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viernes, 10 de mayo de 2019

Hong Kong, una región encerrada entre el mar y la montaña


       Hong Kong ha sido el destino elegido de mi último viaje de largo recorrido a Asia. La ciudad, que tiene un estatus especial dentro de la organización territorial del gigante asiático, es una de las áreas más densamente pobladas del planeta y también la ciudad más cara (junto a Singapur y París) del mundo, según recientes publicaciones. Dividí mi visita a la ciudad, de algo más de tres días, en función de las zonas que quería visitar, dedicando un día completo a la parte continental de la ciudad, otro día para la cercana isla de Lantau y un tercero para descubrir las isla de Hong Kong

     La parte continental de la ciudad ofrece muchos templos de lo más interesantes que esperan a ser descubiertos, como el de los 10.000 Budas, jardines idílicos y asombrosas construcciones de madera que no emplean ni un solo clavo en los ensamblajes de piezas, todo ello al norte de la ciudad. El sur presenta una actividad frenética en torno a la calle Nathan Rd., cuenta con su propio paseo de las estrellas y ofrece unas vistas inigualables de la isla de Hong Kong.  





       La isla de Hong Kong representa la modernidad, el progreso y el crecimiento de una ciudad que, atrapada entre el mar y la montaña, solo puede crecer hacia arriba, un crecimiento que ha dotado a la ciudad de una fisionomía única y sorprendente. En medio de tanto acero y cristal también hay lugar para los parques y la tradición, encarnada en el templo de Man Mo que sobrevive en medio de las colmenas humanas que parecen amenazar su existencia. Una visita al Pico Victoria es la mejor manera para comprender la agonía de una ciudad que quiere crecer y no puede, un pico cuyo mirador ofrece posiblemente las mejores imágenes que se pueden obtener de la ciudad.





  
     El contraste perfecto a Kowloon y la isla de Hong Kong lo encontramos en la cercana isla de Lantau. Entre sus atractivos, el Buda Gigante, la mayor representación de un Buda sedente hecha en bronce del mundo, una estatua que se alza en lo alto de una colina sobre el monasterio de Po Lin. La cercana población pesquera de Tai O representa la tradición en una región desarbolada por el crecimiento desmesurado, posiblemente uno de los últimos núcleos de población tradicional que pueden encontrarse en la isla. 





      Si quieres conocer todo lo que dio de sí mi viaje a Hong Kong, te invito a que me acompañes en el recorrido; como de costumbre, puedes acceder a la crónica completa del viaje a través del menú de páginas situado a la derecha (para PC´s) o a través del siguiente enlace (para todos los dispositivos). Espero que te guste el recorrido...¡buen viaje!




  

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