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domingo, 27 de septiembre de 2015

Islandia: hielo y fuego, una isla de contrastes


      La tierra de hielo, un territorio cinco veces menor que España y habitado por cerca de 350000 habitantes (¡130 veces menor que la población Española!), uno de los destinos mas espectaculares, auténticos y llamativos del viejo continente, capaz de aunar como pocos agua, hielo y fuego, siempre en un entorno natural de una belleza sin igual. 

       La isla ofrece decenas de puntos que merecen ser vistos; lo complicado, como en todo viaje, es decidir qué visitas entran en el itinerario y cuáles deberán esperar su oportunidad en una probable futura visita. En en país en el que todo es extremadamente caro, contrasta el hecho de que todos los espacios naturales cuenten con servicios de primera (aparcamiento, tienda/restaurante, aseos, área de recreo) completamente gratis. Algo que se agradece para aliviar un poco el presupuesto del viaje, que inevitablemente se dispara por el coste de hoteles y restauración.

Catarata de Gullfoss, en el área del Círculo Dorado
        El viaje, anhelado desde tiempo atrás y demorado por motivos variados una y otra vez, por fin se materializó éste año a primeros de septiembre (del 31 de Agosto al 8 de septiembre) Para la ocasión, y en contra de lo que suele ser habitual en mis viajes, pude disfrutar de la compañía de Sandra y Luis Miguel, algo que sin duda agradecí. Un recorrido por la isla (recorrimos en torno a 2300Km durante el viaje), descubriendo algunos de los parajes naturales más increíbles de los que se pueden disfrutar a nivel mundial. Un destino único y un viaje que, pese a las altas expectativas depositadas en él, no defraudó en absoluto.

      Si quieres sabes más sobre lo que la isla de hielo ofrece, te invito a que eches un vistazo a la entrada en la que cuento (casi) todo sobre el viaje, con muchas imágenes, como de costumbre. Y también como de costumbre, puedes acceder a la página desde el menú situado a la derecha o desde el siguiente enlace:
  


Icebergs en Jokulsarlon, en la zona del glaciar Vatnajökull

sábado, 26 de septiembre de 2015

Dublin: The Church, un bar/restaurante distinto


        La capital irlandesa es un destino habitual en mi agenda de viajes profesionales (y en alguna ocasión también personales) desde hace unos años. Visito la ciudad con puntualidad suiza y siempre que tengo ocasión procuro extender un poco la visita profesional para vivir algo más personal. No obstante nunca he escrito una entrada completa sobre Dublin porque mi conocimiento de la ciudad es muy limitado y dudo que pueda ofrecer algún dato desconocido de la capital irlandesa. 

       La ciudad ofrece un puñado de visitas obligadas, entre las que se encuentran el Trinity College, la Catedral de S. Patricio, el Castillo de Dublin o Dublinia, sin olvidar algunas de las calles más famosas del país, como O´Connell Street y Temple Bar, posiblemente el barrio más carismático de Dublin plagado de bares y restaurantes donde siempre hay animación, así como los reconocidos museos de la cerveza Guiness y del Whiskey Jameson.



Temple Bar
O´Connell Str. una de las principales arterias de la ciudad
Catedral de S. Patricio (foto de archivo)

     



        Sin embargo durante mi visita la semana pasada tuve la oportunidad de "descubrir" uno de esos sitios que, en mi opinión, merece la pena compartir. Se trata del bar-restaurante The Church (www.thechurch.ie), que ocupa el edificio de la que fuera la Iglesia de Sta. María, de principios del S.XVIII, y que cerró sus puertas al culto en 1947, después de haber albergado importantes eventos religiosos de la historia de la ciudad, como la boda del fundador de la cerveza Guinness, en 1761. Después de un periodo en el que el edificio cayó en el olvido, fue adquirido por un nuevo propietario y reconvertido en bar/restaurante/sala de fiestas, abriendo sus puertas en 2005. El local se encuentra a escasos 200m del Temple Bar, al otro lado del río.




           
        A la indudable originalidad de la idea (al menos a mí me lo parece), se une un buen ambiente y un restaurante de calidad, en el que se pueden degustar algunas especialidades de la comida irlandesa (y otras más internacionales), situado en la parte superior del edificio, The Gallery. El menú ofrecido consta de 4-5 entradas y otros tantos platos principales a un precio que ronda los 40€, algo caro si se tiene en cuenta el nivel de precios de Dublin en general, pero que no lo es tanto si se atiende a la calidad de la comida y el entorno en el que se degusta, ambientado con una actuación en vivo de música y bailes tradicionales irlandeses.

      En definitiva, uno de esos sitios que merece la pena visitar (a pesar de estar orientado indudablemente al turismo); desde luego yo lo visitaré de nuevo la próxima vez que me deje caer por Dublin