísta, animadamente decoradas.


  • Wat Ratchanatdaram Worawihan, construido en 1846 por el Rey Rama III (siguiendo el modelo de dos templos similares situados en India y Sri Lanka), el templo, también conocido como Loha Prasat, tiene una altura de 36m y tiene una peculiar construcción en escalera. La parte superior alberga una reliquia de Buda. Durante mi visita el edificio principal se encontraba cubierto por andamios, así que me tuve que conformar con contemplar el resto del complejo (aunque se puede entrar a la torre - 20 THB - que alberga una especie de museo); una pena, porque es el único edificio de este tipo que existe en el mundo. 




Paseando por Bangkok

           Al margen de los lugares mencionados anteriormente, que se podrían considerar como las visitas "obligadas" en Bangkok, la capital Tailandesa ofrece rincones interesantes que esperan ser descubiertos en cada calle o intersección. Es cierto que Bangkok, como la mayoría de las ciudades asiáticas, no está hecha para ser descubierta a pie, pero eso no significa que no se pueda hacer (para ello has de tener tiempo, eso sí, y paciencia para afrontar la maraña de carreteras y cruces, donde una vez más el peatón no goza de ningún respeto); pero Bangkok ofrece una infraestructura mucho más cuidada que otras ciudades asiáticas y pasear por ella resulta posible e incluso agradable (en cuanto te alejas de las principales arterias) Paseos que permiten vivir la ciudad desde dentro y adentrarse en sus curiosidades y particularidades.

El Teatro Nacional, ubicado a la altura del puente Phra Pinklao
Puente Rama VIII sobre el río Chao Phra Ya
Pabellón Santichai Prakam, en la Residencia Real a orillas del río Chao Phra Ya
       Una de esas curiosidades puede ser el Memorial dedicado al cerdo, situado en Wat Ratchababophit, que data de 1913 y que se construyó para conmemorar el 50 aniversario del nacimiento de la Reina Sri Phatcharinthra, que nació bajo el símbolo de este animal, o la Capilla del Pilar de la Ciudad de Bangkok,  una de las capillas más antiguas y respetadas de Bangkok, situada en las inmediaciones de la Pagoda del Buda Esmeralda y del edificio de Ministerio de Defensa que se sitúa frente a ella. La madera de la acacia (considerada como el árbol de la victoria en Tailandia) se empleó para construir el pilar original, un pilar de 4,70m de alto (2 de ellos bajo tierra) y 70cm de ancho rodeado por el horóscopo de la ciudad de Bangkok. La capilla original data de 1752.

Memorial al cerdo
Capilla del Pilar de la Ciudad de Bangkok 
Ministerio de Defensa, frente al recinto del Palacio Real 
Intersección cercana al Palacio Real, con el elefante como
elemento identificativo  

       El Monumento a la Democracia, situado a medio camino entre Wat Ratchanatdaram Worawihan y Khaosan Road, monumento encargado en 1939 para conmemorar el golpe de estado de 1932 que dio lugar al establecimiento de una monarquía constitucional en el país. Vestigios de las fortalezas y torres que sirvieron para defender la ciudad del enemigo aún pueden ser vistos en la ciudad: el Fuerte Phra Sumen, rodeado de un hermoso parque y que ofrece una vistas estupendas del río, o la fortaleza Phanfah, situada en el cruce de canales con el mismo nombre.


Una de las antiguas torres de vigilancia
Torre de vigilancia frente al Palacio Real


Fuerte Phra Sumen 
Fortaleza Phanfah
       Otra buena forma de conocer la ciudad es a bordo de un tuk-tuk, los característicos triciclos motorizados de Bangkok. Un "timo" muy habitual (que yo sufrí en mis propias carnes y que trataron de repetir en un par de ocasiones) es el siguiente: una persona se aproxima y comenta que en ese día el gobierno ha decretado un día especial de compras para fomentar el comercio interior y las tiendas ofrecen precios sin impuestos y el transporte urbano sólo cuesta 20 THB. La oferta parece tentadora (y lo es), y a mí me ofrecieron conocer varios sitios del norte de la ciudad (que de otra forma no hubiera conocido al estar un tanto alejados y dispersos), incluyendo la visita a uno de esos centros textiles promocionados por el gobierno. Como me dicen que no hay "gato encerrado", me subí al tuk-tuk, comenzamos las visitas a los templos y monumentos y a uno de esos centros textiles que producen camisas y trajes a medida. Como no estaba interesado en comprar un traje o una camisa en Bangkok (¡bastante peso llevaba ya en mi maleta!) según entré en la tienda salí. Y ahí estaba el truco: el conductor me comenta que tengo que permanecer en la tienda al menos 10min. para que a él le den su comisión, incluso si no compro nada. Así que me llevó a otra fábrica donde me tuve que pasar 20 minutos sentado hablando con un hombre simplemente dejando pasar el tiempo porque tenía claro que no iba a comprar (y eso que la oferta era buena, porque podías elegir el modelo de camisa y traje entre un amplio abanico de catálogos de conocidos diseñadores, y el precio final que me hizo fue de 80€ por un traje y dos camisas a medida); al salir, como no había comprado nada el conducto estaba un poco "inquieto" y me comentó que me llevaba a otro taller textil. Ante mi negativa, acordamos que me llevara al último punto de la visita (el Palacio de Mármol en aquella ocasión) y de regreso al punto de partida pero mi sorpresa fue que al salir de la visita el hombre se había ido, sin cobrar sus 20 THB, pero me había dejado "abandonado" allí por mi negativa a visitar un taller de confección más. El Palacio es un sitio turístico así que no tuve problema en encontrar transporte de vuelta, a un precio mayor, ¡eso sí! La lección aprendida: que en ningún sitio regalan nada ni hay ofertas chollos escondidas esperando a ser descubiertas. 

Wat Sitaram 
Andamios a la Tailandesa.
A la espera de la opinión de Bea como arquitecto :-) 
Wat Mahan Param 
Wat Burana Sri Mattayaram
       Para finalizar, una visita a la afamada Khaosan Road, animada zona de diversión que en otro tiempo fue el germen de la industria sexual tailandesa pero que hoy en día se ha reconvertido en una calle de bares y restaurantes donde poder disfrutar de una cerveza local mientras se contempla el incesante ir y venir de gente. Hoy es un lugar donde las familias pasean con los niños, una calle que alberga tiendas de recuerdos, talleres de tatuajes, comida exótica, centros de masajes, disco bares...todo cabe en esta calle que bien merece unas cuantas visitas (más aún cuando el hotel se encuentra a escasos metros del epicentro de la noche) Una pequeña confesión...después de más de un mes en Asia y comiendo prácticamente a base de arroz, noodles y algún pescado, no dudé ni un momento entrar a un Burguer King de la zona, ¡mea culpa! Eso sí, el menú tenía precio europeo (unos 6,5€ al cambio), lo cual me llamó la atención ya que en Khaosan puedes comer fácilmente por 3-4€. La ternera del Burguer King Tailandes es de Australia...¡curiosamente sabía igual que la europea!

Khaosan Road y Rambuttri Road, el centro de la animación nocturna de la ciudad antigua

Ayutthaya

        Ayutthaya fue la capital de Siam y hogar de 33 reyes. Vivió su época dorada entre los S. XIV y XVIII y su declive comenzó con la invasión birmana de 1767, cuando la ciudad quedó completamente arrasada y se trasladó la capital del reino Tailandés a Bangkok. Actualmente Ayutthaya es Patrimonio de la Humanidad y alberga vestigios de la gran ciudad que un día fue, una visita de un día desde Bangkok (600 THB, unas dos horas de viaje por trayecto) que organizan numerosos operadores locales y que yo contraté en una agencia situada justo a la puerta del hotel. La visita hace un recorrido por las ruinas de los principales templos de la antigua ciudad, ruinas que siguen siendo magníficas, sin olvidar también el profundo significado religioso que albergan estos lugares para los Tailandeses. 

          La visita comienza en el templo Yai Chai Mongkhon, el más llamativo y el que se encuentra en mejor estado de conservación. Un recinto que alberga un Buda reclinado (Wihan Phraphutthasaiyat) y una estupa custodiada por dos grandes imágenes de Buda en la entrada, además de por otros cientos más pequeños rodeando la base del templo. Las túnicas amarillas son una constante en la vestimenta de las imágenes de Buda en Tailandia









        A continuación se visita el Templo Maha That, el segundo templo más grande de cuantos se construyeron en Ayutthaya, situado al Este del Gran Palacio y que ostentaba la denominación de templo real. El estado actual, en ruinas, muestra cómo quedó el templo después de sufrir la invasión birmana en 1767 (ambos países budistas, pero las guerras no entienden de nada) Entre las curiosidades destaca la cabeza de lo que en su día fue una imagen de Buda arropada por el tronco de un árbol, como queriendo protegerla. El resto del cuerpo desapareció (contrariamente a lo que sucede con la mayoría de las imágenes, dónde sólo se conserva el cuerpo y la cabeza ha desaparecido) Al lado del Maha That se encuentra el Templo Ratchaburana, con su particular templo con iconos hindúes. No entraba en la visita, pero me acerqué a visitarlo por mi cuenta.




         Continuando con la ruta llegamos al templo Lokayasutha, del que no hay registros históricos, pero se cree que se levantó durante los primeros años del imperio de Ayutthaya. Todo lo que queda hoy son las marcas en el suelo de donde debieron situarse los muros del recinto y un enorme Buda reclinado presidiendo el lugar. 


        De nuevo en el minibus, la siguiente parada nos lleva al Templo Phu kao Thong, a las afueras de Ayutthaya, donde una enorme estupa preside el lugar. Normalmente hago las fotos torcidas, pero en esta ocasión la inclinación que muestra la estupa no es culpa mía: es el estado en que quedó después de un terremoto acontecido en el S. XX. El templo, dedicado a los gallos de pelea (símbolo de la ciudad, donde se practican combates entre estos animales especialmente entrenados para ello - otra salvajada), cuenta con un pequeño templo interior al que se accede por medio de un angosto túnel en la terraza superior.





       Después de una breve parada para almorzar (incluido en el precio de la excursión), nos dirigimos a la última parada del recorrido por Ayutthaya antes de emprender el regreso a Bangkok. El Templo Phrasisanpeth fue el templo más grande de la ciudad y también un palacio. Construido en el S. XV aún conserva parte del esplendor que debió de tener en su día, con sus tres magníficas estupas alzándose al cielo en un magnífico estado de conservación. En el templo nunca residieron monjes, que sólo acudían al lugar para las celebraciones religiosas. 





         Sin salir del recinto también se puede visitar el Templo Mongkhon Bophit, que acoge una figura homónima de Buda en bronce del S.XV, una de las más grandes de Tailandia (12,5m) 

Mongkhon Bophit

       Justo enfrente se sitúa el templo Phra Ram, con su característica estupa que se alza en un marco incomparable. 

Wat Phra Ram

          Para finalizar el día nada mejor que una visita a la granja de elefantes que se ubica en el mismo recinto. Se pueden dar paseos en elefante (escasamente 300m, y sobre asfalto, así que no resultaba muy atractivo), dar de comer a estos "pequeños" animales o hacerse alguna divertida foto con ellos. Sin duda un momento especial en el viaje, ¡nunca había estado tan cerca de estos pequeñines!


Menudo tamaño tiene "todo" el elefante...
¡No quisiera tener mi coche aparcado por donde pasan ellos!
Animalito...no dejaba de moverse y yo preocupado por el colmillo, ¡no me fuera a sacar un ojo!
      Y hasta aquí mi última travesía por Asia. El largo regreso, después de cinco semanas de experiencias, comenzó con el vuelo de regreso a KL, con el tiempo justo para recoger la maleta, pasar los controles de inmigración, volver a facturarla y esperar la salida del vuelo de Malaysia Airlines que me llevaría de vuelta a Frankfurt. Un viaje largo pero corto, del que guardo buenos recuerdos y un buen puñado de imágenes, y ya a la espera del próximo destino en Asia, aún por decidir.

        El vuelo de regreso de Bangkok a KL me regaló una de las imágenes más espectaculares que puedo recordar: un cielo en llamas. No necesito buscar explicación al entusiasmo con el que afronto, aún hoy y con cientos de vuelos a mis espaldas, cada vuelo en el que embarco, pero sin duda imágenes como estas ayudan a que la gente pueda entender por qué para mí volar es único y especial.

Ante una imagen así las palabras sobran


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