Viajar a Asia es siempre un reto para los sentidos, obligados a permanecer en actividad continúa por la cantidad de estímulos que se reciben sin descanso: el bullicio en las calles, los aromas y colores de los mercados que pueblan las ciudades durante el día y que se transforman durante la noche y el sabor de una oferta gastronómica que poco o nada tiene que ver con la versión 'europeizada' que nos llega de los sabores de Asia.
Algo menos de seis meses después de mi último viaje a Asia, y de nuevo por motivos profesionales surgió la necesidad de viajar a Kuala Lumpur, una vieja conocida (http://danipale.blogspot.de/p/kuala-lumpur.html). Como suele ser habitual, decidí alargar la estancia para visitar algún destino nuevo en la zona. Varias ideas rondaron por mi cabeza (Tíbet, Sri Lanka, Laos y Camboya...) pero finalmente me decidí por explorar un poco más a fondo Myanmar, la antigua Birmania, un destino que también se encontraba en la lista de viajes pendientes y del que sólo escuché cosas positivas de aquellos que ya lo habían visitado. Así que al tiempo que se aprobaba mi viaje de trabajo a Malasia compré los billetes para el vuelo de KL a Yangon, antigua capital birmana (un vuelo de apenas 2,5 horas que realicé con Malaysia Airlines, 150€)
El templo Shwedagon, visita obligada en Yangon |
Myanmar no es un destino turístico (al menos no masivo...) La información que hay en Internet resulta escasa y a menudo incompleta, así que el hecho de viajar sólo, huyendo de los viajes organizados fiel a mi costumbre, lo complicaba un poco más...pero después de todo lo vivido en Indonesia...¡la falta de información no me iba a echar atrás!
La primera complicación (aparente) surge a la hora de solicitar el visado. La información a la que accedí en un principio señalaba que se debía solicitar vía embajada (en París o Berlín, ya que Myanmar no tiene embajada en España) También estaba la posibilidad de solicitar el visado a la llegada (visa on arrival), pero no me convencía el hecho de que todo el viaje girase en torno al humor del funcionario de turno que debía 'permitirme' (o no) entrar en el país. Afortunadamente el gobierno Birmano se va abriendo y desde septiembre de 2014 ofrece la posibilidad de solicitar la visa on-line (http://evisa.moip.gov.mm/) Cuesta 50$ y la carta de autorización que recibes tras su tramitación tiene una validez de tres meses (aunque la estancia en el país está limitada a 28 días); en la web anterior decían que las solicitudes se procesaban en dos o tres semanas, por lo que no convenía dejarlo para el final. Yo hice mi solicitud a principios de febrero (¡con tiempo!), y al día siguiente tenía la carta de autorización con validez hasta primeros de mayo...¡por los pelos! Así que el primer consejo es que apures un poco más la solicitud de la e-visa en función de las fechas de tu viaje.
La zona arqueológica de Bagan con sus más de 2000 templos, el principal reclamo del viaje |
A partir de ahí, y con las fechas de entrada y salida fijadas por la semana de trabajo en KL, planifiqué mi estancia en Myanmar de la siguiente forma:
Yangon - Bago - Kyaiktiyo - lago Inle - Mandalay - Bagan - Yangon
En total casi tres semanas para conocer algunos de los lugares más representativos del país y para tener un buen puñado de experiencias, aunque también han quedado muchas visitas en el tintero (el plan inicial era haber pasado una semana más, pero la compañía de KL me cambió las fechas de la semana de trabajo y tuve que adaptarme con las fechas que me quedaban libres...¡el trabajo manda!)
El lago Inle, una particular forma de vida en un entorno acuático |
Hoteles
La oferta hotelera de Myanmar deja mucho que desear. No hay tanta variedad como en otros países del Sudeste asiático, y los precios no son comparables en absoluto. Myanmar es un país caro para alojarse - considerando las condiciones, los servicios y las instalaciones ofrecidas en relación al precio pagado. Si en otros países del entorno te puedes alojar en un hotel estándar (3-4 estrellas) por 35-40€ la noche, en Myanmar pagarás ese precio como mínimo por hoteles de categorías inferiores o albergues, una barbaridad para el nivel de precios que tiene el país. Si te quieres ir a un hotel de categoría superior, atendiendo únicamente al criterio del precio no sabrás si estás en Myanmar o en Alemania, ya que no hay diferencia alguna. Los servicios añadidos que ofertan los alojamientos además son muy limitados, con una conexión a Internet WiFi que funciona ocasionalmente o a una velocidad comparable a la que tenía mi primer ordenador (equipado con un Pentium 486) allá por el año 95 cuando las conexiones iban por módem, y con desayunos muy escasos y sin variedad (en ninguno de los hoteles he tenido la posibilidad de tomar unos cereales con leche) reduciéndose en la mayoría de los casos a unas tostadas, algo de fruta (sólo un tipo de fruta) y un huevo (frito, revuelto o en tortilla) Las condiciones e infraestructuras del país tampoco ayudan, y no es raro sufrir cortes de energía. La oferta se completa con zapatillas, agua gratuita (1 botella por día) y un frigorífico en la habitación, por regla general.
La colina de Mandalay desde el templo Sandamuni en la base |
Como la ruta la llevaba ya decidida, decidí también reservar los hoteles a través de un conocido motor de búsquedas (un par de ellos en esta ocasión ya que mi motor habitual no ofertaba alojamientos en algunos de mis destinos) No es la mejor opción (al menos no es la más económica, ya que el mismo hotel reservado in situ cuesta mucho menos) y careces de la flexibilidad necesaria si por algún motivo algo no va bien o simplemente el hotel no te gusta y quieres cambiar de alojamiento sobre la marcha, pero a mi personalmente me da tranquilidad saber que tengo un sitio donde dormir cada noche y sobre todo que no tengo que perder tiempo buscando alojamiento una vez llego al destino de turno y puedo emplear todo mi tiempo (siempre escaso) en conocer el lugar o simplemente hacer otro tipo de actividades; como siempre, para gustos, colores.
Durante mi viaje me alojé en los siguientes hoteles:
Yangon (Myint Myat Guest House, 40€/noche): hotel tipo 'guest house' cercano a la estación de tren. La situación del hotel no es lo más importante en una visita a Yangon, ya que la ciudad es tan grande que te tendrás que mover en taxi de un sitio a otro lo quieras o no, así que me decidí por este que tenía una buena puntuación en el motor de búsquedas (7.2/10) pero que en absoluto se ajustaba a la realidad. El hotel ocupa las plantas 7ª y 8ª de un edificio antiguo de la calle Bogyoke Aung San Road, una de las arterias que cruzan de este a oeste Yangon. La habitación era simplemente correcta y se ajustaba a lo indicado en la descripción. El desayuno escaso y malo, siguiendo el patrón comentado anteriormente. El personal muy poco servicial y sin ningún tipo de formación profesional u orientación al cliente. El tema de los idiomas ni lo menciono (otra constante durante mi viaje) El ascensor se averió un par de veces durante mi estancia, así que me tocó subir andando las 8 plantas después de todo un día de caminatas...la limpieza diaria de la habitación dejaba bastante que desear; en el lado positivo la conexión a Internet, que funcionaba bastante bien y lo mejor, sin ninguna duda, eran las vistas de la ciudad desde la planta 8.
Bago (Kanbawza Hinthar Hotel, 40€/noche): un hotel de reciente construcción, con habitaciones muy amplias y muy bien equipadas, construidas en forma de chalets adosados. Personal muy atento y amable, con un aceptable nivel de inglés, siempre dispuestos a ayudar. La conexión WiFi funcionó muy bien durante mi estancia (¡incluso pude llamar por teléfono y escuchar la radio!) El pero es la localización, mucho más lejos del centro de lo que indicaba la web de consulta. Bago es mucho más pequeña que Yangon, y si bien necesitarás desplazarte en moto, trishaw o taxi para moverte entre las zonas que agrupan los sitios de interés al este y al oeste de la ciudad, hubiera agradecido tener un hotel más céntrico para haber tenido más flexibilidad a la hora, por ejemplo, de volver por la noche. El desayuno, de los mejores que probé en Myanmar.
Kyaiktiyo (Bawga Theiddhi Hotel, 40€/noche): la oferta hotelera en esta ciudad es muy reducida y la información de las distintas páginas webs europeas no siempre es correcta. La pagoda de la roca se haya a 1,5h (en coche/autobús) del centro de Kyaiktiyo; entre medias, se encuentra Kin Mon Camp, que sirve como base lanzadera para acceder a la pagoda, a la que sólo se puede acceder por medio de unos camiones que salen de ésta localidad y cuyo trayecto dura cerca de una hora. Lo suyo hubiera sido alojarse al lado de la pagoda, en lo alto de la montaña, donde hay sólo dos hoteles (el Mountain Top Hotel, completo, y el Golden Rock Hotel que costaba 120€/noche), para poder ver el atardecer y el amanecer. Decidí alojarme en este hotel porque la información de la web donde lo reservé (que no es la que uso habitualmente) decía que se encontraba a sólo 15 minutos andando del acceso a la pagoda...lo que olvidaron mencionar es que consideran el acceso a la pagoda el punto en que se toman los camiones para subir a la misma....Al margen de esto, decidí alojarme en unos bungalows individuales (por los que se pagaba el doble de precio con respecto a las habitaciones normales) por tener más comodidad, y fue un grave error. El hotel estaba situado justo en frente de la estación de los camiones, pero los bungalows estaban en el camino de subida a la pagoda, a quince minutos andando del centro de la localidad. Aunque el hotel ofrecía servicio de transporte entre ambos, tenías que concertarlo con ellos de antemano (y alguna vez se olvidaron...) así que no es muy aconsejable. Habitación amplia pero muy ruidosa y en un estado lamentable (del baño si hablo...) El desayuno estaba bien (no como el de Bago, pero mejor que el de Yangon) El personal en línea con el del hotel de Yangon, horrible, y la conexión WiFi...pues en la línea del país: intermitente y de escasa velocidad.
Lago Inle (Sandalwood hotel, 24$/noche): situado en Nyaung - Shwe, al norte del lago Inle, donde se sitúan la inmensa mayoría de los alojamientos de clase media/económicos (los mejores y más caros se sitúan dentro del propio lago o en las orillas del mismo, pero los precios eran desorbitados...¡casi salía más barato dormir en un igloo en Laponia para ver las auroras boreales que aquí!) Hotel nuevo y bien equipado, ofrece habitaciones amplias y luminosas y bastante cómodas, bien situado en el centro de la localidad con fácil acceso andando a restaurantes y al puerto de donde salen las barcas para visitar el lago Inle, que se sitúa 5Km al sur. El desayuno correcto (tostadas, huevo, zumo y fruta) y personal muy amable y agradable, pero con un inglés muy básico (era difícil entenderse con ellas) La conexión WiFi era aceptable (aunque muy lenta) y el pero es que la habitación que yo había reservado debería tener vistas a la montaña (¡por algo pagué un suplemento por ello!), pero al llegar y ver que no era así, me explicaron que ninguna de las habitaciones tiene vistas a la montaña por la localización del hotel...puse una reclamación en la web donde reservé el hotel por información falsa y aún estoy esperando su respuesta. Pese a todo el hotel estaba muy bien y cumplió con mis expectativas.
Mandalay (Hotel Sahara, 25$/noche): situado en la esquina suroeste del recinto del Palacio de Mandalay, en la intersección de la 80 y la 26, se encuentra este hotel que lo mejor que ofrece es su ubicación. Ocupando un edificio antiguo, ofrece zonas comunes renovadas, pero las habitaciones ofrecen un aspecto anticuado. El desayuno más abundante de cuantos me he encontrado durante mi estancia en Myanmar, con noodles, arroz, tostadas, fruta, zumo y café o te. Personal atento, pero una vez más con un nivel de inglés muy básico como para poder obtener cualquier tipo de información por su parte. La conexión WiFi aceptable (lo justito para mandar algún mensaje, muy lenta, pero al menos no sufría cortes) eso sí, el hotel es extremadamente ruidoso, así que ¡llévate unos buenos tapones si quieres dormir algo!
Bagan (View Point Guest House, 35$/noche): Reservé una habitación superior en este hotel, ya que se encuentran en un edificio aparte a modo de apartamentos (similares al hotel de Bago) Lo mejor del hotel fue la localización, en Nyaung Oo, al norte del complejo arqueológico de Bagan, y muy cerca del aeropuerto, y la chica de recepción, que se mostró siempre muy atenta. La habitación era muy amplia y cómoda. El desayuno bastante pobre (aunque preparado al momento por el personal) La conexión a Internet apenas funcionó durante mi estancia. El hotel ofrece alquiler de bicicletas y servicio de bebidas a precios muy económicos (más barato que en muchos supermercados de la zona) A causa del colapso que sufre el país con motivo del año nuevo me vi obligado a reducir una noche mi estancia en el hotel y no pusieron ningún problema.
Moneda
La moneda oficial de Myanmar es el Kyat Birmano (MMK) En el momento del viaje la equivalencia era de aproximadamente 1€ = 1150 MMK, así que a pesar del bajón sufrido en la cotización del euro recientemente el cambio en Myanmar sigue siendo bastante satisfactorio. Yo cambié moneda en el aeropuerto de Yangon al llegar alertado por varias webs que hablaban de un país muy atrasado en este sentido y donde era difícil cambiar moneda. La realidad que me he encontrado no se ajusta en absoluto a lo leído: hay bancos y cajeros automáticos en prácticamente todas las localidades (incluso en el templo Tadana Mon Aung del lago Inle), así que no temas por quedarte sin moneda. El cambio del dólar rondaba los 1$ = 1070 MMK. Sea cual sea la moneda que lleves para cambiar, procura que no tengan ninguna marca de bolígrafo, esquinas mordidas o pequeños cortes ya que o bien no te aceptarán el billete (en la mayoría de los casos) o te ofrecerán un cambio menor por que el billete está usado...curioso teniendo en cuenta que los billetes que recibes a cambio no hay por donde cogerlos, llenos de marcas, pintadas, usados hasta parecer papel higiénico...cosas de Myanmar. A mí esto me enfadó en un par de ocasiones porque no entiendo que potestad puede tener un gobierno extranjero para no aceptar una divisa como el euro o el dólar solo porque alguien decidió escribir un garabato en un billete (que tampoco entiendo la necesidad de escribir o marcar los billetes, pero de todo hay por ahí...)
Al margen de eso, es recomendable pagar en MMKs, ya que si bien en ocasiones se acepta el $, la tarifa de conversión que aplican no resulta beneficiosa para el extranjero (como ellos nos denominan) Cada Kyat se divide en 100 pyas. Oficialmente Myanmar tiene las siguientes monedas y billetes de curso legal:
- Monedas: 1, 5, 10, 25 y 50 pyas; 1, 5, 10, 50 y 100 MMKs
- Billetes: 1, 5, 10, 20, 50, 100, 200, 500, 1000, 5000 y 10000 MMKs
En la práctica, las monedas no circulan (debido a su escaso valor); como otro de los artículos que colecciono de mis viajes son monedas, entré en varios bancos para conseguirlas y me comentaron que no tenían porque estaban en desuso. De los billetes, no ha caído en mi mano ninguno de menos de 50 MMK; en la práctica los precios se redondean a la centena (al menos para los extranjeros, ya que dudo que muchos de los artículos que se venden en los mercados locales valgan más de 100 MMK: hojas, hierbas, especias...)
Comida
La cocina Birmana no destaca precisamente por su variedad. Si en el viaje a Indonesia una de las sorpresas fue la rica (y exquisita) gastronomía de las islas, no puedo decir lo mismo de la cocina Birmana. La mayor parte de los platos se reducen a noodles o arroz, preparados de diferentes formas más o menos sabrosas y más o menos elaboradas, pero en esencia se trata sólo de eso: noodles y arroz.
Restaurante Junior Duck, en la zona portuaria de Yangon |
Cocina típica Mon en el lago Inle |
La cocina de inspiración China también abunda en Myanmar |
Los precios de las comidas varían bastante según la zona y lugar del país, pero son siempre muy económicos, rondando los 5000 - 6000 MMK de media con bebida incluida. Hay sitios más económicos (en los 'restaurantes' de calle puedes llegar a comer por 3000 - 3500 MMK) y también mas caros (como el restaurante situado en la planta 20 del Sky Tower en Yangon, y en cualquier caso la comida completa con bebida sale por unos 12000 - 15000 MMK), así que como la comida no iba a arruinar mi presupuesto del viaje, simplemente me dejé guiar por los sentidos y comí donde me iba apeteciendo.
Los mercados callejeros abundan |
La mayor parte del presupuesto se lo llevará la bebida, y es que si bebes algo que no sea agua (cerveza, refresco o vino, si lo hay...) el precio se incrementa de forma estrepitosa, considerando el precio de los platos principales: no es extraño pagar 2000 MMK por una cerveza local (lager tipo Myanmar, Mandalay o similar) y pagar lo mismo o menos por el plato principal de la comida o cena. Dentro de la poca variedad gastronómica he de decir que no he comido nada durante mi viaje que no me haya gustado, la verdad (tampoco es que tenga yo un paladar muy exquisito; me gusta lo bueno - como a todos, pero tolero bien todos los sabores, ¡últimamente hasta los picantes para sorpresa mía!)
Gusanos y otras delicatessen, en un mercado de Yangon...me fui sin probarlos |
Langostas al peso, sólo para turistas |
Transporte
La situación del transporte en Myanmar es uno de sus puntos débiles, desde mi punto de vista. Los autobuses funcionan de forma errática y sin precios fijos (estoy hablando de autobuses interurbanos y precios para turistas, ¡claro!) Si llegas a un aeropuerto, tu única forma de salir de él es en taxi, y ahí empiezan los problemas, con tarifas prepactadas por el gremio (principalmente en los aeropuertos pequeños) para los ricos turistas que visitan su bonito país. Los precios oscilan entre los 7000 - 8000 MMK que deberás pagar para llegar al centro de Yangon desde el aeropuerto internacional (tarifa oficial) y los 25000 MMK que te pedirá la mafia taxista de Heho, el aeropuerto que sirve de entrada al lago Inle (curioso, porque el mismo trayecto pero en sentido contrarió empleando un taxi del área del lago cuesta 15000 MMK) Así todo, y a pesar de mi consciente aversión hacia los taxis, me vi obligado a usarlos más de lo que hubiera deseado. Como ya he comentado, el inglés (el idioma en general) es un problema en Myanmar, así que yo montaba al taxi mapa en mano, para indicarle al conductor dónde quería ir; de entrada el precio por las nubes, negociaciones y en marcha. Hasta en dos ocasiones los taxistas me llevaron a sitios que no eran los que les había indicado en el mapa...curioso que no sepan donde está un sitio o como llegar a él pero sí sepan qué precio poner...obviamente esas carreras no las pagué y he de decir que tampoco protestaron. Los peores mementos de mis viajes vienen asociados a experiencias sufridas en un taxi, así que cada vez que tengo que coger uno, como último recurso, cruzo los dedos, a ver qué sorpresa me depara el viaje. Los precios, comparados con los de otros países del entorno, son mucho más elevados.
Los principales núcleos urbanos se encuentran comunicados por medio de autobuses, pero las condiciones del tráfico y sobre todo de las infraestructuras, hacen de los trayectos en autobús una aventura en sí misma. Me resultó curioso observar que los vehículos (la mayor parte de ellos) tienen el volante al lado derecho ("lógico" atendiendo a su pasado de colonia británica) pero se conduce por la derecha, como en España; es decir, mientras en el Reino Unido, con coches similares, te incorporas a las carreteras por la izquierda y los coches que circulan en sentido contrario lo hacen a tu derecha, en Myanmar circulan dejando los coches que circulan en sentido contrario a la izquierda, lo que complica enormemente los adelantamientos si tienes el volante en el lado derecho, ya que tienes que sacar todo el coche/autobús/camión de tu carril solo para ver si viene alguien de frente....curioso ¿no? El claxon es el complemento más valorado de los vehículos y dan buena cuenta de ello continuamente para básicamente avisar que alguien viene y que mejor no te cruces en su camino porque ellos no paran.
Viajando en autobús tienes la posibilidad de contemplar más de cerca la vida y tradiciones locales |
Volviendo al tema de los autobuses, como todas las indicaciones están en birmano (precios incluidos) te tendrás que fiar o dejarte llevar por alguien de allí para que te diga qué autobús es el tuyo (yo conseguí aprender los números, pero claro ¡sin entender el resto de poco me servía!) Unicamente empleé el autobús para desplazarme entre Bago y Kyaiktiyo (5000 MMK, comprado a través del hotel, un trayecto de algo más de dos horas en un autobús sin aire acondicionado y donde la temperatura se hizo difícil de soportar) y entre Kyaiktiyo y Yangon (7000 MMK, un recorrido de 4 horas en un autobús con aire acondicionado donde tuve que ponerme el jersey porque me quedaba congelado...¡un país de contrastes!) Obviamente el amigo del hotel de Bago me engañó...
Los británicos dejaron cerca de 5000 kilómetros de ferrocarril operativo en Myanmar cuando fueron "invitados" a abandonarlo en 1948, y la mayoría de ellos aún permanecen operativos y eso sí, en las mismas condiciones en que los dejaron los británicos hace 67 años (me atrevería a decir que hasta las locomotoras y vagones son los mismos), y es que la falta de inversión por parte de los sucesivos gobiernos a lo largo de los años han llevado a estas infraestructuras al borde del colapso. Según la guía que utilicé en mi viaje, los extranjeros pagan hasta cinco veces más por un billete que un local, y los trenes son mucho más caros que los autobuses; pues bien, hice el trayecto de Yangon a Bago en tren (algo menos de dos horas) en primera clase por 1150 MMK... A la vista de los datos, el gremio de autobuses de Myanmar no es de fiar.
La oficina de venta de billetes de tren no está en la misma estación de trenes en Yangón...tras esta fachada la oficina de ventas |
Tren haciendo su entrada en Yangon |
El viaje en tren fue interesante: la locomotora aún hace el sonido de traqueteo característico de las locomotoras de las películas del oeste y la velocidad del tren no debe superar los 60-70Km/h, así que los viaje se hacen largos entre traqueteos y vaivenes que sólo podrás imaginar sí viajas en una de estas piezas de museo ¡Una experiencia en sí misma! Los asientos de la primera clase son cómodos (acolchados) y permiten reclinarse, aunque no tienen aire acondicionado ni ningún otro tipo de servicio añadido. En clase ordinaria, como la llaman los Birmanos, los asientos son de madera, con el respaldo a 90 grados y enfrentados dos a dos...¡no se me ocurriría hacer un viaje de Yangon a Mandalay de 15 horas en un tren en primera clase así que imaginar en clase turista! Puedes encontrar información sobre las rutas en Myanmar en www.seat61.com, si bien es mejor que confirmes los horarios al llegar a tu estación de salida. Durante los trayectos, la ausencia de "coche bar" la suplen las hordas de vendedores que recorren el tren continuamente ofreciendo bebidas y comidas locales.
El coche de primera, con "aire acondicionado" natural |
Las paradas durante el trayecto resultan de lo mas entretenidas |
Tarjeta de embarque, con los mas modernos sistemas de seguridad incorporados... |
El avión, una vez más, le gana la partida a todos los medios de transporte (en cuanto a eficiencia) Las tarifas son excesivamente caras en los vuelos internos (de nuevo para extranjeros...dudo que un birmano pague 110$ por un vuelo doméstico de una hora entre Yangon y Heho, por ejemplo), pero se compensa por el ahorro en tiempo, ya que todos los destinos son accesibles en vuelos de duraciones en torno a la hora o inferiores. Hay muchas compañías (Air Bagan, Air Mandalay, Air KBZ, Yangon Airways, Yadanarpon Aiways, Golden Myanmar Airways...) pero para comprar billetes tendrás que acudir a uno de los agentes autorizados o agencia de viajes, con el consiguiente incremento de tarifa en concepto de servicio. Lo curioso es que puedes comprar el billete con un mes de antelación o con un par de días y el precio es el mismo; esto me gustó bastante, acostumbrado a los bailes de tarifas de las compañías europeas, que nunca comprenderé (y eso que trabajo en el sector...) Los precios incluyen una maleta facturada de 20Kg (que pesan y comprueban a conciencia) y equipaje de cabina, además de un pequeño refresco y tentempié durante el vuelo. Mi experiencia en los vuelos realizados ha sido bastante positiva, con vuelos puntuales y entrega "personalizada" de equipaje en los aeropuertos más pequeños. Como contrapunto, que al ya de por sí excesivo precio de los billetes de avión tendrás que sumar el del taxi para desplazarte a tu hotel, con lo que el coste del viaje se dispara bastante.
Yo gestioné mis vuelos a través de www.oway.com.mm; introduces los datos del vuelo y el pago, como en cualquier web, con la diferencia de que al final del proceso en lugar de recibir la confirmación de la compra recibes un mensaje diciendo algo así como que ya recibirás los datos en los próximos días del vuelo...sensación de sospecha al principio, pero me ha funcionado bien. Mis vuelos fueron los siguientes:
- Yangon - Heho (lago Inle): compañía Air Bagan, 110$
- Heho - Mandalay: compañía Air KBZ, 65$
El aeropuerto de Heho...de "andar por casa" |
Con motivo de la fiesta del agua, el país se paraliza por completo...incluyendo las webs de reservas de billetes...como no imaginaba algo así, me "relajé" en la compra de los últimos vuelos y surgieron los problemas, por escasez de plazas y tarifas disparadas debido a la excepcionalidad de las fechas (año nuevo), así que para el resto de los trayectos tuve que recurrir a una agencia en Madalay (seven diamonds) con el siguiente resultado:
- Mandalay - Bagan: compañía Air KBZ, 68$ (este trayecto pensé hacerlo en el Ferry que recorre el río Ayeyarwady y dura unas diez horas, pero sólo ópera hasta finales de marzo, fecha que marca el final de la temporada turística; hay un barco que hace el mismo recorrido pero para los birmanos, con una duración de unas 15h para el mismo trayecto, pero sólo sale los domingos, así que me quedé con las ganas...¡otra vez será!)
- Bagan - Yangon: compañía Air KBZ, 118$
Aeropuerto de Bagan |
Una vez en tu lugar de destino, puedes optar por desplazarte en taxi o en medios más económicos, como las bicicletas con dos asientos anexados a modo de sidecar con los respaldos enfrentados (yo no llegué a usarlos), las motos (difíciles de localizar y no disponibles en todos los destinos - por ejemplo en el lago Inle) o los trishaw, triciclos motorizados muy habituales como medio de transporte público pero que también ofrecen servicio privado (a mayor precio, claro)
La comunicación
El idioma es posiblemente la mayor de las barreras que he encontrado durante el viaje. Al hecho de que casi nadie habla ingles (como mucho saben unas cuantas palabras o frases, que pueden recitar de carrerilla, pero cuando les respondes lo único que pueden hacer es sonreír porque no entienden ni palabra de lo que les digas) se une el tema de la grafía empleada (derivado del lenguaje mon) que lo hacen totalmente ininteligible para nosotros. El inglés que hablan en hoteles o aeropuertos tampoco es mucho mejor, así que obtener información es sumamente complicado (considerando también el hecho de que la comunicación vía internet tampoco es que funcione muy bien, en ocasiones te puedes encontrar totalmente perdido y no saber cómo continuar) La pronunciación de los pocos que 'hablan' algo de inglés tampoco ayuda, ya que directamente no pronuncian: al final te acabas acostumbrando, pero al principio resulta complicado entenderlos y más bien te tienes que imaginar qué quieren decir. A modo de ejemplo, si escuchas algo así como "ue com iu", te están preguntando de donde vienes, y "ue iu go" es a donde vas. La anécdota curiosa me sucedió a la bajada de un templo en Bagan, donde el chico que estaba allí con su caja de corcho para mantener las bebidas frescas me dice "want 'cubata'?" Yo me quedé sorprendido, primero porque pensé 'coño, este debe ser el listo de la clase, que sin haber abierto la boca me ha calado que soy español y ¡encima sabe lo que es un cubata!' Así que por curiosidad me acerco y le pregunto que qué tipo de cubata tiene; él, lógicamente, no me entiende (iluso...) y sonriendo saca una botella de agua de la caja de corcho y me dice 'cubata? Cubata?' (Cool water) Me hizo muchísima gracia - quizás hacía demasiado calor o estaba demasiado cansado, porque ahora que lo he escrito no me ha hecho tanta gracia, pero en aquella situación recuerdo que ¡no pude más que echarme a reír!
El Budismo
Myanmar es un país budista y la religión ocupa un lugar importantísimo en la vida de los habitantes. Cientos de templos con otras tantas representaciones de buda en su interior pueblan sus ciudades y pueblos, dotando a éstos lugares de una estética muy atractiva para un visitante occidental, ya que la arquitectura de estos templos poco tiene que ver con lo que estamos acostumbrados a ver. El templo o pagoda birmana se caracteriza por tener una serie de terrazas inferiores (en función de la categoría del templo estas terrazas pueden ser accesibles - sólo para los monjes - o no) sobre las que se sitúa la campana, de diversas formas y con distintos añadidos, en función de la época en que fue construida, y coronada por el Hti o paraguas en lo más alto, profusamente ornamentado con piedras preciosas y oro.
La hermosa pagoda Maha Wizaya, un claro ejemplo de la arquitectura de los templos birmanos |
Hasta la fecha he tenido la fortuna de visitar varios países que practican en mayo o menor medida el budismo, y para ser honestos, cuanto mas conozco, menos similitudes encuentro y menos entiendo sus principios: en China, por ejemplo, no permiten hacer fotos a las imágenes de Buda, argumentando que se les roba el alma, pero puedes visitar los templos calzado y vestido de cualquier forma. En Myanmar por el contrario, puedes hacer tantas fotos como quieras, pero has de entrar descalzo (no sólo al templo, que lo entiendo, si no también a los patios anexos...cuando la entrada al templo está a unos 500m. y tienes que recorrerlos descalzo sobre piedras y polvo, es cuando te planteas el sentido de la norma), has de vestir de forma correcta (pero no son excesivamente pudorosos con el tema de los pantalones cortos) y las mujeres no pueden acceder a los altares, pero en los templos te puedes encontrar gente viendo la televisión, almorzando o niños corriendo de un lado a otro entre gritos. En Tailandia, se permite el acceso de las mujeres a los altares, sólo has de entrar descalzo en el recinto del templo para mostrar tu respeto a Buda y son extremadamente celosos en cuanto a la vestimenta, los templos son lugares de respeto y oración aunque muestran menos fervor que sus vecinos birmanos...cada país, un budismo distinto. Seguiré viajando en busca de patrones comunes.
El ritual budista más practicado en Myanmar es la aplicación de láminas de oro sobre las figuras de Buda; como veréis a continuación, algunas imágenes han prácticamente desaparecido bajo las finas láminas de oro que ofrecen los fieles en oración. Los monjes y aprendices budistas ocupan un lugar muy alto en la escala social birmana, siendo extremadamente respetados por la población que no duda en ofrecer sus escasas posesiones a diario a cambio de una bendición. En Myanmar hay alrededor de medio millón de monjes, que se dividen en nueve órdenes monásticas reconocidas. Los monjes visten de color vino, y los aprendices, de rosa.
Aprendices en un templo en Bago |
Monjes budistas paseando por las calles; ¡el calor aprieta para todos! |
La imagen de Buda venerada por los burmeses representa un Buda sentado, con las piernas cruzadas en posición de meditación (aunque también son muy abundantes las representaciones de Buda tumbado), con un semblante relajado y sonriente. La posición de las manos señala si se trata de un Buda meditando (las dos manos en el centro, una sobre otra apoyadas en las piernas), en posición de enseñar (manos abiertas sobre el pecho), compasivo (mano izquierda sobre las pierna y la derecha mostrando la palma extendida) o protector (mano izquierda sobre las piernas y la derecha extendida tocando la tierra) Las largas orejas representan que un día Buda fue un príncipe y llevó joyas pesadas; la túnica dorada representa espiritualidad (y no riqueza terrenal, como se suele pensar); los ojos rasgados señalan alejamiento del mundo mundano y la marca en el entrecejo hace referencia a la naturaleza sobrenatural de Buda...no hay mejor forma de aprender que viviendo lo que se aprende.
Buda protector, la representación mas extendida, en el templo de Koe Htat Gyi, en Yangon |
Yangon
La antigua capital Birmana es una megápolis al más puro estilo asiático. Llegué puntualmente, vía Kuala Lumpur en un vuelo directo de Malasyan Airlines. Una vez superados los temidos trámites del visado, recogida de maleta y habiendo cambiado moneda, puse rumbo al hotel (en taxi, 8000 MMK) para librarme de mi pesado equipaje para cinco semanas de viaje (si bien sólo pasé algo menos de tres semanas en Myanmar, mi estancia en Malasya y la vista a Bangkok hicieron que la duración del viaje se fuese hasta las mencionadas cinco semanas)
El templo Sule, en un concurrido cruce de calles, epicentro de la actividad en Yangon |
La primera impresión al llegar a Yangon no fue especialmente positiva (tampoco negativa, la verdad), ya que es lo que esperaba de una ciudad asiática de este tamaño: caótica, bulliciosa y en continua actividad. Las elevadas temperaturas y la altísima humedad en el ambiente fueron como un mazazo para alguien que llegaba de la "primavera" alemana, donde aún estábamos en el entorno de los 0 - 5 grados.
En Yangon pasé 4 días /3 noches, tiempo más que suficiente para descubrir la ciudad (con poco tiempo para el descanso, también es verdad) y los numerosos atractivos que se esconden tras su ordenada estructura de calles en forma de cuadrícula. Una ciudad vibrante, dinámica y con una herencia cultural y arquitectónica evidente en cada calle y cada rincón, si bien nuevas construcciones se van abriendo paso, pero Myanmar y por tanto Yangon, están aún un paso por detrás de muchos de sus vecinos asiáticos en cuanto a desarrollo se refiere.
El edificio central de la policía...su estado es lamentable |
Los principales puntos de interés de la ciudad se encuentran en la zona sur; los trayectos entre los distintos templos los puedes realizar en taxi (entre 2000-4000 MMK), en bicicleta o andando, si tienes tiempo, siempre una buena forma de conocer las ciudades.
Zona Sur Este (se puede recorrer todo a pie sin problemas):
- La Catedral de Sta. Maria, uno de los pocos ejemplos de arquitectura católica presentes en Yangon y sin duda alguna el más llamativo, en parte debido a su colorido interior. Se encuentra en la calle Bogyoke Aung San Road, a una corta distancia de la estación central de ferrocarriles hacia el este.
- Continuando por la calle Bogyoke Aung San Road hacia el Este, en la intersección con la Sule Pagoda Road se encuentra la Torre Sakura, una torre cuyo principal atractivo es el restaurante que se sitúa en su última planta (la 20...no es que sea muy alto, pero comparado con la altura de los edificios en Yangon ¡parece el Empire State!) El restaurante/bar ofrece espectaculares vistas de toda la ciudad, así que es un buen lugar para hacer una pausa y beber algo (cerveza por 2500 MMK, refrescos por 2000 MMK) o comer (platos principales entre 8000 - 15000 MMK)
La Pagoda Sule y el río Hlaing desde la torre Sakura |
La pagoda Shwedagon, el más importante centro de oración de toda Birmania |
La estación central de ferrocarril y el estadio de fútbol nacional, desde la torre Sakura |
La torre Sakura, desde la Sule Pagoda Road |
- A corta distancia de la torre Sakura, caminando por la Pagoda Sule Road llegamos a la Pagoda Sule (entrada 3000 MMK), uno de los puntos más característicos de la ciudad, con su peculiar campana octogonal de 44m de altura. Situada en el centro de una bulliciosa intersección, da acceso al distrito colonial de Yangon. La pagoda, que originalmente data del año 230, cuenta con cuatro entradas (en los cuatro puntos cardinales) y la leyenda afirma que la estupa central oculta un pelo sagrado (el primero de los que relataré...) del histórico Buda Gautama. El templo ha sufrido distintas modificaciones y ampliaciones hasta presentar el aspecto actual. Los británicos decidieron que era un buen lugar para usar el templo como rotonda...
- Frente a la Pagoda Sule se encuentra el Ayuntamiento de Yangon, un edificio que mezcla los estilos arquitectónicos Británico y Birmano (construido por los británicos, pero diseñado por un arquitecto Birmano) y que data del año 1920.
A la izquierda, el Ayuntamiento, frente al jardín Mahabandula A la derecha, la iglesia de Emmanuele Bautista |
- El Jardín Mahabandula que se sitúa frente al Ayutamiento y la Pagoda Sule, en un auténtico remanso de tranquilidad donde escapar del bullicio de las cercanas calles. El jardín lleva el nombre de un héroe local de la primera guerra entre birmanos y británicos que murió durante la batalla, propiciando la victoria británica (extraño héroe...) El obelisco central del parque es un monumento a las víctimas que murieron durante la lucha por la independencia en el S.XX (en cada ciudad de Myanmar hay uno similar, de mayor o menor tamaño...¡curioso!) El lado Este del parque lo ocupa el edificio del Alto Magistrado, que data de 1911 y que se caracteriza por su esbelta torre y el ladrillo rojo de su fachada.
- En los alrededores del jardín Mahabandula se encuentra el distrito colonial, con edificios de la época de la ocupación británica que sin duda vivieron tiempos mejores. Los edificios son viviendas ocupadas en su mayor parte por la clase media de la ciudad, un hervidero de comercios que bien merece una visita relajada para saborear el ambiente y por qué no, imaginar como eran esas mismas calles hace tan sólo unas décadas.
- Para finalizar el paseo por esta zona, una visita a la pagoda Botataung (entrada 3000 MMK), al este del distrito colonial. Construida en el estilo clásico "mon", la estupa de 40m de altura, recubierta por láminas de oro, encierra preciadas reliquias, entre ellas un pelo sagrado de Buda (y van dos...) La leyenda dice que hace 2000 años, los 8 pelos de Buda (sólo había 8, al parecer) fueron traídos a Birmania desde India, protegidos por un ejército de hombres fuertemente armados. Uno sólo de los pelos sobrevivió al viaje, y se encerró en el interior del templo, preciosamente decorado con placas de oro. Esta es una de las pagodas más veneradas por los fieles en Yangon.
Zona Norte Centro (se puede recorrer a pie, ¡aunque las distancias empiezan a pesar!):
- Comenzamos el recorrido de esta zona por la Kyauk Htat Gyi Pagoda que marca el punto más al norte de este recorrido, en la Shwegodaing Road (carretera que también conduce a la pagoda Shwedagon, al este), al norte del lago Kandawgyi. El templo acoge una colosal figura de un Buda reclinado de 70m de largo. Hay una plataforma a los pies de la estatua desde la que se pueden observar los pies, divididos en cuadrados (108, para ser más exactos) con símbolos inscritos en ellos. En este templo me encontré con un Palentino (escuché hablar Español, me acerqué y ¡sorpresa! lo que demuestra que el mundo se está quedando pequeño y lo viajeros que somos los Palentinos), aunque no me hizo mucho caso: viajaba con su familia y se mostró un poco distante...de acuerdo que no nos conocemos de nada, pero encontrarte con alguien de tu tierra en Myanmar, ¿no es como para hablar cinco minutos de la experiencia? En fin...como diría mi antigua "jefa" y amiga en Barajas, "un castellano austero".
- A una corta distancia de Kyauk Htat Gyi Pagoda hacia el sur por Shwegodaing Road se llega a Nga Htat Gyi Pagoda, donde se localiza uno de los Budas más llamativos de Yangon, que data de 1558. Su rica corona (decorada con oro y preciadas joyas) y los precisos grabados en madera otorgan a este templo un magnetismo especial. Durante la visita tuve una conversación con un aprendiz de monje (eso me dijo...visité el templo el primer día de mi estancia en Yangon, así que aún estaba un poco verde...después de lo vivido, dudo que fuera monje..eso sí, ¡me sacó 5$!) Descubrí que nací un lunes, y por lo tanto mi animal es el tigre. Según el "aprendiz", los nacidos en lunes son personas con poder que tienen facilidad para ganar dinero (Ooopss!! igual no nací el día que me dijo mi madre...), y me comentó que el templo lo construyó una persona nacida bajo el signo el tigre, símbolo de la persistencia. Mi número de la suerte se supone que es el 6 (ahora entiendo por qué no me ha tocado nunca la lotería...¡toda la vida jugando al 2 y al 5!) y que para honrar a Buda tenia que bañar su representación del lunes arrojando 6 vasos de agua sobre la estatua...¡aprendiendo un poquito más sobre el Budismo!
- Al sur de los templos anteriores se encuentra el precioso lago Kandawgyi. Unas pasarelas de madera recorren el lateral del lago, uno de los paseos más hermosos de cuantos se puede disfrutar en Yangon. Los hoteles más lujosos de la ciudad se encuentran en las inmediaciones del lago, y es que el entorno y su escasa distancia al templo Shwedagon hacen de esta zona una de las más llamativas de la ciudad. El paseo de madera que bordea el lago es de acceso gratuito, no así la zona de restauración y el barco dorado (que alberga un restaurante de lujo) al norte del lago, ya que tendrás que pagar 1000 MMKs para acceder (más 300 MMKs adicionales por la cámara de fotos); si aceptas un consejo, te puedes ahorrar los 1300 MMKs. Yo visité la zona durante el día y la noche y la verdad es que no se veía mucha actividad.
Un bosque encantado en el centro de Yangon |
Entrada al barco del pájaro dorado del lago, un restaurante flotante. |
Bonita vista del lago, con la pagoda Shwedagon al fondo |
- El paseo de madera del lago Kandawgyi conduce hasta el templo Maha Wizaya Pagoda, situado al lado opuesto de la escalera sur de acceso a la Shwedagon Pagoda, data de 1980 y se construyó con el dinero de donaciones públicas. El interior alberga reliquias donadas por los reyes de Nepal y he de decir que se sale de lo habitual: un interior que más que un templo parece un jardín infantil. El complejo es de una belleza exquisita.
Original interior de la Maha Wizaya Pagoda |
- Finalmente se llega a la Shwedagon Pagoda (entrada 8000 MMK), epicentro religioso de los budistas birmanos. Se puede acceder al templo desde una de las cuatro largas escaleras de acceso alineadas con los puntos cardinales, acceso repleto de tiendas y que hay que recorrer descalzo. Shwedagon significa "relicario de los cuatro", en referencia a las reliquias que alberga de los cuatro Budas que alcanzaron la iluminación en los tiempos del Buda Gautama (en torno al año 600 antes de Cristo) Entre las reliquias se encuentran los ocho mechones de pelo del Buda Gautama (aquí es cuando las cuentas de los pelos ya no me cuadran...)
Acceso a la Shwedagon Pagoda, exterior |
Escalera de acceso a la Shwedagon Pagoda, un centro comercial en toda regla |
La estupa central, con su característica campana dorada y que se cree tiene 2500 años de antigüedad, fue construida para albergar, entre otras reliquias, ocho pelos de Buda. Los terremotos e incendios no han tenido compasión con esta construcción, ocasionando reconstrucciones sucesivas que originaban una campana cada vez más alta y más hermosa que aquella a la que reemplazaba: el primer recubrimiento con láminas de oro data del S.XV, y la altura actual de 99m data de 1769. Las terrazas octogonales en la base de la campana sólo pueden ser transitadas por monjes, principalmente al atardecer que es cuando el complejo se muestra en plena efervescencia. Unos datos sobre el paraguas que corona la estupa central:
- tiene una altura de 13m, con 5m de diámetro en su parte más ancha.
- el peso total del conjunto es de 5000Kg, de los cuales 500 son de oro.
- 83850 piezas de joyería decoran la cúpula, con todo tipo de piedras preciosas.
- El sonido que emite se debe a las 4016 pequeñas campanas de oro que se agitan por el aire.
La visita del templo me llevó unas cuantas horas, y es que los atractivos son muy numerosos: desde los templos y estupas que pueblan el recinto, incluyendo los templos secundarios, la campana Maha Tissada, de unos 36000Kg y fundida en 1841, y sobre todo la gente que deambula sin pausa por el recinto. Me senté en el suelo y pasé un buen rato observando a los fieles (mucho más interesantes de observar que los turistas, ¡claro está!), su comportamiento, los rituales y costumbres. Entre ellas me resultó muy curiosa el barrido del suelo que se realizaba de una forma muy organizada, y aún más impresionantes los montones de suciedad que se acumulaban pase tras pase (suciedad que también acababa en mis pies) Numerosas ofrendas y celebraciones, todas llevadas a cabo al caer la tarde, el momento más mágico para visitar el templo. Una vez la luna se hace con el poder del cielo, la bruma de las nubes de humo que producen las ofrendas en forma de velas e incienso inunda el ambiente, nublando incluso la vista de la gran pagoda central. Una visita obligada en Yangon.
- tiene una altura de 13m, con 5m de diámetro en su parte más ancha.
- el peso total del conjunto es de 5000Kg, de los cuales 500 son de oro.
- 83850 piezas de joyería decoran la cúpula, con todo tipo de piedras preciosas.
- El sonido que emite se debe a las 4016 pequeñas campanas de oro que se agitan por el aire.
La Naungdawgyi Pagoda, en el complejo del templo. Se construyó para albergar los pelos de Buda hasta que la Shwedagon Pagoda fue construida. |
Las ofrendas se suceden al caer la tarde; los birmanos visten sus mejores galas para la ocasión |
La Campana del Rey Tharrawaddy, otra de las visitas obligadas en el recinto |
El ritual de limpieza del suelo, uno de los que más curiosidad despertó en mí |
- En las inmediaciones de la Pagoda Shwedagon se encuentra el Mausoleo de los mártires, una construcción inmensa que conmemora la muerte de siete héroes de la independencia. Sólo lo visité desde fuera (dentro no hay nada más), ya que el abuso por el precio me pareció exagerado: entrada para los birmanos, 300 MMKs; entrada para los turistas, 7000 MMKs. Será otro el que pague por ver un monumento de ladrillo rojo...
Zona Norte (puedes acceder en tren - hay una linea circular que recorre más o menos regularmente el trayecto - o en taxi, ya que la zona está muy alejada del centro)
Hasta aquí las visitas más destacadas, al menos para mí, que ofrece Yangon. Pero cada calle, cada esquina de la ciudad ofrecen una imagen, una representación de la vida en la ciudad, algo que sólo pude descubrir andando por la polvorientas y sucias calles de Yangon y soportando las elevadísimas temperaturas. Como última sorpresa, el cielo de la ciudad me brindó un eclipse de luna (que vislumbré por casualidad mientras paseaba por un mercado nocturno al observar que la luna estaba prácticamente desaparecida, cuando el día anterior estaba llena) y preciosas puestas de sol (una en especial, la del día del eclipse...ignoro si la grandeza del sol en su ocaso ese día tuvo algo que ver con el eclipse posterior, como si el sol quisiera robar el protagonismo que tendría la luna sólo unas horas más tardes)
Hasta aquí la primera parte de la crónica de mi viaje a Myanmar. En la siguiente entrega te invito a visitar Bago, el templo de la roca de Kyaiktiyo y el lago Inle. ¡No te lo pierdas!
- Lawka Chantha Abhaya Labha Muni, un enorme Buda de 11m de altura construido en una sóla pieza de mármol, que se encuentra protegido por una vitrina de cristal. El Buda data de 1998, cuando una pieza de mármol (material muy respetado por los budistas) se extrajo a escasa distancia de Mandalay; el bloque fue comisionado por el gobierno y trasladado a Yangon. Imágenes relativas al transporte de la pieza adornan las escaleras de acceso al templo; el transporte se realizó por vía fluvial, un viaje de 12 días de duración que se afrontó como un espectáculo nacional.
Escalera de acceso al templo |
Algunos de las pinturas que rememoran el transporte del bloque de mármol |
El colosal Buda de mármol |
- Prácticamente enfrentado al Lawka Chantha Abhaya Labha Muni se encuentra la Pagoda del Elefante blanco. Según las creencias de la zona, se considera que el elefante blanco es un animal que trae suerte. Este pequeño templo encierra tres elefantes (más que blancos, grisáceos) que se hallaron en el bosque de Rakhine. Las condiciones en las que se encuentran los paquidermos es lamentable, prácticamente sin capacidad de movimiento ya que se encuentran anclados al suelo con unos pesados grilletes que apenas les otorgan un metro de movilidad. Una vergüenza y una visita que me podía haber ahorrado porque salí decepcionado.
Hasta aquí las visitas más destacadas, al menos para mí, que ofrece Yangon. Pero cada calle, cada esquina de la ciudad ofrecen una imagen, una representación de la vida en la ciudad, algo que sólo pude descubrir andando por la polvorientas y sucias calles de Yangon y soportando las elevadísimas temperaturas. Como última sorpresa, el cielo de la ciudad me brindó un eclipse de luna (que vislumbré por casualidad mientras paseaba por un mercado nocturno al observar que la luna estaba prácticamente desaparecida, cuando el día anterior estaba llena) y preciosas puestas de sol (una en especial, la del día del eclipse...ignoro si la grandeza del sol en su ocaso ese día tuvo algo que ver con el eclipse posterior, como si el sol quisiera robar el protagonismo que tendría la luna sólo unas horas más tardes)
Hasta aquí la primera parte de la crónica de mi viaje a Myanmar. En la siguiente entrega te invito a visitar Bago, el templo de la roca de Kyaiktiyo y el lago Inle. ¡No te lo pierdas!
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