Un dúo sueco. 30 años de trayectoria musical. Madrid. Los 34 grados que registra la capital en estos días podrían hacer pensar que nos encontramos en julio o agosto...pero es Mayo, 13 de Mayo. Finalizada la actividad profesional que me trajo de vuelta a la "piel de toro", la fecha se presentaba como la ocasión ideal para volver a disfrutar (quizás por última vez) de uno de los grupos musicales con más títulos en mi particular y personal lista de éxitos. Roxette también visitará Colonia a finales de Junio, aunque por motivos profesionales yo no estaré en la ciudad del Rhin para la fecha, así que decidí asistir a la cita de Madrid, con la esperanza de poder disfrutar del concierto acompañado, pero al final los gustos musicales, el precio o el partido de semifinales de Champions (de amargo recuerdo para los madridistas) hicieron que tuviera que asistir a la cita sólo. El concierto se desarrolló en el Palacio de Vistalegre, un espacio cerrado que registraba una elevada temperatura...¡nada que un refresco o una caña no puedan aliviar!
Uno de los momentos más especiales de la noche no fue el concierto en sí, si no el encontrarme momentos antes del comienzo del espectáculo con un buen amigo y antiguo compañero de los tiempos en que trabajaba en Barajas. Nos habíamos visto durante las pasadas Navidades, pero la sorpresa por el encuentro en esas condiciones hizo que reaccionáramos como si no nos hubiéramos visto en años, ¡la magia de un concierto en vivo! ¡Un abrazo, Edu!
Con un lleno hasta la bandera, un público entregado y fiel y con media hora de retraso sobre el horario previsto, las luces del palacio se apagaron al tiempo que los primeros acordes de "Sleeping in my car" comenzaron a sonar ante el júbilo de los asistentes. La estética del escenario, un tanto austera desde mi punto de vista, y la puesta en escena, condicionada por el estado de salud de Marie, elegantemente vestida pero que permaneció sentada en un taburete alto sin apenas moverse durante la hora y media del concierto, marcaron el desarrollo del evento en el que el dúo hizo un recorrido por sus treinta años de carrera y donde no faltaron sus éxitos más conocidos (de hecho me atrevería a decir que todos los temas que sonaron aquella noche fueron éxitos en su día, algo de lo que muy pocos artistas pueden presumir), desde el "Dressed for success", hasta "Joyride", pasando por "It must have been love", "How do you do?" o "Crash, Boom, Bang", alternando momentos de baile con otros más emocionales, todo siempre dentro del ambiente festivo y de entrega total de los miles de incondicionales que abarrotamos el recinto. El obligado bis, un tanto escaso, ya que sólo sonaron dos temas adicionales - el siempre hermosísimo y especial "Listen to your heart" y "The look", el cierre perfecto del concierto - dio paso a la cerrada ovación de los asistentes a los artistas sobre el escenario, con un gesto especial hacia Marie, que con ayuda de Per se puso en pie y abandonó el escenario con paso lento y dubitativo apoyada en su amigo entre los aplausos del público.
En definitiva un concierto que, sin tener la vitalidad y dinamismo de otras citas (recuerdo por ejemplo la gira del "Joyride" o "Crash, Boom, Bang"), no defraudó (al menos yo salí encantado del concierto), y es que el directo del dúo sueco sigue siendo muy bueno. Una gira "XXX aniversario" que suena más a gira de despedida que a celebración de una exitosa trayectoria de un grupo que nació a la sombra (al menos geográfica) de Abba y que por méritos propios se han convertido en un referente de la música pop de finales del siglo pasado. Desde luego, they have the look!
No hay comentarios:
Publicar un comentario