Asia. Siempre Asia. Para cerrar un año muy viajero, el trabajo me llevó de nuevo a Indonesia, y puestos a realizar un viaje tan largo, esta vez decidí prolongar mi estancia para visitar algunas islas del Este (Lombok, Komodo, Flores y Rinca) El
año va llegando a su fin, y el cansancio se acumula (¡y el bolsillo lo nota!), así que decidí plantearme el viaje de una forma un poco más relajada. Y buscando por internet descubrí que podía realizar un “crucero” en klotok desde Lombok hasta Labuan Bajo, en Flores, visitando
varias islas y haciendo excursiones de treking y snorkel, visitando la isla de Komodo para ver a sus habitantes más ilustres y temidos, y la idea me atrajo de inmediato, así que toda la organización del viaje giró en torno a las fechas para poder realizar el viaje en klotok para posteriormente dirigirme a Moni y poder visitar los tres lagos del volcán Kelimutu,
que figura en uno de los libros de viajes que tengo como visita recomendada en Indonesia, y que era la única de dichas recomendaciones que me había quedado pendiente en mi viaje del año pasado. Para ser sincero, ésta vez no prepare el viaje como hubiera debido (y merecido),
por falta de tiempo y porque la mayor parte del tiempo de “preparativos” se lo llevó el reciente viaje a Islandia (viaje a Islandia), y como decía un instructor de un curso de gestión del tiempo: fallar en la planificación es planificar para fallar.
Dos de los lagos de Kelimutu, un espectáculo visual |
El dragón de Komodo...60 millones de años sobre la tierra, ¡ahí es nada! |
El viaje...
Pero antes del descanso y el placer…la obligación. El viaje desde Colonia hasta Jakarta comenzó con el trayecto en tren a Frankfurt (con más de media hora de retraso…¡la Deutsche Bahn no es lo que era!) y de allí a Jakarta vía Doha, esta vez con
la compañía Qatar Airways. El trayecto de Frankfurt a Doha debería haber sido en un flamante A350, lo cual añadía un plus de motivación para el viaje (sí...a los aeronáuticos éstas cosas nos emocionan), pero al llegar a Frankfurt me informaron que el vuelo se realizaba en un 777…luego me enteré que el A350 que cubre la ruta entre Frankfurt y Doha había estado en mantenimiento por unas semanas...¡la próxima vez espero poder disfrutarlo!
Qatar Airways ofrece unas cabinas muy cómodas y un cuidado servicio a bordo, como era de esperar, una refinada selección de comida y bebidas, lo más parecido a un restaurante de calidad pero con el aliciente añadido de poder disfrutarlo a 39000 pies de altura y con unas vistas
que ningún otro restaurante puede ofrecer. Qatar también ofrece una variada selección de películas (más de 100 títulos en castellano) que hicieron que el tiempo pasara "volando" (me gustó "Focus", una historia de timadores y buscavidas protagonizada por Will Smith, con un
comienzo de esos que enganchan pero que va perdiendo interés a medida que la cinta avanza, resultando finalmente entretenida y poco más, una historia de persuasión y engaño; no pude
resistirme a ver de nuevo, después de muchos años, "la historia interminable", fantasía y aventuras en un mundo imaginario con la lucha contra la tristeza como hilo conductor)
El espectacular aeropuerto de Doha |
Tras algo más de 6 horas de vuelo, aterrizamos puntuales en Doha, un espectacular aeropuerto
construido en medio del desierto; ostentación y lujo al servicio del viajero, con una legión de personas cuya única finalidad es mantener la apariencia impecable de cada uno de los rincones del gigantesco edificio. Una escala de 3 horas que aproveché para
cenar y de nuevo en ruta hacia Jakarta (después de sufrir uno de los embarques más desastrosos que recuerdo…al parecer motivado de nuevo por un cambio en el tipo de avión), ésta vez en un remozado A330 con unas cabinas individuales que me encantaron. Nueve horas después
Jakarta me recibía de nuevo con el calor característico de estas zonas del planeta, pero con un cielo blanquecino que acentuaba la sensación de humedad en el ambiente.
Mi visita de trabajo a Jakarta se limitó simplemente a eso, a trabajar. El tiempo justo para cumplir con las obligaciones que me habían llevado hasta allí, alguna cena con exquisiteces de la tierra y una nueva oportunidad para comer durian, esa fruta de aspecto extraño,repulsivo olor (está prohibido en la mayoría de los hoteles de la isla) y sabor "característico". Para mis anfitriones es una exquisitez, así que no pude negarme a "degustarlo" de nuevo en su compañía.
Durante mi estancia en Jakarta me aloje en los siguientes hoteles:
- Pullman Central Park (2.175.000 IDR/noche), al igual que en mi anterior estancia (y es que como quedé contento...¿para qué cambiar?) Todo impecable, un desayuno excepcional y unas instalaciones que responden a las expectativas de un hotel de esta categoría, con el aliciente de encontrarse en una zona que permite un acceso cómodo al aeropuerto y con una variada oferta de restauración, no solo en el propio hotel sino también en el centro comercial adyacente.
- Allium Airport Hotel (585.000 IDR/noche): la ultima noche en Jakarta decidí alojarme en éste hotel por su supuesta cercanía al aeropuerto, ya que mi vuelo hacia Lombok salía temprano el sábado. Gran error. El hotel esta lejísimos del aeropuerto (que era el único motivo del cambio), en Tangerang (localidad donde se ubica el aeropuerto de Jakarta, ¡pero es que Tangerang es grandísimo!), sin nada interesante en los alrededores. Ofrece un servicio de transporte gratuito al aeropuerto a unas horas determinadas (trayecto de unos 45 minutos...sin tráfico) y la apariencia del vestíbulo y las zonas comunes – muy lujosas y cuidadas – no se corresponde con el aspecto de las habitaciones, que necesitan una reforma profunda. Desayuno normalito y wifi que va y viene. No lo recomiendo en absoluto.
Lombok - Senggigi
La terminal del aeropuerto de Jakarta |
Concluida mi estancia profesional en Jakarta, tocaba cambiar el "chip" a modo vacaciones (éste cambio resultó tremendamente fácil...¡el contrario no tanto!) Mi primer destino fue Lombok, la isla situada al este de Bali, donde permanecería unos días para hacer simplemente nada. La idea era simple: playa, sol, descanso y buena comida y bebida. La coqueta terminal de vuelos domésticos del Aeropuerto Internacional de Jakarta se convirtió en el lugar donde prácticamente pasaría mi primer día de las esperadas vacaciones. Y es que el vuelo de Batik Air (809.500 IDR) de Jakarta a Lombok se retrasó algo más de tres horas (al parecer el vuelo procedía de la región afectada por los incendios en Sumatra y el acceso al espacio aéreo estaba limitado), con lo que finalmente llegué a Lombok a las 16:30 (Lombok tiene una hora
más que Jakarta)
Tiempo suficiente para coger un taxi hasta el hotel (225.000 IDR, un trayecto de una hora y media de duración), al que finalmente llegué al atardecer, después de sortear durante el trayecto toda clase de obstáculos (motos circulando en sentido contrario, en el mismo sentido, carros tirados por mulas…¡pura Asia!) y de disfrutar de las estupendas vistas de los campos de arroz, que sin tener el atractivo de los escalonados arrozales de Bali, comparten con aquellos el color vibrante y la espectacularidad de los paisajes que conforman, todo ello acompañado por una preciosa puesta de sol sobre el mar…lástima que sólo pudiera disfrutara desde el taxi (y en solitario...¡el taxista no cuenta como compañía!)
En Lombok me aloje en el Holiday Resort Lombok (665.000 IDR/noche), un resort que me defraudó un poco porque esperaba algo más (sobre todo en cuanto a su ubicación) Habitaciones amplias y cómodas, con aire acondicionado y una espaciosa terraza (que apenas pisé, por las temperaturas
en el exterior, extremadamente altas incluso durante la noche) y construidos a modo de pareados de dos alturas al borde del mar y en medio de exuberantes jardines. El principal inconveniente del hotel es que se encuentra en mitad de la nada…a pesar de ofertarse como hotel en Senggigi, la playa
que constituye el principal reclamo turístico de la zona, el hotel se encuentra a unos 5 Km de aquella…falta de planificación por mi parte (y de honestidad por parte del hotel al ofertarse en internet...) La conexión wifi no funcionó en absoluto durante mi estancia (lo que me obligó a comprar una tarjeta SIM local con conexión de datos, que fue a la postre el mejor descubrimiento del viaje - 70.000 IDR con 2Gb de datos, simPATI, que opera con Telkomsel, el mayor de los operadores del país y el único que ofrece cobertura regular en las islas del Este) y el desayuno tampoco estuvo a la altura del establecimiento. Lo mejor: la piscina y los jardines, ideales para tumbarse y hacer lo que había venido a hacer: nada.
En cualquier caso, mi estancia en Lombok se limitaba únicamente a pasar el tiempo de forma relajada hasta la salida del klotok, días que decidí emplear en descansar, pasear por la playa, tomar algún baño y relajarme con una
Bintang en la mano, objetivo que cumplí sobradamente, ya que la zona no ofrecía muchas más opciones.
La paradisíaca y solitaria playa a la que se accedía desde el hotel |
Una playa de arena negra...curioso en ésta zona |
El peligro de tsunamis está presente en la isla en todo momento |
El principal reclamo turístico del Oeste de la isla lo constituye la playa de Senggigi, una playa que me decepcionó profundamente cuando la visité por primera vez: no se encuentra en un entorno privilegiado en absoluto y la playa en sí no ofrece muchos atractivos ni servicios. Durante mi visita (en fin de semana y en temporada baja de turismo), únicamente había gente local (lo cual siempre agradezco...) La población de Senggigi aglutina la mayor parte de la oferta hotelera y de ocio de la zona, aunque como localidad tampoco ofrece muchos atractivos para el visitante.
Aspecto general de la playa de Senggigi desde una de las colinas cercanas |
La calle principal de Senggigi...la localidad no ofrece mucho más aparte de ésta calle |
La playa de Senggigi, al atardecer |
El embarcadero de la playa de Senggigi, plataforma improvisada de saltos para los niños locales |
Pero no todo fue decepcionante en Senggigi, ni mucho menos. Además de disfrutar de estupendas comidas en los restaurantes locales (principalmente a base de Nasi Goreng - arroz frito - y Mie Goreng - noodles fritos - acompañados de carne y/o vegetales a precios muy económicos), se puede disfrutar de un relajante masaje (en Orchid, que es una cadena de belleza con varios establecimientos en la zona, 1 hora de masaje de hombros y espalda por 80.000 IDR) y de unas puestas de sol de esas que simplemente enamoran y hacen que el tiempo se detenga. Simplemente por ésta última razón (sin olvidar los paseos por la playa y las cervezas al borde de la piscina, ¡claro!) merece la pena visitar Senggigi.
Sin palabras...realmente merece la pena visitar la zona para poder observar puestas de sol así |
Curiosa tonalidad del sol al hacer un zoom con la cámara; día y noche se unen |
El sol se oculta tras el volcán Gunung Agung de Bali |
En Lombok hay otros dos reclamos (fundamentales); uno de ellos es el volcán Gunung Rinjani, que con mas de 3700m de altura se erige como el segundo más elevado de Indonesia. Al marcado carácter religioso que encierra
Gunung Rinjani para los hindús, se une el atractivo de poder ascenderlo, en una ruta de hiking de 4 dias de duración (algo que descubrí a mi llegada…si vuelvo a Lombok será para ascender el volcán, una idea que me atrajo en cuanto reparé en la posibilidad de hacer la ascensión) El otro, la pequeña isla de Gilli,
situada al norte de Lombok, un paraíso para los submarinistas (como otras muchas zonas de la geografía indonesia...tendré que esperar para ejercitar las habilidades obtenidas con mi flamante licencia PADI en estas aguas) Dos buenos motivos para tratar de visitar
esta zona en viajes futuros...¡se acumulan los puntos de interés en Indonesia!
Lombok - Labuan Bajo
La línea marca la ruta en barco...muchas horas de travesía para llegar al destino final cuatro días más tarde |
Finalizada mi relajante estancia en Lombok, llegó el momento de echarse a la mar. La travesía de cuatro días y tres noches me llevaría a recorrer varias islas del Este de Indonesia a bordo de un barco de la compañía organizadora del viaje (www.kencanaadventure.com, 1.750.000 IDR) con todas las "comodidades": dos únicos aseos compartidos (¡para 34 personas!), colchonetas para dormir en la cubierta del barco, una botella de litro y medio de agua y tres comidas diarias - mucho peores que las del año pasado en el klotok para ver los orangutanes, ¡y éstas además picantes! El recorrido sufrió algunas variaciones con respecto a lo inicialmente contratado (también lo hizo el barco, ya que mi viaje se realizaba en un barco mucho más pequeño, pero como era temporada baja los organizadores mezclaron en el mismo barco a gente que había contratado el paquete de dos noches, tres y cinco noches...con el cambio de barco salí ganando, no tanto con el cambio en el itinerario, que me llevó a pasar dos veces por Labuan Bajo como luego contaré) La organización del viaje resultó ser algo pobre, opinión motivada principalmente por el cambio en el itinerario del viaje para acomodar a tres grupos en un sólo viaje, algo que parece ser una constante en los operadores de viajes de Indonesia...del guía mejor no hablo, porque no facilitó ningún tipo de información sobre las medidas de seguridad del barco, qué hacer en caso de emergencia, horarios de las comidas, etc. El 70% de los pasajeros del barco eran indonesios...¡tan sólo unos pocos occidentales nos "atrevimos" con la experiencia!
La cubierta superior del barco: armario, dormitorio, sala de estar...¡todo en uno! |
Algunas de las instalaciones del barco: aseo y cocina (junto a los aseos...por motivos de higiene, ¡supongo!) |
Lombok - Labuan Bajo, Día 1
El autobús de la organización me recogió puntual en el Holiday Resort Lombok para dirigirnos a las oficinas centrales de Kencana Adventures y proceder con el pago (hasta ese momento sólo había abonado la mitad del importe del viaje por PayPal) y el resto de las formalidades del viaje, entre otras la compra de bebidas para todo el trayecto, ya que el barco únicamente cargaría las bebidas que se hubieran encargado allí (7.000 IDR los refrescos y 35.000 IDR las cervezas de 650ml) Tras un par de horas de espera hasta que todos los viajeros hubieron completado el registro, emprendimos rumbo al embarcadero, situado en el otro extremo de la isla; un recorrido de casi tres horas de duración en un autobús sin climatizar...
A la llegada al embarcadero, sesión de familiarización (personal, cada uno por su cuenta..la organización brilló por su ausencia) con el barco y las instalaciones y elección del lugar en el que dormiría las próximas tres noches (cubierta superior o inferior...yo como siempre, arriba, ¡que siempre ofrece mejores vistas!)
En mi rinconcito de la cubierta superior, ¡disfrutando de una piña buenísima! |
Sin tiempo para mucho más y tras tomar la primera comida a bordo, emprendemos rumbo hacia nuestro primer destino, Gili Bola, una pequeña isla situada a unas dos horas de navegación, en las cuales disfruté de algunas imágenes estupendas del mar, los habitantes de la zona y las islas que pueblan estas aguas.
¡Suelten velas! |
El barco de la travesía por el mar de Flores |
Gili Bola, nuestro primer destino |
Gili Bola es un pequeño islote que tiene una pequeña elevación a la que ascendimos para ver el atardecer, ya que llegamos una hora antes del ocaso. El islote está rodeado de aguas cristalinas, azules aguas que se tornan en doradas con el reflejo del sol del atardecer que anuncia el final del primer día de travesía. Otra de esas imágenes que transmiten algo especial, un mar de oro y fuego.
En el montículo central de Gili Bola, disfrutando de las vistas |
El mar dorado, preludio del final de un nuevo día |
Maravillado por el espectáculo de un nuevo atardecer, regreso al barco para emprender de nuevo un par de horas de travesía; tiempo para cenar y disfrutar de una bintang bien fresca a bordo, ¡salud!
Lombok - Labuan Bajo, Día 2
A las 04:00 am el estrepitoso ruido del motor me sacó de mi plácido descanso (que no sueño...porque no pegué ojo en toda la noche...por fortuna las estrellas me hicieron buena compañía en medio del mar); el barco se puso en marcha con destino a la isla Moyo, unas 3 horas de navegación, tiempo para desayunar y asearse...¡lo de asearse es un decir! Tras desembarcar y después de un corto paseo por el bosque Moyo (unos diez minutos sorteando riachuelos y raíces, en compañía de macacos y aves variadas), llegamos a la cascada del bosque Moyo (con menos agua del esperado), donde me pude dar un refrescante baño (que sirvió como ducha de la mañana, ya que en el barco el agua de la ducha no funcionó por la mañana) y disfruté de un entorno precioso.
De vuelta al barco continuamos la navegación hacia la isla Satonda (unas cuatro horas navegando), disfrutando de las estupendas vistas que la travesía ofrece con un tiempo excepcional, al tiempo que repuse fuerzas con otro almuerzo...de nuevo picante (¡que manía con echarle guindilla a todo!)
A la llegada a la isla Satonda los pescadores locales nos reciben con la mejor de sus sonrisas...y la pesca del día. Lamentablemente esos manjares no estaban reservados para nosotros... en la isla visitamos el lago de agua salada (a unos 500m del embarcadero en dirección al centro de la isla) y tuvimos tiempo para disfrutar de la primera actividad de snorkel en las cristalinas aguas del mar de Flores.
El lago de agua salada de la isla Satonda |
Una vez finalizada la actividad, de vuelta al barco; una ducha de agua "caliente", una cerveza y un nuevo atardecer mágico a bordo...el único inconveniente es que ése día hubo bastante oleaje y la puesta de sol se veía desde la parte trasera del barco (nunca sé si es proa o popa...) y en dirección contraria a la marcha...conclusión, que me mareé (¡cómo no!) y ese día me perdí la cena y todo lo demás...18 horas de navegación ininterrumpidas (noche incluida) para llegar a nuestro siguiente destino, Komodo, en la mañana del tercer día.
Lombok - Labuan Bajo, Día 3
Con el estómago mucho más asentado después de otra noche de insomnio a bordo (si al movimiento del barco se le une el ruido ininterrumpido del motor del barco durante tantas horas, el resultado fue el previsible...otra noche contemplando las estrellas - ¡que tampoco es mal plan!), un nuevo día comienza con la expectativa de ver a los temidos dragones de Komodo; para ello nada mejor que empezar el día con un desayuno local a bordo, bañado con unas estupendas vistas.
Al final la travesía duró algo mas de lo esperado (el último tramo de unas 2-3 horas lo hicimos a una marcha mucho más lenta, curiosamente en la zona entre islas donde el mar estaba de nuevo en calma), así que llegamos a Komodo en torno a las 9 de la mañana, demasiado tarde...(la idea era llegar a las 7, ya que según avanza el día, con el calor, los dragones se refugian en sus guaridas o en las sombras del bosque y resulta prácticamente imposible verlos)
La entrada al parque (285.000 IDR, porque era día festivo...¡qué suerte!) incluye la visita guiada en compañía de un ranger del parque (el parque no se puede visitar por libre) El parque ofrece tres recorridos de distinta longitud; el recorrido largo son unos 4Km, pero al paso que se va se tarda cerca de dos horas en completar. Durante el recorrido no esperes ver dragones...en Komodo sólo vi dos, y ambos se encontraban en la zona de la entrada (perfectamente localizados por los guías), y el recorrido por el parque es más una ruta de senderismo en la que te cuentan distintas curiosidades sobre el comportamiento de estas prehistóricas criaturas con 60 millones de años de evolución sobre sus escamas y se visitan los lugares en los que se les alimentaba hasta hace unos años, cuando se decidió que era mejor que se buscaran la vida porque estaban perdiendo el instinto de cazar.
Desde Komodo nos dirigimos a la playa rosa, conocida así por el color rosáceo de la arena de la orilla de la playa, un recorrido de unas 3 horas en barco, y de nuevo al agua, a realizar una nueva actividad de snorkel, esta vez en aguas más frías que las del día anterior y más profundas, pero con el mismo colorido y variedad de peces y corales, todo un universo por descubrir.
Al final la travesía duró algo mas de lo esperado (el último tramo de unas 2-3 horas lo hicimos a una marcha mucho más lenta, curiosamente en la zona entre islas donde el mar estaba de nuevo en calma), así que llegamos a Komodo en torno a las 9 de la mañana, demasiado tarde...(la idea era llegar a las 7, ya que según avanza el día, con el calor, los dragones se refugian en sus guaridas o en las sombras del bosque y resulta prácticamente imposible verlos)
Los palos son fundamentales para protegerse de eventuales ataques de los dragones...los que yo vi no tenían mucha intención de atacar... |
Un macho; al parecer tienen la cabeza más grande y son más voluminosos que las hembras |
Estas señales las ponen para dar emoción al recorrido..¡ni un dragón vimos por el sendero! |
Como se ve, el dragón está a punto de atacar... y el ranger atento a sus movimientos :-) |
Esta es una hembra |
Panorámica de la playa rosa desde el barco |
Como se ve el color rosa de la arena es, cómo decirlo...tan tenue que no se distingue Me recordó al algo rosa de Senegal...¡que tampoco es rosa! |
Tres horas de navegación más y llegamos a Labuan Bajo, que en teoría debería haber sido la parada final del recorrido, pero merced a la chapuza organizativa preparada por Kencana Adventures para acoplar en el mismo barco tres recorridos distintos, tuvimos que hacer escala en esta pequeña localidad del Oeste de la isla de Flores, auténtico epicentro de la actividad turística de la zona, con multitud de sitios donde organizan viajes de buceo, restaurantes y hoteles. La llegada al puerto de Labuan Bajo nos deparó una nueva cautivadora puesta de sol.
Vista general del puerto y la localidad de Labuan Bajo |
Aproveché la escala para "hacer" nuevos amigos indonesios; sí, muy jóvenes, pero son los que viajaban en el barco. Una cena a base de pescado (yo tomé unos calamares a la brasa, 40.000 IDR, que estaban muy buenos...¡pero si les hubieran quitado el cartílago central hubieran estado mejor!)
Lombok - Labuan Bajo, Día 4
Última noche a bordo (esta vez con el barco en reposo, ¡algo es algo!) y a las 04:00am rumbo a Rinca (acceso 250.000 IDR, incluyendo todas las comisiones imaginables y la propia que se inventó el guía para su propio beneficio...nada que ver con los precios publicados en la web del parque, pero no hay nada que hacer, pese a reclamar el precio real es algo así como "o lo tomas o te quedas en el barco"...curioso, porque todo es Parque Nacional de Komodo, y si ya pagué la tasa el día anterior...¡Indonesia para occidentales!) Esta vez llegamos temprano a la isla (en torno a las 0700am) y los macacos nos recibieron curiosos en la playa de la isla (donde también hay cocodrilos, por cierto)
En ésta ocasión se podría aplicar el dicho "unos crían la fama y otros cardan la lana"; y es que es curioso que en la isla que da nombre a estas criaturas, sólo viera dos dragones y en Rinca, incluso antes de entrar en el recinto del parque ya se podía ver algún ejemplar caminando. Una vez dentro del parque pude contemplar grupos de varios dragones y la misma filosofía que en Komodo: tres recorridos (que hay que hacer siempre en compañía de un guía local) donde no se ven dragones, pero sí unas bonitas vistas del archipiélago desde el punto más alto de la isla. Parece ser que al final de la visita la mayoría de la gente se va con la sensación de que la isla de Komodo es sólo un reclamo, pero los dragones son más fácilmente observables en la vecina isla de Rinca. Si volviera a visitar a zona y visto lo visto, sin duda sólo visitaría Rinca.
Y de Rinca a Gili Laba, la última parada de mi recorrido (ya que por los cambios organizativos ya mencionados Kencana Adventura se "olvidó" de visitar la isla Kelor...) En Gili Laba se puede realizar una excursión de trekking a lo alto de la isla para disfrutar de las vistas, pero también se puede hacer snorkel; en vista del calor que hacía y teniendo en cuenta que el viaje se produjo al final de la temporada seca y el aspecto de las islas (que debe ser espectacular después de las lluvias, cuando el verde inunda el espacio) era un poco árido, me decanté por el snorkel para refrescarme un rato y poder disfrutar de nuevo de los colores y formas que el fondo coralino de éstas aguas ofrece. En esta isla en teoría se pueden divisar tortugas...pero no vi ninguna. Una pena, porque hubiera sido un broche espectacular.
El viaje por la aguas del mar de Flores concluyó con el recorrido desde Gila Laba hasta Labuan Bajo (de nuevo), esta vez ya a bordo de un klotok de verdad, ya que el barco de Kencana continuaba su viaje de regreso a Lombok con una decena de pasajeros. La travesía mereció la pena, y las interminables horas de navegación no se me hicieron pesadas en absoluto. Pese a los problemas organizativos, recomiendo la experiencia.
El klotok que me llevaría de vuelta a Labuan Bajo tras cuatro horas de navegación |
La pequeña localidad costera de Labuan Bajo (punto de entrada de la mayoría de la gente que visita la isla de Flores y principal ciudad de la misma) no encierra muchos secretos. Su principal atractivo no se encuentra en tierra, si no en las maravillas de las profundidades marinas de las aguas que la rodean. Durante el día la actividad de la ciudad se limita a la del pequeño mercado de productos frescos (no muy activo, para tratarse de una ciudad asiática), ya que la gente se encuentra haciendo inmersiones. Lamentablemente no planifiqué mi estancia para permanecer el tiempo necesario para hacer un par de inmersiones y poder volar después hacia Ende, en el centro de la isla de Flores, el último destino de mi recorrido por las islas del Este de Indonesia en ésta ocasión, así que me limité a pasar el tiempo que permanecí en la ciudad paseando por sus calles y visitando alguna playa cercana.
Me llamó la atención la cantidad de iglesias católicas que hay en esta región de Indonesia, un país mayoritariamente musulmán |
La desierta calle del mercado nocturno de Labuan Bajo; la actividad fluye al caer el sol.. |
Como se ve, no es que sea un mercado muy animado... |
En Labuan Bajo me alojé en el Komodo Lodge (500.000 IDR/noche), un establecimiento que ofrece unas habitaciones amplias con aire acondicionado y un aseo que necesita una renovación profunda. El personal es muy atento y amable, y ofrece servicio de traslado gratuito al aeropuerto (que se ubica a tan sólo tres kilómetros al norte de la ciudad) El establecimiento está bien ubicado, a escasa distancia del puerto y de la calle central de la localidad (localidad que tampoco es muy grande) Lo mejor, sin duda, el abundante y suculento desayuno que sirven en el porche de la habitación a la hora que decidas...un pequeño lujo para comenzar el día con una buena y completa comida local.
Los alrededores de Labuan Bajo albergan numerosos resorts de vacaciones; la zona no es que no ofrezca muchos atractivos; desde el punto de vista de las playas, sus aguas no son claras y la zona de arena es escasa y...tiene sorpresa; a primera vista, parecen playas normales en un entorno normal:
Pero si abro un poco más el objetivo...el resultado es desolador:
No me imagino de vacaciones en un resort en Indonesia "disfrutando" de estas playas...bien es cierto que la temporada alta ya terminó, pero también es cierto que la cantidad de basura acumulada en las playas no es resultado de un par de semanas; algo a tener en cuenta, sin duda.
Los alrededores de Labuan Bajo ofrecen algunas vistas más amables, como la de las viviendas tradicionales de la zona, muy humildes, pero con un cierto encanto. Caída la noche, los puestos de comida (principalmente pescado fresco) inundan las calle y las mesas se llenan de comensales dispuestos a disfrutar de un buen pescado a la brasa; no sé qué le echarán, pero en uno de esos sitios degusté uno de los pescados más sabrosos de los que he podido disfrutar. Por su puesto, ni idea del pescado que elegí...me dejé guiar por el color y la forma y fue todo un acierto.
Kelimutu
El novísimo aeropuerto de Labuan Bajo fue el punto de salida hacia mi último destino en este viaje, el Parque Nacional Kelimutu. El avión de Garuda me llevó (con un pequeño retraso) en un vuelo de algo más de una hora a Ende (645.000 IDR), localidad situada en el centro de la isla de Flores. Durante el vuelo disfruté, como de costumbre, de unas vistas espectaculares de la geografía indonesia, sembrada de volcanes y de paisajes imposibles.
El aeropuerto de Ende se ubica al Norte de la localidad, y más al Norte se encuentra la terminal de autobuses, a la que accedí en taxi privado. Mi destino final era Moni, pequeña localidad situada a los pies del Parque Nacional Kelimutu. Momentos de confusión (ya que me decían que tenía que esperar unas 3 horas a que llegara el siguiente autobús con destino Moni) y de negociación con los conductores de bemo locales para poder llegar lo más rápido posible a mi destino - negociaciones infructuosas...y es que los indonesios se pierden en sus propias discusiones: después de acordar el precio con uno de ellos y de estar montado en el bemo - 300.000 IDR - llegó el "líder" del grupo para tratar de sacar más dinero; conclusión, vi que llegaba un autobús normal (50.000 IDR), así que no dudé en dejarles allí discutiendo sobre el precio que deberían cobrarme por el trayecto para montarme en el autobús que me llevaría, tras dos horas de aventura por carreteras sinuosas y con numerosos obstáculos en su recorrido (rocas, animales, las habituales motos...) a Moni.
Uno de los coloridos bemos de Flores |
Como aún era pronto, decidí echarme la mochila a la espalda y caminar hacia el Parque Nacional (que visitaría al amanecer del día siguiente) para visitar la localidad de Pemo, una pequeña aldea situada a unas 3 horas caminando desde Moni. Al principio el camino discurre entre maravillosos arrozales, arrozales que dan paso a un paisaje de montaña (la zona se encuentra por encima de los 1000m de altitud) Durante el trayecto se atraviesan varias aldeas; sus amables habitantes me regalaron una sonrisa gratuita a cada paso, acompañado del ya habitual "Hello, how are you?" Un agradable sentimiento me invadió: finalmente, en esta remota área de montaña, alejado de los circuitos turísticos más habituales, encontré de nuevo la esencia de los indonesios, aquello que iba buscando: gente que no se mueve por interés, sea cual fuere éste.
Finalmente conseguí llegar a Pemo, la pequeña aldea donde se pueden contemplar algunas de las casas tradicionales de la zona, de madera y brezo. Sin darme cuenta me encontré rodeado por un grupo de niños (debían ser todos los de la aldea) que me miraban con curiosidad y cierta vergüenza; la vergüenza la sentía yo, al ver a esos niños con sus harapos, descalzos y sucísimos...una nueva lección que me hizo poner de nuevo los pies sobre la tierra (si es que alguna vez dejé de tenerlos) y reparar en la realidad (dura) del día a día para la mayor parte de los habitantes de esta región del planeta.
Finalizada la visita, emprendí el camino de regreso a Moni, destino que alcancé justo antes de que el sol dejara de bañar este precioso paisaje. El camino me deparó alguna que otra conversación con los habitantes locales, que me indicaron dónde encontrar una bonita cascada cerca de Moni, a la que se puede acceder por el camino que sale justo en frente del restaurante Rainbow, situado a las afueras de la localidad saliendo hacia el Parque Nacional, y que se convirtió en uno de mis restaurantes de referencia durante mi estancia.
El rudimentario paso sobre el cauce de un río |
Moni; sólo una calle que la atraviesa, con toda la actividad desarrollándose en torno a ella |
Al día siguiente había que madrugar; el plan era ver amanecer sobre los lagos del volcán Kelimutu, y para ello había que levantarse muy pronto. Acordé el viaje en el hotel (50.000 IDR, en coche, sólo subida) para recorrer los 14Km que separan Moni del Parque Nacional Kelimutu (entrada 225.000 IDR en festivo, 150.000 IDR en diario - por lo visto hace tan sólo un año el acceso costaba 50.000 IDR...y para los indonesios 7500 IDR...sin comentarios) A las 04:00 am nos pusimos en marcha para recorrer los 14Km en un recorrido de unos 40 minutos. A la llegada al aparcamiento todavía hay que caminar unos 15-20 minutos para acceder al mirador desde el que se divisa el amanecer y los tres lagos de los cráteres (Inspiration point). Kelimutu es un lugar sagrado para la gente local y la leyenda reza que las almas de las personas muertas van a parar a éste lugar: las almas de las persona jóvenes descansan en Tiwu Nuwa Muri Koo Fai (el lago de color turquesa), las de las personas mayores reposan en Tiwu Ata Polo (el lago de color verdoso) y las de las personas malas van al Tiwi Ata Mbupu (el de color más oscuro) De las imágenes del amanecer poco se puede decir; simplemente hay que estar allí para vivirlo y descubrir por uno mismo los cambios en las tonalidad del agua conforme los rayos de sol van bañando su superficie.
El Inspiration Point se ubica a unos 1700m de altura, y éso, a esas horas de la mañana, se nota, incluso en Indonesia (me pregunto si el resfriado que sufro en este momento pudiera haber tenido su origen en aquel frío amanecer...)
Según parece, el color de dos de los lagos cambia en función de la época del año y las lluvias; mientras el lago turquesa permanece inalterable, el lago adyacente (verde durante mi visita) puede presentar tonalidades rojizas, amarillas o naranjas (no en vano se le conoce como el lago rojo)
La mayor afluencia de gente se da al amanecer (como era de esperar), pero para ser honestos a la verdad, la belleza del entorno se aprecia en toda su magnitud una vez el sol se ha alzado completamente sobre el horizonte y los lagos muestran su color a la luz del astro rey. Pese a ser domingo, tampoco había mucha gente en el mirador, algo que siempre se agradece (por aquello de huir de las multitudes)
Inspiration Point al amanecer |
Inspiration Point 3 horas después del amanecer |
Tiwu Ata Mbupu, el lago azúl (aunque era más bien verde oscuro) |
El recinto ofrece un par de miradores adicionales para observar los dos lagos principales; desde ellos se puede salir del recorrido asfaltado y recorrer el borde de los lagos (con cuidado...el terreno es muy resbaladizo y conviene no acercarse mucho al borde...algunos turistas demasiado intrépidos dejaron sus vidas allí) Un par de carteles desaconsejan tomar esas sendas, pero ¡la tentación por descubrir una nueva perspectiva de los lagos fue más fuerte que la recomendación!
Tiwu Nuwa Muri Koo Fai (el lago verde) en primer plano (celeste en realidad), y Tiwu Ata Polo (el lago rojo) al fondo (verde en realidad) |
Tiwu Ata Polo (el lago rojo) en primer plano, con Tiwu Nuwa Muri Koo Fai (el lago verde) en segundo plano |
Vista panorámica desde el "mirador" (fuera del recorrido recomendado) situado en la separación de ambos lagos |
Vista 180 grados desde el Inspiration Point, con los tres lagos al alcance |
El viaje iba llegando a su fin, todo había salido según lo esperado...pero no hay viaje sin sorpresa, y en éste la sorpresa llegó casi al final del todo. Al día siguiente de mi visita a Kelimutu regresé a Ende de nuevo (me encontré con el conductor del taxi que me había llevado del aeropuerto a la estación de autobuses en Moni un par de días atrás y se ofreció a llevarme de regreso al mismo precio que en autobús, ya que él había llevado unos clientes allí y tenía que hacer el viaje de regreso de cualquier manera) para tomar el vuelo de regreso a Jakarta via Bali al mediodía, y fue en el aeropuerto de Ende donde se produjo la sorpresa: desde la sala de espera de la terminal observé cómo un avión se aproximaba para tomar tierra, pero la inclinación del avión no parecía ser la ideal...tras un par de saltos por la vista tocando con una pata y otra del tren de aterrizaje perdí el avión de vista un par de segundos y a continuación todo lo que vi fue una gran nube de polvo. Los primeros momentos fueron de confusión, porque no sabía qué había ocurrido; la gente que esperaba conmigo en la terminal no dudó en salir a la pista para averiguar qué había pasado (la seguridad en aquellos aeropuertos no existe) Los equipos de bomberos salieron, pero no fueron a ninguna parte. No sabía qué había pasado, pero toda la gente desde la pista miraba hacia el final de la misma. Por unos momentos pensé en lo peor, pero al final todo se quedó en un susto importante, porque el avión consiguió irse al aire después de una salida de pista (la nube de polvo que vi y que ocultó lo que pasaba) Pasado el nerviosismo inicial reparé en que ése avión era el que tenía que tomar para volar a Bali...Garuda anunció la cancelación del vuelo (por fuerte viento...¡apenas una brisa!) y ahí comenzaron los problemas para intentar salir de Flores lo antes posible y poder tomar el vuelo de regreso a Frankfurt al día siguiente por la tarde (por suerte - o experiencia - planifiqué el regreso de Flores con un día de margen para estar en Jakarta con antelación...al final parecía que ese margen no iba a ser suficiente)
El aeropuerto de Ende solo acoge 4-6 vuelos diarios...los vuelos para ese día estaban completos (por supuesto los viajeros indonesios arreglaron su situación en unos minutos y desaparecieron; tan sólo nos quedamos el grupo de 6-8 occidentales que deberíamos haber tomado el vuelo a Bali sin solución alguna por parte de Garuda, la compañía de referencia en Indonesia...), también para el día siguiente...después de muchas llamadas, decidí aceptar la propuesta de la compañía de ir hasta Maumere (en el extremo oriental de Flores), un trayecto en coche de 4 horas, para tomar al día siguiente un vuelo a primera hora de la mañana (con Lion Air) hacia Bali y desde allí a Jakarta donde (en teoría y si no había más contratiempos) debería llegar con el tiempo justo para hacer el cambio de terminales y tomar el vuelo de regreso a Frankfurt. Al día siguiente el primero de los cuatro vuelos operados diariamente desde el aeropuerto de Maumere salió con un pequeño retraso hacia Bali (¡pero conmigo dentro!)
Sin más contratiempos (el día anterior ya había tenido bastantes), conseguí llegar a Jakarta y tomar el vuelo de regreso a Frankfurt. Las vacaciones terminaron como comenzaron: con problemas en los vuelos; y es que en Indonesia es mejor planificar las cosas con tiempo de margen, por lo que pueda pasar.
Ubicado de nuevo en la cómoda butaca del A330 que me llevaría a Doha disfruté de una maravillosa puesta de sol, una más de las muchas vividas a lo largo del viaje. Una breve escala en Doha y finalmente rumbo a Frankfurt, donde aterricé puntual a las 07:00 am después de un largo viaje desde que saliera de Maumere el día anterior, y donde me esperaba una nueva sorpresa, la mejor de todo el viaje sin duda...
Punto y seguido de un nuevo viaje a Indonesia. Y como suele suceder el final de todo viaje marca el inicio de la preparación del siguiente...de momento con nada decidido, pero ¡seguro que algo saldrá! Hasta la próxima...
Doha |
No hay comentarios:
Publicar un comentario