Lanxess Arena (Köln). El equipo de ice hockey local, los tiburones de Colonia, se enfrentan a los osos de Wolfsburgo. Mi primer partido de hockey sobre hielo (del cual he de reconocer que no sabía ni las reglas del juego...¡un partido jugado a tres tiempos, de veinte minutos cada uno, con descansos de 18 minutos! raro, raro..) Acudí en compañía de un buen amigo, para ver cómo era eso del hockey hielo, el estadio, el ambiente...para pasar un rato agradable en definitiva. El estadio me gustó mucho. Es un estadio tipo multiusos, en el cual lo mismo te organizan un concierto, que te ponen pantallas gigantes para ver los partidos del mundial o se juegan los partidos de la liga alemana de hockey hielo.
No sé si el partido era importante o no, pero el Lanxess estaba completo (algo que también se explica echando un vistazo a los más que razonables precios de las entradas, ¡parecidos a los de la liga española de fútbol!) Mas allá del resultado (los locales perdieron 0-3) y del juego desplegado (muy rápido, sin apenas interrupciones, muy dinámico en cuento a la rotación de jugadores y menos violento de lo que se suele ver en la televisión), me llamó la atención la ´frialdad´ del público alemán. Por momentos no sabíamos si estábamos en un partido o en el cine...los españoles dando guerra con los palitos para animar y los alemanes...¡no sé muy bien qué hacían los alemanes!
La experiencia mereció la pena y lo pasé bien, pero he de reconocer que no creo que me saque el abono de los Kölner Haie para la próxima temporada. Y menos después de comprobar que en el último tiempo del partido no pasa el hombre del caldero vendiendo cerveza, ¡esto no pasaría en España!
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