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domingo, 26 de febrero de 2017

Baku - Azerbaijan, tierra de fuego


      Azerbaijan, land of fire; aunque no, no hay volcanes en el país. El nombre se debe a las llamas que emanan de su subsuelo debido al gas existente a escasa profundidad y que se filtra hasta la superficie. Azerbaijan, un país desconocido hasta hace poco para muchos (entre los que me incluyo), y que ha saltado a la escena pública en los últimos años por distintos motivos (Formula 1, festival de Eurovisión, I Olimpiada Europea, Europeo de fútbol de selecciones en 2020, patrocinio de equipos de fútbol...¡todo lo que el dinero del petróleo y el gas puede comprar,...) Una más que meritoria campaña publicitaria para promocionar el país como destino turístico y de negocios. El tiempo está haciendo el resto. 



      La capital económica y comercial del mar Caspio fue el destino del enésimo viaje del año 2017 a finales de Febrero, el punto y seguido a una concatenación de viajes que me tuvieron de aeropuerto en aeropuerto durante las primeras 7 semanas del año. Baku, capital histórica y ultra moderna del país, fue el destino de un viaje de trabajo de casi una semana de duración en el que desgraciadamente hubo poco tiempo para el turismo, una toma de contacto con este país cuyo marcado pasado Persa convive con su reviente historia soviética, un país y una sociedad a medio camino entre Rusia y Turquía, que ha experimentado en despegue económico durante las últimas décadas sin precedentes, de forma similar a como ha sucedido en otros países "bendecidos" con la abundancia de recursos naturales como el gas y el petróleo, con la diferencia respecto a estos últimos de poder presumir de un legado histórico y cultural único en esta región del planeta.



      Situado a orillas del mar Caspio, haciendo frontera con Irán, Rusia y Armenia (con quien mantiene una cruenta guerra desde hace años por el control de unos territorios que ambos países reclaman, guerra de la que los medios de comunicación no se hacen eco - algo similar al ya "olvidado" enfrentamiento armado entre Ucrania y Rusia, que sigue activo a día de hoy pero que ya ha perdido el interés mediático), Azerbaijan hace gala de una icónica estabilidad política y económica en esta región del planeta (al menos ésta es la teoría y lo que se esfuerzan en mostrar en esta etapa de apertura) Baku, la capital, se enorgullece de su rico pasado histórico, debido en gran medida a su privilegiada posición geográfica, una ubicación de referencia en la ruta de la seda; a los atractivos históricos se unen los originados por la bonanza económica del comercio del petróleo y el gas, que han permitido situar a Azerbaijan y a su capital Baku en el mapa del mundo. Y es que Baku viene pisando con fuerza, y tiene todos los ingredientes para convertirse en la nueva Dubai o Abu Dhabi, con la ventaja de contar con una climatología mucho mas benévola que la de aquellas ciudades del golfo pérsico.



Un poco de historia

        No se sabe a ciencia cierta el origen del nombre de Baku (Baki en Azeri): la teoría más aceptada es que proviene de Bãdkube, que significa "ciudad golpeada por el viento", y es que no en vano el viento está presente la mayor parte de los días del año (en torno a 300), aunque también hay estudios que afirman que el nombre proviene de Baghkuh, palabra que deriva del antiguo persa y que significa "Monte de Dios". Ambas palabras provienen del persa, ya que Baku fue parte del imperio persa durante la mayor parte de su historia, historia de la que se tiene constancia desde el S.VII. Centro comercial de referencia en la ruta de la seda, Baku fue ocupada en varias ocasiones por las fuerzas zaristas Rusas en el S.XVIII, y abandonó definitivamente su pasado persa para anexionarse a Rusia en el año 1813, fecha en la que comenzó la explotación a gran escala de sus recursos petrolíferos, un reclamo muy atractivo para las principales fortunas mundiales, que pronto se establecieron en la zona y llevaron a hacer de Baku uno de los principales centros de producción mundial de petróleo, produciendo casi la mitad del crudo que se extraía a nivel mundial a principios del SXX. Con la disolución de la Unión Soviética en 1991, Baku se convirtió en la capital de la República Independiente de Azerbaijan. Desde entonces ha emprendido una frenética carrera por deshacerse de su pasado soviético (numerosos edificios de la época fueron destruidos durante los primeros años de existencia de la joven nación), aunque su reciente pasado soviético está presente en cada rincón de la ciudad y, sobre todo, en la mentalidad de sus gentes, la ciudad se ha transformado (y sigue haciéndolo a una velocidad de vértigo, a juzgar por las numerosas obras que se están llevando a cabo), y ofrece una cara mucho mas occidental, con numerosas muestras arquitectónicas de primer orden y un cinturón verde en torno a la costa del mar Caspio, sin dar la espalda a su pasado, una rica herencia cultural que se conserva en su casco histórico, una ciudad fortificada declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, el primer lugar de Azerbaijan en entrar a formar parte de tan prestigiosa lista. Baku, que puede presumir de contar en la actualidad con una población de algo más de dos millones de habitantes y una animadísima vida nocturna, muestra la cara mas amable de un país en vías de desarrollo; y es que basta con alejarse unos kilómetros del centro de la cuidad para observar otra realidad: la de las carreteras sin asfaltar, los campos sembrados de pozos petrolíferos, las zonas adonde, irónicamente, el mismo dinero que origina su actividad parece no regresar.

Los alrededores de Baku



El viaje y la estancia

     El vuelo desde Frankfurt a bordo de un A320 de Lufthansa, de 4,5h de duración, transcurrió con tranquilidad; una buena oferta gastronómica, pero eché de menos algún sistema de entretenimiento a bordo (los aviones de medio recorrido de Lufthansa suelen ir equipados con un sistema personal al que se accede a través de una red wifi a bordo, y si bien la oferta suele ser limitada, al menos ayuda a pasar de una forma más entretenida parte del vuelo), ya que la unidad en la que volé carecía de sistema de entretenimiento a bordo alguno, algo con lo que no contaba. 






     Las tres horas de diferencia horaria entre Frankfurt y Baku hicieron que llegáramos a nuestro destino bien entrada la noche. Para entrar en Azerbaijan con pasaporte Español se necesita visado, así que una vez completado el tramite administrativo (35€) abandonamos el novísimo aeropuerto de la capital para dirigirnos a nuestro alojamiento durante la estancia, el hotel Sheraton Baku Airport (175€/noche), situado al lado del aeropuerto (a escasos 200m), un alojamiento elegido atendiendo a criterios únicamente profesionales, ya que la zona aeroportuaria sería nuestro lugar de trabajo (yo hubiera preferido alojarme en el centro de Baku, pero en esta ocasión no viajaba solo y estaba "fuera" de mis dominios profesionales, así que no tuve más remedio que aceptar el destierro, en contra de mis preferencias habituales de viaje - siempre prefiero alojarme en el centro de las ciudades, que ¡ya paso bastante tiempo en los aeropuertos!) El hotel ofrece todo lo que se puede esperar de un hotel de estas características (buen restaurante y a precios contenidos, gimnasio, piscina - que no tuve siquiera tiempo de usar -, buena conexión a internet), pero la estancia se hizo demasiado larga, principalmente por la localización del establecimiento, en medio de la nada y a una media hora en coche del centro de Baku; si regreso a la zona, sin duda elegiré otro alojamiento, uno en la ciudad. La moneda local es el nuevo manat azerbayiano (MAH), y en el momento del viaje el cambio se situaba en torno a 1€~2MAH (hace tan solo un año el cambio era 1 a 1, lo que demuestra la decidida apuesta del gobierno Azeri de promocionar el turismo y la llegada de inversores extranjeros)




Baku clásico 

    La (breve) visita a la ciudad me ha sorprendido muy favorablemente y me ha dejado un  sabor agridulce por no haber podido disfrutar y explorar la localidad tanto como me hubiera gustado. Fue una semana profesional muy activa, con muy poco tiempo libre y demasiados compromisos laborales, y la lejanía del alojamiento al centro de la ciudad hizo que tan solo pudiera recorrer sus calles un par de tardes, suficientes no obstante para hacerme una idea de lo que la ciudad ofrece, dejando la puerta abierta a una futura visita más pausada a la región. 





      La ciudad ha crecido en torno a la antigua ciudad amurallada de Baku, Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000. Esta zona es la más agradable para el viajero, con sus coquetas callejuelas empedradas, repleta de lugares históricos reconvertidos en atracciones turísticas (con mayor o menor acierto); las murallas y torres que bordean el recinto invitan a pensar en los tiempos antiguos y abundan los vestigios de la época persa, como los serrallos de caravanas - antiguas fondas utilizadas por los mercaderes que frecuentaban la ruta de la seda y reconvertidas en restaurantes (probamos uno de ellos: un ambiente muy especial, una decoración soberbia, buen servicio y un desfile de platos para compartir que parecía no tener fin, todo ello regado con vodka - herencia rusa - y el té que acompaña cada reunión social, al más puro estilo otomano), los antiguos baños persas o las numerosas mezquitas que sobrevivieron a la época soviética.






     El edificio más famoso de la ciudad amurallada es la popularmente conocida como Torre de la Doncella (Giz Galasi, SXI), torre de origen persa que inicialmente se encontraba a orillas del mar Caspio (hoy el mar, en su retroceso, se ha alejado de la torre y observa la fortaleza a un par de cientos de metro de distancia, añorando tiempos pasados) La fortaleza nunca ha sido tomada en todos sus años de historia, se cree que se utilizaba inicialmente como torre de vigilancia (y faro), y debe su nombre al elevado numero de mujeres que se han arrojado desde lo alto después de algún desengaño amoroso....unas barreras acristaladas se han instalado en el mirador de la torre en el año 2010 para evitar que se siguiera alimentando tan macabra estadística. La forma de la torre recuerda al número 9 cuando se mira desde el Este, mientras que el sol en su ocaso por el Oeste ve un 6...la cifra 96 tiene un marcado carácter religioso, por lo que también se la conoce como Torre del Ojo






      El Palacio de los Shirvanshah es el edifico más notable de la ciudad antigua, data del SXV y el complejo contiene diversas estancias, entre ellas el Palacio Divanhanen, las criptas de enterramiento, la mezquita del shah con su minarete, la puerta de acceso al recinto y los restos de unos antiguos baños. El Palacio alberga un museo - 10 MAH, que carece de interés desde mi punto de vista -, y desde sus jardines se tienen unas vistas espectaculares de otro de los emblemas de la ciudad, las Flame Towers y la torre de la televisión, una estructura de 310m de altura, la más alta de la ciudad, la cara más moderna de la ciudad. 







      A escasa distancia de la ciudad amurallada se encuentra el Museo de Literatura Azerbaiana, un edificio que data de 1939 y que sirve de punto de entrada a la plaza de las fuentes, uno de los puntos neurálgicos de la ciudad, con una actividad vibrante día y noche, y que debe su nombre a las docenas de fuentes que se crearon en la plaza durante la época de ocupación soviética. Se accede por las calles Nizami e Istiglalyyat entre otras, y además de los señoriales edificios que rodean la plaza y las calles aledañas, se pueden encontrar decenas de restaurantes, bares, hoteles, centros comerciales y tiendas de souvenirs (¡más caras que las situadas en la ciudad antigua!), sin duda uno de los mejores lugares donde tomar el pulso a la vibrante actividad comercial de Baku. Para finalizar el recorrido por los lugares más representativos de la zona antigua de la ciudad, dirigimos nuestros pasos hacia el Teatro de la Opera y ballet académico nacional de Azerbaijan, un edificio de construcción privada que data de 1911 y que ha sufrido numerosos atentados en las ultimas décadas, causando la destrucción total o parcial del mismo, el último en torno al año 2010, por grupos armenios, lo que originó la reconstrucción que se puede ver en la actualidad. 




 



Baku moderno

       Baku ofrece otra cara completamente distinta a la de la ciudad de origen Persa sobre la que se fundaron sus cimientos, la de una ciudad moderna, en construcción permanente, con edificios notables y de bellísima factura. La zona de la marina se ha convertido en el mejor escaparate para las construcciones de la nueva Baku, una zona en continua evolución y crecimiento. 





     Posiblemente el edificio más representativo de esta nueva ciudad sea el conjunto formado por las Flame Towers, los tres edificios más altos de la ciudad, orientados al Sur, Este y Oeste, con 190m, 160m y 140m de altura, visibles prácticamente desde cualquier punto de la ciudad, y cuya construcción finalizó en el año 2012. Al atardecer sus fachadas se convierten en enormes pantallas de proyección (se emplean más de 10000 leds de alta potencia), que representan imágenes de llamas en movimiento o los colores de la bandera nacional, un espectáculo visual que hace que sea considerado el edificio con mejor iluminación a nivel mundial. Las torres albergan un hotel, oficinas y apartamentos, se ubican frente al parlamento nacional en lo alto de la ciudad, y desde el cercano mirador se tienen posiblemente las mejores vistas de la ciudad de Baku y su linea costera, un auténtico placer para los sentidos. Desde el mirador se pueden observar, entre otros, la ciudad amurallada, el Baku Crystal Hall, junto a la impresionante bandera nacional que se alza en Bayrak Meydani, recinto que sirvió para acoger el festival de Eurovisión de la canción en el año 2012, el Baku Eye, una noria de 60m de altura inaugurada en el año 2014 y cuyo recorrido se completa en 15 minutos (un tanto alejada del centro de la ciudad, por lo que las vistas puede que no sean las mejores...), el centro comercial Caspian Waterfront, en construcción, en forma de flor de loto, el paseo marítimo...una visita que sin duda merece la pena. Se puede acceder a lo alto de la colina mediante un funicular o a través de las empinadas calles que parten de la ciudad antigua. 













       Al margen de los numerosos edificios de la época soviética o de nueva construcción que la ciudad muestra (como la Torre Trump, que perdió su nombre justo el día después de que su dueño fuera elegido presidente de los Estados Unidos), el Palacio Presidencial o los llamativos rascacielos, el otro edificio que marca la arquitectura local es el impresionante Heydar Aliyev Center, un magnifico y precioso complejo inaugurado en el año 2012 y que toma el nombre del que fuera presidente de Azerbaijan entre los años 1993 - 2003. El edifico destaca por la fluidez de sus lineas, la ausencia de esquinas y las curvas imposibles que definen el perímetro de uno de los edificios modernos mas impresionantes de cuantos he tenido la fortuna de visitar, cuya altura máxima se sitúa en los 74m. El complejo alberga un centro cultural con exposiciones y biblioteca, y ofrece unas bonitas vistas de la ciudad desde su privilegiada posición en lo alto de una colina en la entrada a la ciudad desde el aeropuerto. 









      No hubo tiempo para más...la apretada agenda laboral y social de la semana hicieron estéril cualquier intento por descubrir la ciudad más en profundidad. Una primera toma de contacto más que satisfactoria, un destino a tener en cuenta para el futuro, sin duda alguna. 

       Habiendo pasado seis noches en Azerbaijan, a las 0450h del sábado partió puntual el vuelo de LH con destino al viejo continente (¡vaya horas de poner un vuelo!), y tras algo más de cinco horas de vuelo a bordo de un A320 (se echa de menos una cabina más amplia para vuelos de esta duración) y habiendo disfrutado de un nuevo amanecer a bordo (y de una nueva noche sin pegar ojo...), aterrizamos puntuales en Frankfurt, escala intermedia antes de regresar finalmente a Colonia en tren, lo que supuso como de costumbre el punto final a una nueva experiencia viajera (breve en esta ocasión, pero no por ello menos interesante) Por delante un par de semanas de "descanso" en Colonia antes de iniciar el sprint previo a las ya anheladas vacaciones de Semana Santa, con un nuevo maratón de viajes de trabajo a la espera del ansiado viaje a ¡Egipto! (¡de vacaciones!)