Translate

Francia - Mont Blanc, el techo de Europa

         Después de haberlo pensado unas cuantas veces y de planearlo sin éxito otras tantas, finalmente a finales de mayo pasado tuve la oportunidad de visitar Chamonix y la mítica cumbre del Mont Blanc. Si excluimos las cumbres Rusas del Cáucaso, ciertamente se puede afirmar que el Mont Blanc, en los Alpes franceses, es el techo del viejo continente, con sus 4810m. Aprovechando un viaje a Zúrich, un largo fin de semana en Alemania y que el Carrión pasa por Palencia, decidí alquilar un coche y dirigirme a Chamonix para pasar unos días por allí, con la intención de disfrutar de la montaña (dentro de mis limitaciones, que no soy un montañero experimentado) y de las actividades de verano que ofrece la zona. El viaje desde Zúrich fue un poco pesado, ya que el largo fin de semana también lo era para los Suizos y Franceses, así que os podéis imaginar los atascos (yo que pensaba que los atascos a decenas de kilómetros de las grandes ciudades sólo se daban en Madrid…). Desde Zúrich todo el camino es por autopista (afortunadamente al alquilar el coche en Zúrich el identificativo para circular por autopistas Suizas está “incluido” en el precio del alquiler, así que sólo tendrás que pagar el tramo francés, unos 6€). El camino te lleva hacia Berna, la capital, después Lausana, Ginebra y desde allí, bordeando el lago, en dirección al túnel de Mont Blanc hacia Italia hasta llegar a Chamonix. En total unas 4 horas de viaje (340Km). La opción más recomendable es viajar desde Ginebra, ya que el viaje te llevará poco más de una hora (desde Milán son unos 250Km), pero es absolutamente imprescindible tener un coche para poder disfrutar de los alrededores y hacer excursiones, ya que Chamonix no tiene mucho que ofrecer (a mí me decepcionó bastante…)

Las fechas

Otro punto importante a tener en cuenta cuando planificas un viaje de estas características son las fechas. Después de la mala experiencia vivida en Costa Rica (en cuanto a lo que a la meteorología se refiere), pensé que finales de Mayo era una muy buena fecha para viajar a una zona de alta montaña, ya que seguramente aún habría nieve (soy como un niño… ¡me encanta la nieve!) y además el deshielo se encuentra en su punto álgido, con lo que los torrentes y ríos deberían ir cargados de agua. Pero como decía una antigua compañera…”el creí que y el pensé que son hermanos del tonteque”. Definitivamente finales de mayo no es la mejor época para visitar ésta zona: la temporada de invierno termina en torno a Abril, y la de verano comienza a mediados de Junio, con lo que sólo había un par de teleféricos abiertos y todas las demás ascensiones las tienes que hacer andando. Las rutas de montaña, que yo tenía pensado hacer, se encuentran impracticables, ya que a 2500m de altitud todavía hay más de dos metros de nieve acumulada (¡en el Mont Blanc había cinco metros de nieve!), los lagos se encuentran completamente helados (o cubiertos de nieve), lo que hace poco menos que imposible tratar de hacer cualquier ruta, a no ser que seas un experto montañero, perfectamente equipado y con un buen sentido de la orientación; yo no cumplo ninguna de las tres condiciones, así que me conformé con hacer mis pequeñas rutas de subida a algunas cimas como a continuación os contaré. Y en cuanto al deshielo y el cauce de los ríos…ya no hay ríos salvajes en esta zona; las centrales eléctricas han construido presas en alta montaña para controlar el cauce de los ríos, de forma que todo el agua del deshielo se acumula en las presas y los ríos sólo llevan el caudal mínimo necesario para asegurar la vida de la fauna del río. Las presas sólo se abren en Julio y Agosto, con motivo de la temporada alta de turismo veraniego, para regocijo de los afortunados visitantes que verán cauces repletos, espectaculares cascadas y saltos de agua en plena temporada seca. Como suelo decir… ¡ya tengo excusa para volver en el futuro!
Como no sólo del Mont Blanc vive ésta zona, os voy a contar mi experiencia:

Gorges de la Diosaz

A unos 15Km de Chamonix en dirección sur, hacia Ginebra, en Servoz, se encuentra este paraje natural; la entrada (5,5€) te permite acceder a un camino que bordea el río, construido sobre las laderas de la garganta excavada por el minúsculo río a lo largo de los siglos.
Cabeza del dragón en las raíces
El camino está plagado de carteles que incluyen explicaciones sobre el por qué del nombre (debido a un dragón asiático que llegó a ésta zona y que hoy se puede observar en las raíces de un árbol del camino, dice la leyenda), la formación de la garganta y fotos sobre el cauce del río con la presa abierta (Julio y Agosto) y la presa cerrada (resto del año)…lo deben hacer para que veas lo pardillo que eres y lo que te pierdes por haber ido en la temporada equivocada…La ruta es sencilla, te llevará una hora y media (paradas para fotos incluidas) ida y vuelta. No es una maravilla (sobre todo si has hecho el primer tramo de la ruta del río Cares ¡nada que ver!), pero como tampoco lleva mucho tiempo no está de más la visita.

Glaciar des Bossons, con l´Aiguille du Midi al fondo
Glaciar des Bossons


Al sur de Chamonix, a unos 5Km, se encuentra el Glaciar des Bossons, en Les Bossons, que desde mi punto de vista, es el más espectacular de todos los que hay en la zona, al menos visualmente, ya que se puede apreciar perfectamente el hielo y la huella que ha ido dejando el glaciar en su retroceso.
La verdad es que del glaciar queda poco; incluso estando allí puedes escuchar y ver como los bloques de hielo se desprenden del glaciar y caen. En condiciones normales, se puede subir hasta el refugio del glaciar en telecabina, pero como ya he dicho antes estaban cerrados (los refugios y las cabinas), así que para llegar tienes que vencer un desnivel de unos 700m por tus propios medios. La ruta desde la base de Les Bossons, a 1000m de altitud, te llevará en torno a una hora de marcha. El camino está bien indicado y no es una ruta muy exigente. Desde allí puedes optar por regresar o por emprender otras rutas para ascender y ver el glaciar más de cerca.
l´Aiguille du Midi desde el glaciar
Supongo que no hay dudas en cuánto a la opción que escogí. En teoría la ruta hasta el refugio de las pirámides duraba 2,5h desde el refugio del glaciar. Un desnivel de cerca de 800m por terreno montañoso, boscoso al principio y escarpado en el tramo final. Después de dos horas de esfuerzo y caminata, llegué a divisar el refugio. Pero entre el refugio y mi posición se alzaba una barrera de hielo que a pesar de mi intento, resultó infranqueable. En mi intento (por intentarlo que no quede) me encontré en medio de una placa de hielo, con una caída espectacular a mis pies y un buen trecho aún por andar hasta llegar al refugio y sin saber cómo estaría el resto el camino, así que por una vez, y recordando lo que me sucedió en Capadocia (por no extenderme demasiado, se me ocurrió la brillante idea de subir por una de las laderas de una ciudad excavada en la roca y que había sido abandonada hacía 40 años, para tratar de alcanzar una “puerta” de entrada a una casa y luego el alto del páramo, pero me encontré en mitad de la subida bloqueado sin poder subir ni bajar…intenté seguir subiendo, resbalé porque el terreno allí es muy blando y se deshace a tus pies, y caí unos 6-8m por la ladera; el recuerdo de esa brillante idea fueron varias magulladuras y una cicatriz en mi mano) decidí dar la vuelta (aquí la caída por la ladera era de varios cientos de metros…), así que no logré mi objetivo…no os puedo contar lo que se veía desde el refugio, pero la ruta era bonita, ¡eso sí! Alpes 1 – Dani 0.

El Lago Blanco

Al otro lado del valle, al norte de Chamonix se puede coger el teleférico de la Flégère, que te llevará hasta los 2300m de altitud y desde allí se puede emprender una ruta hasta el lago blanco, cuyas imágenes había visto en internet y quería comprobar por mí mismo la belleza del lugar y el reflejo del Mont Blanc en las aguas del lago. Como el teleférico estaba cerrado (otro más…) me dirigí por el norte del valle hasta Argentière y desde allí emprendí una subida con un desnivel de 1500m (unas 3 horas de duración) en busca del lago blanco.

Chamonix desde el camino
al Lago Blanco
        La primera parte de la ruta discurre por bosques de coníferas; las vistas de los glaciares al otro lado del valle (de Argentiére, el mar de hielo, des Bossons y Taconaz) y las cumbres de Grands Montets, l´Aiguille du Midi y Mont Blanc te acompañarán en tu recorrido, así que la ruta resulta muy atractiva, espectacular visualmente. Llega un momento en el que no pocas personas se dan la vuelta (aproximadamente a la hora de comenzar la ascensión), porque el camino desparece y has de ascender por unos tramos de escalera vertical anclados en la roca para salvar el desnivel de un risco utilizado por muchos alpinistas para practicar sus técnicas de escalada.

Vista del valle una vez
salvado el risco
      Después del “fracaso” del glaciar, no estaba dispuesto a darme la vuelta de nuevo, así que cámara a la mochila y a subir. He de reconocer que no era para tanto, pero según se veía desde abajo no parecía tan sencillo.
Glaciar de Argentiére
Luego el camino desaparece por completo, ya que discurre por rocas y terrenos escarpados; únicamente los hitos del camino te indican que vas en la dirección correcta. El último tramo de subida está completamente cubierto de nieve (no hay camino a ésa altitud y en esa época del año), pero se andaba bien (aunque en ocasiones podías pisar en falso y ver como tu pierna entera se hundía en la nieve). El refugio se hace visible, así que ¡el objetivo y la meta están cerca! Desgraciadamente el tiempo empeoró y las nubes invadieron el valle.
       Los lagos de la zona estaban aún congelados, incluido el lago blanco, que apenas se adivinaba cubierto por una capa de hielo y nieve. No me llevé las fotos ni los recuerdos en mi memoria que había ido buscando, pero me llevé la satisfacción de haber llegado, una ascensión a 2500m de altitud por una ruta exigente físicamente.



      En la cima, hora de reponer fuerzas con ¡embutido de Castilla! A la hora de regresar, un poco apremiado por el clima que empeoraba por momentos, me pasó algo que me suele pasar a menudo: no tengo problemas para encontrar la ruta hacia un sitio, pero encontrar el camino de vuelta no me resulta tan fácil. Resultado: me perdí y anduve un buen rato hasta que confirmé que efectivamente por ese camino no había subido.



      Así que media vuelta, hasta encontrar un punto familiar y a partir de allí buscar el camino bueno. En total fueron unas 6-7 horas de ruta desde que dejé el coche, así que terminé cansadillo. Hora de regresar al hotel. Alpes 1 – Dani 1.

L´Aiguille du Midi y el Mont Blanc

Subida en teleférico a
l´Aiguille du Midi
         Visita obligada en esta zona es coger el teleférico a l´Aiguille du Midi en Chamonix. A tener en cuenta: las colas son considerables, así que si quieres aprovechar el día, merece la pena madrugar y estar allí a la apertura. Yo hice dos intentos. El primer día llegué a las 9 de la mañana y había una cola de más de una hora…como no me gusta esperar me fui a hacer la ruta del Lago Blanco. El día del segundo intento llegué allí a las 0730 (las taquillas abren a las 0750 y el primer teleférico sale a las 0810), y ya había gente esperando (pero no mucha). Segundo punto importante: el precio.

Mucha nieve aún en La Plaine
du Midi, imposible encontrar el
Lago Azúl
Vista de l´Aiguille du Midi desde la Plaine du Midi







       En Chamonix todo es muy caro (desde el hotel hasta los restaurantes), y subir cómodamente a cerca de 4000m te costará 56€ (forfait diario), que a mí me pareció carísimo…lo bueno es que si vas pronto, al bajar puedes coger el tren cremallera a Monteverde para ver el mar de hielo, como hice yo.

Le Plaine du Midi
L     a subida a l´Aiguille du Midi salva un desnivel de 2850m en dos tramos (el primer tramo te lleva hasta Le Plaine du Midi, a unos 2300m, y desde allí coges otro teleférico que te lleva a algo más de 3800m de altitud). Los cambios de presión son brutales: se pasa de 1000m a 2300m en 8 minutos, y de 2300m a los casi 3850m en otros 6 minutos; en total casi 3000m de desnivel en menos de 15 minutos. Para ilustrar lo que significa esto pondré como ejemplo el cambio de presión que se sufre a bordo de un avión: a pesar de que puede haber pequeñas variaciones (en función del tipo de avión, la ruta que se vuele y por lo tanto la altitud de crucero), un avión comercial tipo A320 tiene una presión en cabina cuando alcanza la altitud de crucero equivalente a unos 8000 pies de altura / 2500m, algo que suele llevar entre 25-40 minutos, dependiendo de los factores señalados antes.

      A la salida del segundo teleférico puedes coger un ascensor que te lleva a los 3842m de altitud, donde tienes una terraza con unas vistas que hablan por si mismas. Sobran las palabras. Un lugar de observación, un lugar de reflexión.


 











       El lugar ofrece una serie de exposiciones, una caja de metacrilato suspendida en el vacío y numerosos miradores. También es punto de partida de los esquiadores y alpinistas más experimentados, de amantes del parapente y de locos del paracaidismo que se lanzan desde aquí con esos trajes alados para sobrevolar las cumbres de los Alpes. Tuve la fortuna de ver como se lanzaba una mujer y sólo de ver el vuelo se ponían los pelos de punta.

Suspendido en el vacío
con el Mont Blanc de testigo
     No puedo imaginar lo que se tiene que sentir al hacerlo, recordando lo que yo sentí al saltar en tándem desde 4000m y teniendo en cuenta que estos saltos libres son lo máximo para expertos paracaidistas; ¡os confieso que no creo que lo haga!


El Mar de hielo

       Después de la inolvidable experiencia vivida, para amortizar el precio del forfait y aprovechando que el tren de cremallera que da acceso al mar de hielo estaba abierto, me dirigí hacia allí.

El mar de hielo, desde el mirador situado a la llegada del tren
      El viaje de unos 20 minutos en tren discurre por la ladera de la vertiente este del valle. En la temporada de verano hay un teleférico que te lleva a una gruta excavada en el hielo del glaciar. También puedes hacer el recorrido andando (unos 30 minutos), pero en la época en la que yo viajé no había ni gruta ni teleférico; es más, la ruta estaba cerrada ya que se estaba excavando la gruta para esta temporada (se tiene que hacer cada año ya que el glaciar avanza unos 6cm/día). La primera impresión que tienes al llegar al mirador es: ¿dónde está el glaciar? Sólo se ven rocas y el valle formado por la lengua del glaciar en su retroceso. Decepcionante. No hay hielo. Ya que había llegado hasta allí, me puse a andar en dirección contraria a la bajada a la gruta, dónde encontré un camino que llevaba a los albergues de montaña.

El muro que hay que bajar para llegar al glaciar...
Un detalle del muro, esta vez con otros
aventureros















Apenas había espacio para
la zapatilla...¡vértigo!


Después de unos minutos andando un precipicio de muchos metros (juzgad vosotros mismos por las fotos) se abrió ante mí, y de nuevo la decisión de seguir el descenso por esos salientes de montaña donde difícilmente cabe una zapatilla, o darse la vuelta. Una vez más me pudieron más las ganas que la razón, así que recogí el petate y para abajo. No apto para personas con vértigo.

      Escalas verticales, estrechos pasos con un abismo a tus pies y tramos sólo accesibles gracias a unas cuerdas apropiadamente colocadas, todo para llegar al final del acantilado y comprobar, para mi sorpresa, que todo lo que estaba cubierto por rocas y piedras ¡era en realidad hielo! He de admitir que fue una pequeña/gran imprudencia, ya que las personas con las que me cruce en el glaciar iban equipadas con cuerdas y equipo de escalada básico, pero ahí me planté yo con mi mochila, mis zapatillas y mi bastón de trekking.
La sorpresa oculta por las rocas,
el glaciar


¡¡Reto superado!!
     La experiencia mereció la pena. Me gustó la sensación de andar sobre el glaciar, de saber que bajo mis pies el hielo tenía miles de años de antigüedad, la sensación de haber hecho algo diferente. Se podía escuchar el fluir del agua bajo los pies, y de vez en cuando se escuchaba algún estruendo de un tramo que se venía abajo por el deshielo. Una experiencia, sin ninguna duda, recomendable al 100% si tienes un mínimo de espíritu aventurero. La subida fue, como suele suceder, más fácil que el descenso. Alpes 1 – Dani 2

Chamonix y sus alrededores

Centro de Chamonix


El Casino de Chamonix
     Como ya he comentado antes, Chamonix me decepcionó. El lugar no ofrece nada (aparte por su puesto de su enclave privilegiado y las excepcionales vistas que se tienen desde el fondo del valle de los Alpes). Como pueblo, se puede decir que es el típico lugar de montaña, con las típicas casas de madera propias de las poblaciones de esquí de montaña. Y poco más.
Chamonix
      Las localidades de los alrededores tampoco tienen mucho más que ofrecer. Yo visité varios lugares (entre ruta y ruta, para recuperar fuerzas algún día): Vallorcine (al norte de Chamonix, al borde de la frontera con Suiza), Argentière, Le Lavancher, Les Contamines-Montjoje y Sallanches. Todos cortados por el mismo patrón.

Sallanches
Les Contamines-Montjoje





 
Sallanches


Friburgo, zona medieval






 
Panorámica de Friburgo desde la zona alta
       De vuelta a Zúrich, decidí tomar la ruta por el norte del valle, por Vallorcine, para visitar Friburgo en Suiza. La ciudad me sorprendió gratamente. Es una ciudad medieval con dos zonas bien diferenciadas: en el valle, la zona histórica; la ciudad nueva en la parte alta de la ciudad. Es una ciudad pequeña, así que en unas 3-4horas te puedes hacer una idea de lo que ofrece. Lamentablemente mi visita tuvo lugar el domingo; todo estaba cerrado y no se veía mucho movimiento, pero si estás por allí, merece la pena visitarla.

Panorámica de la ciudad medieval de Friburgo

Puente de madera en Friburgo

El contraste, la ciudad nueva


      Y hasta aquí mi esperado viaje al Mont Blanc; el viaje y la montaña no me han decepcionado. A pensar en el próximo destino: Skopie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario