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miércoles, 25 de septiembre de 2019

Phnom Penh, en la confluencia de los rios Mekong y Sapa.

    

      Sin apenas tiempo para reponerme de mi reciente viaje a China, Septiembre comenzó con un nuevo viaje a Asia; mi trabajo me llevó a Kuala Lumpur, y puestos a tener que pasar allí un par de semanas, decidí escaparme el fin de semana (uno largo en Malaysia, debido a fiestas locales) a Phnom Penh, la capital de Camboya, un destino muy cómodo y accesible desde Kuala Lumpur. Para ser honestos Phnom Penh nunca estuvo en los primeros puestos de mi lista de visitas pendientes, pero las opciones para pasar 3 días en el sudeste asiático sin necesidad de tener que embarcarme en largos y costosos vuelos se van reduciendo. Phnom Penh puede tener alguna posibilidad de éxito para viajeros que no hayan visitado la zona, pero si ya has viajado a algún otro país de Indochina, o a Siem Reap en el mismo país, las posibilidades de Phnom Penh de ofrecer algo distinto, único y sorprenderte se reducen (desaparecen prácticamente). La punta de lanza de la oferta cultural de la ciudad es el Palacio Real, un conjunto de edificios que recuerda al Gran Palacio de Bangkok, pero salvando las distancias. Una visita en cualquier caso obligada en todo viaje a la capital camboyana, no exenta de belleza, aunque sí carente de una personalidad que sí tienen otros destinos de la región. No faltan templos (siempre espectaculares y llamativos en ésta región del planeta – sobre todo a los ojos de un occidental, o al menos eso creo yo), edificios emblemáticos (como el Museo Nacional) o lugares de ocio, concentrados en torno al paseo que discurre paralelo a la orilla del rio Sapa, pero lo cierto es que a mí Phnom Penh me duró 24 horas y me dejó bastante indiferente. Vaya por delante que en mi plan de viaje obvié incluir, por convicciones personales, cualquier visita relacionada con el genocidio llevado a cabo por el régimen maoísta de los Jemeres Rojos, que en tan solo 4 años de gobierno acabaron con cerca del 25% de la población del país entre 1975 y 1979.






      Al norte de la ciudad visité Oudong, un centro de referencia budista a nivel nacional, una excursión que me ocupo todo un día – que me tomé con mucha calma, haciendo muchas paradas intermedias, descubriendo el paisaje rural, numerosos templos y todo lo que despertaba mi curiosidad. Oudong en sí no ofrece mucho, pero los alrededores y el recorrido hasta llegar allí ofrecen un buen número de visitas que hacen buena la excursión.



       Y como a mí lo que me gusta de verdad son los templos con historia (y en Siem Reap disfruté de lo lindo), mi tercer día en la zona lo empleé en descubrir algunos de estos lugares con historia, en los alrededores de Tonle Bati y el monte Chisor, al sur de la ciudad, excursión que sin duda ofreció los mejores momentos e imágenes del viaje.




      Además de imágenes tan impactantes como las anteriores, la excursión deparó alguna que otra aventura (como ya os podréis imaginar), aventuras que solo podrás descubrir y hacer tuyas si lees la crónica completa del viaje, a la que puedes acceder a través del menú de páginas de la derecha (si accedes a través de Pc), pinchando AQUI, o a través del siguiente enlace: