Después de haber visitado el año pasado países como Bosnia o
Senegal, estoy acostumbrado a preguntas del tipo: “¿y a qué vas a Macedonia? ¿Hay algo que ver allí?”. Para ser
honesto, Skopje, la capital de Macedonia, no entraba en mis planes iniciales de
viaje para éste año (ni para los siguientes, probablemente), pero vi lo
oportunidad de escaparme unos días y no lo dudé. La República de Macedonia
comparte frontera con países tan dispares como Albania, Grecia, Bulgaria y
Serbia, y eso se nota en su población y costumbres. Skopje se sitúa al norte del país, está dividida por el río Vardar en dos partes bien
diferenciadas, poblada por unos 700000 habitantes, en una ciudad nueva, en plena
renovación y crecimiento. El país, constituido en República independiente tras
la disolución de la federación Yugoslava en 1991, trata de abrirse al futuro,
aunque aún hay mucho trabajo por hacer. Basta salir del centro de la capital para
comprobar la realidad del país y el contraste que existe entre la capital en
proceso de renovación y reconstrucción, y el resto del país. Yo estuve solamente tres días, pero son suficientes para conocer Skopje (o al menos hacerse una idea de lo que
ofrece), ya que la ciudad es pequeña y se puede recorrer andando sin mayor
problema.
El viaje
Para entrar en Skopje basta con llevar el DNI (aunque si
llevas el pasaporte te evitarás problemas en la aduana…). A mí se me olvidó
mirar antes del viaje los requisitos de entrada en el país y sólo cuando llegué
al aeropuerto de Colonia y accedí a la zona no Schengen reparé en mi olvido (mi pasaporte no estaba en mi
bolsillo, si no en la cómoda de la habitación), y la información que encontré en
internet mientras esperaba la salida del vuelo era confusa.
Una vez en Skopje, si viajas sin pasaporte te hacen firmar un papel con los datos del
DNI y te ponen en esa hoja los sellos que deberían figurar en tu pasaporte,
pero más allá de ese pequeño inconveniente, no hubo más problema.
El aeropuerto de
Alejandro el Grande de Skopje, es muy pequeño; se encuentra a unos 17 km del
centro de la ciudad, a la que puedes acceder en taxi (unos 20€ al cambio) o en
autobús (de la empresa Vardar Express, por 150 dinares (
http://skp.airports.com.mk/default.aspx?ItemID=491).
El problema del autobús es que no es un servicio regular y ofrece muy pocas
frecuencias (y cambian de un día para otro), pero si los horarios te cuadran,
puede ser una opción más económica. En cualquier caso, en unos 20 minutos te
encontrarás en el centro de Skopje. Varias cosas llamaron mi atención a la
llegada: en primer lugar las dimensiones y estructura de la ciudad; yo me alojé
en un hotel al lado de la fortaleza y el antiguo bazar, y desde allí se podía
ver prácticamente toda la ciudad, apreciando las numerosas grúas, testigos de
una ciudad en proceso de cambio, pero que anhela conservar su pasado, sin
renunciar a su futuro, que pasa por ser un destino turístico en un tiempo no
muy lejano. En segundo lugar, el innumerable número de banderas Macedonias que
coronan cada edificio, plaza o lugar de interés (los macedonios se sienten orgullosos de su país y su bandera...como en España, vamos...). Y por último, lo barato que
resulta (todavía hoy) viajar a ésta zona: el transporte público (autobús y
taxi) es muy económico, así como los precios de la restauración (no tanto los
hoteles, pero tampoco se puede decir que sean caros).
A continuación os cuento los lugares que visité durante mi
viaje:
Zona antigua
En la orilla este del río Vardar se encuentra la vieja
Skopje, con la fortaleza Kale y el antiguo bazar. La fortaleza Kale se sitúa en
lo alto de la ladera y ofrece unas buenas vistas de la ciudad (pero no las
mejores). Originalmente data del S.VI, aunque la mayor parte de las secciones
que se conservan datan de los S.X y S.XIII. La fortaleza, conservada en muy mal
estado, llegó a tener 70 torres (de las cuales sólo se conservan 3 en la
actualidad).
|
Muralla de la Fortaleza Kale |
|
Vista de la fortaleza desde el puente nuevo, entrada a la zona viaje de Skopje |
La fortaleza resultó gravemente afectada durante el terremoto de
1963 (un terremoto de 6.9 grados que arrasó la ciudad casi por completo, causando
la muerte de más de 1000 personas según cuentan las crónicas y los “mayores”
del lugar…yo no estaba aquí para comprobarlo…de hecho no estaba ni en el limbo,
como decía mi abuela…). La entrada a la fortaleza es gratuita (¿por cuánto
tiempo?) y te permitirá pasear por un tramo de unos 250m de la muralla y visitar el recinto.
|
La fortaleza Kale por la noche, desde el río Vardar |
La puerta
de entrada al bazar, que data de 1446, es la única que se conserva. El bazar de
Skopje es el más grande que hay en los Balcanes y su origen data del SXII, si
bien no ofrece el encanto del bazar de Estambul, con el que se le compara
frecuentemente (pero no tienen mucho que ver… ¡por no decir nada!).
|
Puerta de entrada al bazar |
El bazar
tiene dos zonas bien diferenciadas: la zona histórica, rehabilitada, con calles
más amplias y donde la actividad no resulta tan frenética, y la zona moderna,
con multitud de pequeños tenderetes apelotonados unos contra otros, dedicada principalmente
a la venta de productos frescos (más estilo mercadillo español), y donde la
actividad es incesante. A diferencia de otros lugares, los macedonios no os
agobiarán reclamando vuestra atención para visitar su comercio o comprar en su
tienda, lo cual se agradece para poder pasear tranquilamente por el bazar y
observar la actividad. En esta zona hay varias mezquitas, la iglesia de St. Spas,
la torre del reloj y los museos de Macedonia y de arte moderno.
|
Mezquita del Sultán Moratova, en el viejo bazar |
|
Vista del viejo bazar |
Podrás también
optar por tomarte un té tradicional en una de las muchas tabernas otomanas, o
tomar un suculento almuerzo a un precio “ridículo” (200-300 dinares). La zona
del bazar más cercana a la fortaleza ofrece una activa vida nocturna, con
numerosos restaurantes y bares de copas que permanecen abiertos desde la mañana
hasta altas horas de la madrugada.
|
Iglesia de St. Spas, en el viejo bazar |
La nueva Skopje
Abandonando el bazar y dirigiendo nuestros pasos hacia el
río no tardaremos en divisar los nuevos edificios que se alzan en la ribera del
Vardar, en las inmediaciones del puente de piedra se encuentra el edificio de
la Galería Nacional de Macedonia (cerrado en la actualidad), junto a la plaza
del levantamiento de Karposh, dominada por una gran fuente.
|
Plaza del levantamiento, con la Galería Nacional de Macedonia al fondo, a la derecha |
Aquí nos
encontraremos con una manzana ocupada por los nuevos edificios (algunos de
ellos aún en construcción, como la filarmónica o el edificio del ballet
nacional) que albergan principalmente actividades culturales. Entre los que ya
se encuentran completamente finalizados destacan el edificio ocupado por el
Museo Arqueológico de Macedonia, el Teatro Nacional, el Museo Memorial del
Holocausto o el Museo de la Represión Macedonia.
|
Museo Arqueológico de Macedonia |
La ribera resulta, a pesar de
los trabajos de reconstrucción que se llevan a cabo en la zona, una zona muy
agradable para pasear y ofrece unas de las vistas más llamativas de Skopje. Pero
lo más llamativo de la zona (y probablemente uno de los símbolos más conocidos
de Skopje) es el puente de piedra, construido en el S. VI por el emperador
bizantino Justiniano. El puente tiene 13 arcos y algo más de 210m de longitud.
Como es de suponer, ha sufrido más de una restauración a lo largo de su
historia, pero sigue manteniendo su esencia.
|
Fuente en el acceso al puente de piedra |
|
El puente de piedra, con el Museo Arqueológico iluminado |
El puente te lleva directamente a la Plaza de Macedonia, el
lugar más emblemático de Skopje, presidida por la inmensa estatua de Alejandro
el Grande a lomos de su caballo (de 14,5m de alto), sobre un pedestal de 10m.
El monumento es de nueva construcción; diseñado y producido en Florencia, ocupa
su ubicación actual desde el 8 de Septiembre de 2011, con motivo de la conmemoración
del 20 aniversario de la independencia de la República de Macedonia.
|
El puente de piedra con la Plaza de Macedonia al fondo |
De la Plaza de Macedonia parten diversas calles que te
conducirán a otros tantos lugares de interés en Skopje. Mirando en la dirección
de la estatua, encontrarás en Memorial de la casa en la que nació la madre
Teresa y la Puerta de Macedonia apenas unas decenas de metros más lejos; la
Puerta de Macedonia es un arco triunfal, dedicado nuevamente a los 20 años de
independencia del país, y cuya superficie exterior está cubierta de relieves
esculpidos en mármol, representando escenas de la historia Macedonia. El
interior alberga una tienda de recuerdos y la azotea un mirador (aunque las
vistas no ofrecen nada especial, ya que el arco no es muy alto y se encuentra “encarcelado”
entre edificios altos y poco vistosos).
Si continuas por la misma calle que te llevó a la Puerta de Macedonia,
verás el Monumento a los Héroes caídos de Macedonia (un conjunto de esculturas
doradas que coronan un pequeño arco) y justo enfrente el edificio de la
Asamblea de Macedonia.
|
Estatua de Alejandro el Grande en la Plaza de Macedonia |
|
Monumento a los Héroes caídos de Macedonia |
|
Puerta de Macedonia |
De regreso a la plaza principal, tomando la calle Macedonia
(la situada a la derecha de la estatua de Alejandro el Grande), llegarás al
final de la misma a la vieja estación de ferrocarril, que resultó dañada
durante el terremoto de 1963. En la actualidad alberga el Museo de la Ciudad;
llama la atención el gran reloj parado de su fachada, que marca la hora del
terremoto ocurrido el 26 de Julio de 1963, las 5:17am. Antes de llegar a la
vieja estación habrás dejado a tu izquierda la casa memorial de la madre Teresa
y la torre feudal, el propósito de cuya construcción no está claro. La calle
Macedonia alberga numerosos restaurantes y cafés, y es otro de los puntos donde
merece la pena hacer una parada para reponer fuerzas probando alguna de las
especialidades culinarias de la cocina Macedonia.
|
Casa memorial de la madre Teresa |
|
Vieja estación de ferrocarril con el reloj que muestra la hora exacta del terremoto |
Hacia el Oeste, desde la plaza de Macedonia, se puede llegar
al Palacio de la Presidencia (que durante mi visita estaba totalmente cubierto
por lonas de obra) y el templo ortodoxo de St. Kliment Ohridski, sin duda uno de
los edificios más llamativos de la capital (al menos por fuera, porque el
interior está marcado por la sobriedad típica de los templos ortodoxos).
|
Templo ortodoxo de St. Kliment Ohridski |
A las afueras de la ciudad se encuentra la cruz del Milenio,
una estructura de 66 metros de altura situada en lo alto del monte Vodno,
construida para celebrar los 2000 años de cristianismo en Macedonia y en el
mundo, y cuya construcción comenzó en 2002, en el mismo lugar conocido en
tiempos del Imperio Otomano como “Krstovar”, que significa “el lugar de la cruz”,
ya que había una cruz más pequeña situada en este lugar. El teleférico que te
lleva a la cruz abrió en 2011 (100 dinares). Para acceder al teleférico hay un autobús
que te lleva desde el centro de Skopje (35 dinares) o acceder en taxi (unos 40
dinares). Las vistas desde la base de la cruz son impresionantes.
|
Vista de Skopje desde la cruz del Milenio |
|
La cruz del Milenio |
|
En el teleférico de subida a la cruz del Milenio |
Por la noche, los edificios públicos y monumentos ofrecen
una bonita iluminación y la orilla oeste del Vardar, repleta de terrazas,
resulta un lugar ideal para tomar una cerveza local, mientras escuchas música en
directo y contemplas el ir y venir de la gente con la imagen del puente de
piedra iluminado de fondo.
|
Vista nocturna de la ribera del río Vardar |
|
El puente de piedra, con el Teatro Nacional y el Museo del Holocausto. Al fondo, la muralla de la fortaleza vigila la ciudad |
El cañón Matka
Durante mi visita también me acerqué al
cañón Matka, una
garganta natural excavada por el río
Matka y cuyos complejos monásticos y las
numerosas grutas constituyen su mayor reclamo turístico. El cañón se encuentra
a unos 15Km al sur oeste de Skopje y se puede llegar fácilmente en autobús (línea
60, 35 dinares,
http://www.sas.com.mk/, de
momento solo en cirílico…). Hay autobuses cada hora – hora y media, dependiendo
de los días y la época del año. Lo mejor es que preguntes por los horarios en
el hotel (o practiques tu macedonio en la página anterior). El viaje en autobús
es una experiencia en sí misma, ya que podrás comprobar los contrastes a los
que hacía referencia al inicio de éste blog; a los pocos minutos de salir de
Skopje las carreteras “desaparecen” y la auténtica Macedonia se abre ante tus
ojos. Una vez en el cañón, destino muy frecuentado por los autóctonos del lugar
ya que ofrece numerosas actividades (hiking, kayak, espeleología…), tendrás que
caminar una media hora desde el lugar donde te deja el autobús para llegar a la
presa y al resto de instalaciones turísticas (restaurantes, alquiler de kayaks,
barcas…).
|
Vista general del cañón Matka, desde el camino que lo rodea |
También es el lugar de inicio de una ruta a pie que te llevará
bordeando el cañón; la ruta dura unas 4 horas (ida y vuelta), pero la verdad es
que después de la primera hora te puedes dar la vuelta tranquilamente, porque
el resto de la ruta no ofrece nada nuevo (a no ser que te guste andar, ¡claro!). La primera parte sí es bonita porque
discurre por la roca al borde del cañón y ofrece unas vistas fascinantes. A
medida que el camino avanza, se va metiendo hacia el monte y el cañón se hace
menos profundo, por lo que resulta menos vistoso. Al final de la ruta hay una
cueva, que no es la famosa Vrelo (algo que nadie te dice hasta que llegas allí
y lo compruebas por ti mismo…) y no ofrece nada especial.
En esta zona, además de numerosas plantas y especies
animales endémicas de la zona (entre ellas más de 77 especies de mariposas, no
muy llamativas, pero si muy numerosas y que saldrán a “recibirte” en cuanto
bajes el autobús), hay numerosas grutas. La más conocida de todas es la cueva
Vrelo, a la cual solo se puede acceder por barca (400 dinares) o en cayak si
estás dispuesto a remar durante unas cuantas horas…La seña de identidad de esta
cueva es la gran estalactita situada en el centro de la misma, conocida como “cono
de pino” por razones obvias. Además, la cueva tiene dos lagos, de 8 y 35m de
largo con 15 y 18m de profundidad respectivamente. La profundidad de la cueva
no se conoce con exactitud, ya que numerosas expediciones se han adentrado pero
no han llegado al fondo. El patrón del barco me explicó que un grupo de
submarinistas tiene previsto realizar una nueva inmersión durante el verano,
para tratar de determinar la profundidad de la cueva, que en cualquier caso
puede ser una de las más profundas del planeta.
|
Lago "grande" dentro de la cueva Vrelo |
|
La estalactita más famosa de Macedonia, en la cueva Vrelo |
De regreso, nada como tomar un almuerzo en uno de los
restaurantes de la zona, más caros que en otras partes de Skopje (unos 700-1000
dinares), pero es que ¡el lugar se paga!
Y poco más que contar de mi corta visita a Skopje. Me quedé
con las ganas de visitar Ohrid, pero ya sabéis… ¡siempre hay que dejar algo pendiente
para tener una buena excusa para volver en el futuro!