Como ya viene siendo habitual desde hace unos años, Abril (junto con Septiembre/Octubre) es el mes en el que empleo unos días en visitar el Sureste asiático. En ésta ocasión el trabajo me llevó de nuevo a pasar 8 días en la preciosa ciudad - Estado de Singapur, divididos en dos etapas, ocasión que aproveché como de costumbre para re-descubrir la ciudad. En esta ocasión no te voy a "aburrir" con mi experiencia de viaje, ya que apenas hubo tiempo para descubrir nuevos rincones, y espero puedas encontrar todos los datos que pudieras necesitar para organizar tu viaje a Singapur en las entradas publicadas anteriormente (Singapur, la isla bonita y Singapur, isla Sentosa y Palau Ubin), pero sí quiero compartir contigo algunas imágenes de mi última visita a la ciudad y algún que otro dato sobre el viaje.
En ésta ocasión viajé a Singapur con British Airways, desde Düsseldorf vía Londres. No voy a ocultar mi decepción con la compañía de bandera británica: el viaje de ida lo realicé a bordo de un A380, pero la configuración de cabina nada tiene que ver con la que ofrecen otras compañías que operan la misma aeronave. Hacía al menos 10 años que no volaba con British por motivos profesionales, y confiaba en que hubieran cambiado algo (a mejor), pero el viaje solo supuso la confirmación de lo que recordaba. La cabina business de British es posiblemente la peor en la que puedas volar (por descontado la peor en la que yo he volado hasta la fecha), con una configuración 2+4+2 (en la misma cabina en la que otras compañías ofrecen 1+2+1), lo que se traduce en muy poco espacio, asientos estrechos y una sensación de incomodidad permanente al tener los asientos enfrentados (uno en dirección de la marcha y otro en sentido contrario), con lo que en todo momento tienes la sensación que el pasajero que viaja a tu lado te está mirando. Al margen de éste ya de por sí importante detalle (considerando el precio que se paga por un billete de estas características), la oferta gastronómica es muy limitada, el servicio de entretenimiento a bordo bastante pobre (por no hablar del reducido tamaño y paupérrima calidad de imagen que ofrecen las pantallas retráctiles con que van equipados los asientos) y la atención a bordo deja mucho que desear. Mi veredicto es un suspenso en toda regla para British. Entre los puntos positivos me quedo con la tranquilidad a lo largo del vuelo y la duración del mismo: personalmente prefiero un vuelo largo como éste a dos cortos de unas 6-7 horas con escala en oriente medio. El vuelo de Londres a Singapur dura unas 13 horas, así que tienes tiempo de sobra para ver películas, comer, trabajar, descansar...¡la elección es tuya!
Una vez en Singapur elegí el hotel Mercure Singapore Bugis (175€/noche) con el que quedé muy contento durante mi última estancia el año pasado. Este año el precio fue mucho más elevado (ignoro la razón). Volví a quedar muy contento con la experiencia: el hotel ofrece habitaciones muy cómodas, con todos los servicios que puedas imaginar y en una ubicación de primera, muy cerca de sitios de interés, con varias conexiones de metro cercanas y múltiples ofertas gastronómicas y de ocio en los alrededores. En definitiva, una opción a tener en cuenta para alojarse en la ciudad (aunque si siguen subiendo los precios de esta forma, el año que viene tendré que buscar un alojamiento alternativo...).
Cuando se viaja por motivos laborales, suele quedar poco tiempo para el ocio (tan solo por la tarde, al regresar del lugar de trabajo y antes de continuar en el hotel), así que lo único que planeé realizar durante mi estancia fue subir a la terraza del bar de la torre 1 del Marina Bay Sands, algo que ya quedó pendiente de mi anterior viaje debido a las inclemencias meteorológicas. Así que la primera tarde que tuve la oportunidad, me lancé con todo mi entusiasmo y optimismo a coronar el Marina Bay Sands con el objetivo de disfrutar de un atardecer único mientras disfrutaba de una cerveza Tiger local bien fresquita. Peeero, hay cosas que no se pueden controlar: al tratar de acceder a la cafetería, ubicada en la planta 57 de la torre 1, la señorita de la puerta me comenta que el acceso a la terraza exterior está cerrado, debido a un evento privado. Después de interesarme por otras fechas y constatar que al menos en los próximos dos días había eventos privados al atardecer, abandoné el lugar contrariado. Pensé en dirigirme a los jardines de la Bahía Este para disfrutar del atardecer, pero finalmente decidí subir de nuevo al mirador público de la torre 3, ya que estaba allí y no veía posibilidad de que se volviera a dar la situación de tener tiempo y un atardecer sin nubes...Ya había subido al mirador durante mi primera estancia en la ciudad, y recordaba que no quedé muy contento con las vistas por las barreras de protección que tienen los miradores (que permiten sacar fotos del paisaje, pero si además quieres salir tú, pues se ven las protecciones y no queda muy bonito...), pero seguí adelante con el programa y tras pagar los 23 S$ de la entrada, me encontré de nuevo en el mirador del Bahía Sands. La experiencia no defraudó. Singapur me regaló aquella tarde un atardecer espectacular, brindándome las mejores imágenes que se puedan imaginar en tan incomparable escenario. Una experiencia formidable potenciada por la fuerza del atardecer ecuatorial.
También tuve ocasión de disfrutar de otro de mis lugares favoritos de la ciudad, que no es otro que los jardines de la Bahía Este, una zona a la que se accede por el Benjamin Sheares Flyover y que conecta con los jardines de la bahía, un paseo ideal para iniciar en torno a las 18:00h, ya que para la hora del atardecer estarás en el lugar más apropiado para disfrutar del mismo. Y después del paseo, nada mejor que reponer fuerzas en el mercado de comida de Satay by the bay.
Y como en toda visita a Singapur que se precie, no puede faltar la zona de la bahía, asentada sobre terreno reclamado al mar y que constituye el epicentro de la actividad de la localidad en la actualidad. Las vistas que se obtienen desde esta zona pasan por ser de las mejores de la ciudad. Lamentablemente, si viajas en Mayo/Junio de 2019 te encontrarás con la "desagradable" sorpresa de que el Merlion, la mítica y carismática criatura mitad pez, mitad león, símbolo de la ciudad, está oculta tras unos aparatosos andamios ya que está siendo restaurada. Siempre te puedes conformar con disfrutar de su "hermano pequeño", situado a escasos metros detrás del grande, o simplemente disfrutar de las formidables vistas de la bahía, recorriéndola en sentido circular y dejándote llevar por la vitalidad que rezuma este rincón de la ciudad.
Y no podemos olvidarnos de Chinatown, el colorido y animado distrito que por fin luce sus mejores galas, una vez concluidos los trabajos que se estaban llevando a cabo en su calle principal. Las obras han dado paso a edificios coloridos acompañados por la vibrante actividad y bullicio que caracteriza a este tipo de barrios. El mercado de comida de Chinatown complex estará cerrado hasta el próximo mes de Junio 2019, por lo que si quieres disfrutar del pato con arroz en el restaurante galardonado con una estrella michelín más barato del mundo tendrás que dirigirte a su sucursal de la calle Smith; no tiene el mismo encanto que el local original, pero podrás disfrutar de un sabroso pato estilo Pekin con su acompañamiento por menos de 5€. Consejo: si quieres comer este plato, te recomiendo que acudas a este local de la calle Smith (Hawker Chan), aunque tengas que hacer cola y el sitio no sea el más bonito, pero ganarás en calidad de comida si lo comparas con el pato que puedas comer en cualquiera de los locales del Chinatown Food Street: sin duda, el peor pato laqueado que he comido en mi vida (frío, con huesos, mal preparado, ración escasa, caro...). Yo andaba justo de tiempo y no me podía permitir esperar en la cola...y lo pagué.
Si tienes algo más de tiempo, te puedes adentrar en el distrito financiero, entre las calles Anson Rd. y Shenton Way, un mar de rascacielos de todas las formas y colores, intercalados entre templos centenarios y construcciones más tradicionales, que desemboca en el mercado de Telok Ayer, una visita más que recomendada en la ciudad. Los rascacielos combinan el acero y el cristal con la vegetación que crece bien en sus jardines verticales o tratando de adueñarse del edificio, como sucede con el hotel Oasia.
Y si aún te parece que Singapur no es una ciudad de contrastes increíbles, puedes darte una vuelta por los distritos de Little India y el Barrio Árabe, o simplemente recorrer el barrio colonial central que se ubica entre los populares Clarke Quay y Boat Quay, con los edificios del Parlamento (nuevo y antiguo), la catedral de S. Andrés, el teatro Victoria, el puente Anderson, Padang, la iglesia Chijmes...dificil enumerar todos los puntos de interés que ofrece el centro de la ciudad. Como siempre, la mejor recomendación que puedo darte es: calzado cómodo, una botella de agua y a descubrir a pie de calle los muchos rincones que esta fabulosa ciudad ofrece. ¡Disfruta del recorrido! (virtual a través de mis fotos o real si tienes la fortuna de verlo en vivo). !Nos vemos pronto!