No,
no se trata de la crónica de un partido de fútbol. Antes de publicar la crónica
completa de mi viaje a Brasil (que todavía tardará unos días, me temo...),
quiero compartir contigo de forma breve mi experiencia en las cataratas de
Iguazú. Maravilla de la naturaleza, uno de esos rincones del planeta en los que
te sientes minúsculo e insignificante ante el grandioso espectáculo formado por
tres elementos básicos, - el agua, la tierra y el aire -, una combinación simple
(en concepto) pero de tremenda dificultad en su ejecución. Miles de años has sido necesarios para que ahora podamos disfrutar de este
espectáculo natural imposible de describir por escrito (al menos para una persona como yo no muy ducha con la palabra), o incluso mediante imágenes o
vídeos. Como suele ocurrir en estos casos, la realidad no se puede plasmar
fácilmente en un soporte físico.
El
Parque Nacional de Iguazú lo comparten dos países rivales, Brasil y Argentina,
y el hecho de compartir un lugar único en el mundo no hace sino incrementar
esta rivalidad. La realidad es que Argentina posee el 85% del territorio de las
cataratas de Iguazú y la mayor parte de los saltos de agua, pero los Brasileños
se "aprovechan" visualmente de las excelencias del paisaje Argentino
desde la otra orilla del río Iguazú que separa ambos países. Las diferencias se
hacen más evidentes cuando hablas con la gente a un lado y otro de la frontera:
ambos critican a sus vecinos de la otra orilla por el modelo turístico empleado
y ambos se empeñan en alzarse con el trono, al menos moral, de ganador en
belleza paisajística; en realidad ambos conceptos son tan similares y tan dispares
a la vez que te resultará difícil elegir. Mi experiencia es que en Brasil las
cataratas se observan, mientras que en Argentina se sienten. En caso de tener
un solo día para descubrirlas me resultaría difícil recomendar una vertiente u
otra. Quizá el lado Argentino ofrezca más opciones (el sendero inferior, el
superior, el bautismo en barca, rutas de senderismo), mientras que la oferta
Brasileña es menos activa, requiere menos tiempo (tan sólo un paseo de 1,2Km,
bautismos en barca y el mirador de la Garganta del Diablo) pero es más visual. A
nivel económico el lado Argentino es mucho más barato que el Brasileño; otro
aspecto a considerar es que durante mi visita, debido a una crecida sufrida
meses atrás, el mirador de la Garganta del Diablo y el acceso a la isla de S.
Martin en el lado Argentino se encontraban cerrados, disminuyendo notablemente
los reclamos y atractivos de la zona (aunque el precio de la entrada no se
viera reducido en la misma medida…); de otra forma, seguramente la opción
Argentina pueda ser la más completa, en caso de tener que elegir entre ambas. Si
te decides por el lado Brasileño, mejor visitarlo por la mañana, ya que la luz
es mucho mejor y disfrutarás de maravillosos arcoíris.
Por fortuna no tuve que
elegir entre ambos países y en los siguientes vídeos puedes hacerte una ligera
idea de lo que te espera a un lado y a otro del río Iguazú. Una experiencia
que, sea cual sea la opción elegida, recomiendo a todos ya que
las sensaciones que experimentarás allí son indescriptibles ¡date la
oportunidad de descubrirlas por ti mismo!
Lado Brasileño de los saltos de agua de Iguazú
Lado Argentino de los saltos de agua de Iguazú
Más datos en unos días, con todas las fotos y
detalles del viaje a Rio de Janeiro e Iguazú.
La gozada de sentirse pequeñito ante la naturaleza
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