Translate

domingo, 20 de diciembre de 2015

De buceo en Gran Canaria


            El final de año se aproxima, de manera irremediable y a una velocidad que asombra (¡qué rápido se ha pasado de nuevo éste año!), pero después de mi viaje a Indonesia aún tuve la oportunidad de "escaparme" de nuevo a Gran Canaria, una isla que no deja de asombrarme cada vez que tengo la fortuna de visitarla. La estancia en ésta ocasión fue bastante reducida (los días de vacaciones escasean a éstas alturas del año), pero aún tuve tiempo de "perderme" de nuevo por el centro de la isla para redescubrirla por enésima vez, sin que por ello deje de sorprenderme por la belleza y la diversidad de los paisajes que atesora éste rincón del Atlántico Norte: el barranco de Guayadeque, el Roque Nublo, el mirador de las Nieves, las dunas de Maspalomas...Sin embargo el objetivo del viaje era descubrir la belleza submarina de la isla, un enfoque distinto y desconocido hasta la fecha. 







      Tras recibir el consejo de varias personas de la isla sobre el mejor lugar para bucear (la zona conocida como "el cabrón", en Arinaga, al Este de la isla), me puse en contacto con varios de los muchos centros de buceo que hay en la zona, y a falta de referencias de ninguno de ellos, me decanté por el centro de buceo Pandora (www.buceopandora.es), situado en Arinaga, principalmente por la rápida y atenta respuesta que recibí al correo solicitando información que les envié (la mayor parte de los otros centros con los que contacté o no contestaron o lo hicieron demasiado tarde) Los precios están en línea con lo que ofertan la mayor parte de los centros de la isla: 20€ por inmersión, con un mínimo de dos diarias, otros 20€ por el alquiler del equipo completo y 6€ por el seguro diario.


      Para mi sorpresa (agradable) a mi llegada al centro me dijeron que iba a ir yo sólo con dos instructores (Dani - el dueño del centro - y un chico que estaba convalidando una licencia de buceo), así que me sentí un poco aliviado porque era la primera inmersión desde que saqué la licencia y me vino bien una nueva toma de contacto personalizada. Equipado con todo lo necesario, emprendimos camino hacia el cabrón, aunque el estado de la mar hacía prever lo peor; el tiempo y yo no nos llevamos bien en Gran Canaria. Rara ha sido mi visita en la que, al menos algún día, no he tenido alguna inclemencia meteorológica. En esta ocasión el protagonismo se lo llevó el fuerte viento del Este que azotaba el archipiélago, tan sólo un par de semanas después de que las fuertes lluvias que causaron inundaciones y destrozos en numerosas islas se hicieran con unos minutos en los noticiarios nacionales. A la vista de la situación y con la clara referencia de otro instructor que tuvo bastantes dificultades para acceder con dos clientes a la zona de buceo (el acceso es a través de un terreno rocoso y escarpado, lo que combinado con las olas existentes hacían la entrada al mar cuando menos complicada y peligrosa, al menos para los que no estamos aún acostumbrados a movernos con las aletas y unos cuantos kilos cargados a la espalda...), Dani decidió no correr riesgos conmigo (novato reconocido en estas lides) y nos dirigimos al Noroeste de la isla, a Sardina, para probar suerte, un trayecto de una hora de duración que discurrió de forma entretenida (¡a Dani conversación no le falta!) 


      En Sardina se concentraron todos los buceadores aquel día. Al parecer, la vida marina en ésta zona no es comparable a lo que se puede ver en el cabrón, pero tampoco había muchas opciones...Nada que ver tampoco con las coloridas, cristalina y coralinas aguas que había tenido la suerte de disfrutar sólo unas semanas atrás en Indonesia. Una fuerte corriente estuvo presente durante ambas inmersiones (como se puede ver en el vídeo), lo que me impidió disfrutar de la inmersión tanto como hubiera deseado; si a ello se le une la escasa visibilidad y la casi inexistente vida marina, no es de extrañar que el resultado fuera un tanto decepcionante. Tan sólo unos chocos, algún banco de peces, un solitario caballito de mar, un par de rayas y el oriundo Rubio, un curioso pez que camina con sus patas sobre el arenoso fondo marino hasta que despliega sus alas para escapar nadando de cualquier amenaza que lo haga abandonar su plácido paseo por el fondo marino. 

Un Rubio, "volando" por el fondo marino
       Dos largas inmersiones que añadir a mi libro de buceo (de unos 75 minutos cada una, en ambas acabé haciendo uso del aire de mi compañero de inmersión), inmersiones que sirvieron para constatar que tal vez el buceo y yo no estemos hechos el uno para el otro (llegué incluso a marearme algún momento a 15m de profundidad por el movimiento del agua...), pero que nadie dude que le daré, al menos, ¡un par de oportunidades más! Sigo a la espera de disfrutar de aguas cristalinas en las que maravillarme de la belleza del fondo marino...¡tal vez en una futura visita a Asia! Y por supuesto, queda pendiente mi visita a el cabrón, que no dudaré de hacerla de nuevo en compañía de Buceo Pandora, ya que el resultado por su parte fue muy positivo e hicieron todo lo posible por que quedara contento con la experiencia. 

       A continuación dejo un vídeo (imágenes cortesía de buceo Pandora, ¡gracias! increíble lo que se puede hacer con una cámara igual a la que yo tengo pero con un foco y sabiendo manejarla bajo el agua, claro) para que podáis haceros una idea de lo que viví en Sardina



         Y sin darme cuenta han pasado varias semanas desde mi visita a Gran Canaria, meses en los que he estado muy ocupado: un par de viajes de trabajo, una visita de ocio (muy agradable) a Roermond (en Holanda) y unas cuantas visitas de familiares y amigos en las última semanas para vivir los únicos y especiales mercados de navidad de Colonia han ocupado el tiempo desde entonces. Ahora, tiempo para unas merecidas vacaciones...a caballo entre Colonia, Palencia y Sindelfingen, ¡para no perder la costumbre de viajar!

domingo, 8 de noviembre de 2015

Indonesia, mucho por descubrir: Lombok, Komodo, Rinca y Flores


         Un año después, de nuevo Indonesia ha sido el destino del último gran viaje de este año. En esta ocasión decidí visitar las islas del Este del país, recorriendo parte de ellas en barco, una forma cuando menos distinta de conocer este paraíso. Después de un año muy viajero, el cuerpo me pedía un viaje un poco más relajado y me decanté por una combinación de playa y montaña.

        El motivo que me llevó de vuelta a Indonesia fue profesional; después de unos días en Jakarta y cumplidas las obligaciones laborales, me dirigí a Lombok, isla situada al Este de Bali, un auténtico paraíso para el buceo, con mucha actividad turística, concentrada en torno a Senggigi y las islas Gilli. Unos días de descanso (merecido) y comienzo de la travesía que durante cuatro días me llevaría a visitar varias islas del mar de Flores (como Rinca y Komodo, con sus más ilustres, temidos y prehistóricos habitantes, los dragones de Komodo, como principal reclamo) hasta llegar a Labuan Bajo, en Flores

En Komodo, con uno de sus temidos habitantes
      Después de un par de días de transición en Labuan Bajo, que sirvieron para recuperarme de la experiencia del barco (al menos en cuanto a horas de sueño se refiere), me dirigí hacia el centro de la isla de Flores para visitar el Parque Nacional Kelimutu, cuyos volcanes (situados a unos 1700m de altitud) albergan tres lagos cuya principal característica (aparte del atractivo del lugar en sí y del marcado carácter religioso para los habitantes de la zona) es que cambian de color en función de la época del año y las precipitaciones; cada uno de los tres lagos tiene asociado un color con el que se les identifica, aunque no se corresponda con el color que puedas estar viendo en ese momento: a modo de ejemplo, el conocido como lago rojo era verde durante mi visita.

Dos de los lagos de Kelimutu, el conocido como lago rojo (verde) y el lago verde (celeste)
         Como en todo viaje, traje la maleta cargada de cientos de imágenes y recuerdos. Una visita que marca un nuevo límite hacia el Este en mi particular viaje por etapas para conocer Indonesia (próxima etapa...Papua?) Si te interesa conocer los detalles del viaje y ver algunas de las imágenes que me deparó el viaje, puedes hacerlo en accediendo a la página en el menú de la derecha o a través del siguiente enlace:


Una de las hipnóticas puestas de sol de las que pude
disfrutar durante el viaje

domingo, 27 de septiembre de 2015

Islandia: hielo y fuego, una isla de contrastes


      La tierra de hielo, un territorio cinco veces menor que España y habitado por cerca de 350000 habitantes (¡130 veces menor que la población Española!), uno de los destinos mas espectaculares, auténticos y llamativos del viejo continente, capaz de aunar como pocos agua, hielo y fuego, siempre en un entorno natural de una belleza sin igual. 

       La isla ofrece decenas de puntos que merecen ser vistos; lo complicado, como en todo viaje, es decidir qué visitas entran en el itinerario y cuáles deberán esperar su oportunidad en una probable futura visita. En en país en el que todo es extremadamente caro, contrasta el hecho de que todos los espacios naturales cuenten con servicios de primera (aparcamiento, tienda/restaurante, aseos, área de recreo) completamente gratis. Algo que se agradece para aliviar un poco el presupuesto del viaje, que inevitablemente se dispara por el coste de hoteles y restauración.

Catarata de Gullfoss, en el área del Círculo Dorado
        El viaje, anhelado desde tiempo atrás y demorado por motivos variados una y otra vez, por fin se materializó éste año a primeros de septiembre (del 31 de Agosto al 8 de septiembre) Para la ocasión, y en contra de lo que suele ser habitual en mis viajes, pude disfrutar de la compañía de Sandra y Luis Miguel, algo que sin duda agradecí. Un recorrido por la isla (recorrimos en torno a 2300Km durante el viaje), descubriendo algunos de los parajes naturales más increíbles de los que se pueden disfrutar a nivel mundial. Un destino único y un viaje que, pese a las altas expectativas depositadas en él, no defraudó en absoluto.

      Si quieres sabes más sobre lo que la isla de hielo ofrece, te invito a que eches un vistazo a la entrada en la que cuento (casi) todo sobre el viaje, con muchas imágenes, como de costumbre. Y también como de costumbre, puedes acceder a la página desde el menú situado a la derecha o desde el siguiente enlace:
  


Icebergs en Jokulsarlon, en la zona del glaciar Vatnajökull

sábado, 26 de septiembre de 2015

Dublin: The Church, un bar/restaurante distinto


        La capital irlandesa es un destino habitual en mi agenda de viajes profesionales (y en alguna ocasión también personales) desde hace unos años. Visito la ciudad con puntualidad suiza y siempre que tengo ocasión procuro extender un poco la visita profesional para vivir algo más personal. No obstante nunca he escrito una entrada completa sobre Dublin porque mi conocimiento de la ciudad es muy limitado y dudo que pueda ofrecer algún dato desconocido de la capital irlandesa. 

       La ciudad ofrece un puñado de visitas obligadas, entre las que se encuentran el Trinity College, la Catedral de S. Patricio, el Castillo de Dublin o Dublinia, sin olvidar algunas de las calles más famosas del país, como O´Connell Street y Temple Bar, posiblemente el barrio más carismático de Dublin plagado de bares y restaurantes donde siempre hay animación, así como los reconocidos museos de la cerveza Guiness y del Whiskey Jameson.



Temple Bar
O´Connell Str. una de las principales arterias de la ciudad
Catedral de S. Patricio (foto de archivo)

     



        Sin embargo durante mi visita la semana pasada tuve la oportunidad de "descubrir" uno de esos sitios que, en mi opinión, merece la pena compartir. Se trata del bar-restaurante The Church (www.thechurch.ie), que ocupa el edificio de la que fuera la Iglesia de Sta. María, de principios del S.XVIII, y que cerró sus puertas al culto en 1947, después de haber albergado importantes eventos religiosos de la historia de la ciudad, como la boda del fundador de la cerveza Guinness, en 1761. Después de un periodo en el que el edificio cayó en el olvido, fue adquirido por un nuevo propietario y reconvertido en bar/restaurante/sala de fiestas, abriendo sus puertas en 2005. El local se encuentra a escasos 200m del Temple Bar, al otro lado del río.




           
        A la indudable originalidad de la idea (al menos a mí me lo parece), se une un buen ambiente y un restaurante de calidad, en el que se pueden degustar algunas especialidades de la comida irlandesa (y otras más internacionales), situado en la parte superior del edificio, The Gallery. El menú ofrecido consta de 4-5 entradas y otros tantos platos principales a un precio que ronda los 40€, algo caro si se tiene en cuenta el nivel de precios de Dublin en general, pero que no lo es tanto si se atiende a la calidad de la comida y el entorno en el que se degusta, ambientado con una actuación en vivo de música y bailes tradicionales irlandeses.

      En definitiva, uno de esos sitios que merece la pena visitar (a pesar de estar orientado indudablemente al turismo); desde luego yo lo visitaré de nuevo la próxima vez que me deje caer por Dublin





lunes, 17 de agosto de 2015

Descubriendo nuevos horizontes, viviendo nuevas experiencias


¡Equipados a la última moda!
       El mar. La mar. El reino de Poseidón (Neptuno en la mitología romana) Recuerdo que de pequeño veía las aventuras del comandante Cousteau en la televisión cómodamente sentado (o tumbado) en el sofá, y pese al innegable atractivo de las imágenes no recuerdo haberme planteado dar el salto al otro lado de la pantalla para vivir las misma aventuras y conocer aquellos maravillosos mundos sumergidos que la televisión mostraba (siempre me atrajo más el aire que el agua) Pero las personas cambiamos con el tiempo...¡vaya si lo hacemos! El germen, la semilla de éste nuevo proyecto surgió en los cayos de Florida, donde tuve la oportunidad de disfrutar de una inmersión de snorkel en aquellas cristalinas aguas (más o menos, porque la verdad es que disfrutar disfruté bastante poco de la experiencia, más preocupado de lichar contra las corrientes con mis más que limitadas habilidades nadadoras que de disfrutar de la belleza del fondo coralino) Javi se encargó tiempo después de regar esa semilla hasta que me decidí a hacer realidad el proyecto, para descubrir el mundo submarino toda vez que la tierra y el aire habían sido, en cierta medida, conquistados a mi manera (sobre volar...o cómo hacer realidad un sueño)


El equipo cargado en el carro para llevarlo hasta la barca
      Después de sopesar varias opciones para realizar el curso que me permitiera bucear en aguas abiertas (Gran Canaria, Colonia y Pedreña eran las candidatas), la balanza se decantó definitivamente y sin dudas hacia la opción de Pedreña cuando mi amiga Bea, para mi sorpresa, me confirmó que se apuntaba a la "aventura". Con las fechas (mediados de mayo) y el centro de buceo (http://buceopedrena.es/es/) decididos, sólo faltaba ponerse manos a la obra para obtener la titulación PADI. 

Equipado con el cinturón de plomos para la primera inmersión en el mar
       Antes de la práctica...la teoría. Tuve que leerme el manual (con cinco módulos interminables...un poco aburrido, pero necesario - para los más "cómodos", hay una película con la teoría, un DVD que forma parte del material del curso) antes de mi mini gira asiática de abril, porque el plan inicial era completar el curso en tres días sólo un par de semanas después de regresar de la gira, con la multi aventura de Torla entre medias (Ordesa, a los pies de los pirineos) El curso incluye una inmersión en aguas confinadas (una piscina de toda la vida, para entendernos), el complemento de teoría y el correspondiente examen y cuatro inmersiones en aguas abiertas (en el mar)...ambiciosa agenda, pero el hecho de vivir en Alemania condicionó el desarrollo del curso. 

¡Al agua! como los profesionales...¡de espaldas!
       El primer día de curso se desarrolló según lo planeado: complemento de teoría y primer contacto con el equipo de inmersión en una piscina. Había leído que la primera respiración con el equipo de buceo bajo el agua no se olvida...y puedo confirmar que seguramente sea así. La sensación de respirar bajo el agua resulta extraña, anti natural me atrevería a decir, pero fascinante a la vez, la puerta de entrada a un mundo de sensaciones y estímulos nuevos, un entorno desconocido que espera ser explorado. Como único "pero" a esta primera jornada, la temperatura del agua de la piscina, muy fría para mi cuerpo, y es que desde el momento de meterme en el agua ya tenía frío...así que dos horas después ¡no sentía nada!



       La agenda para los siguientes dos días era muy apretada: reconocimiento médico en el centro de buceo, examen teórico (superado con éxito gracias a los resúmenes de Bea y el repaso de la noche anterior) y las inmersiones en el mar. Pero cuando todo se planifica con tanto detalle...lo normal es que algo falle, y en esta ocasión falló lo más importante: las condiciones del mar. Las inmersiones en el mar no tienen nada que ver con la realizada en la piscina: la visibilidad es menor, hay corrientes, la presión del agua sobre el cuerpo, el neopreno, un entorno desconocido...todo cambia. El mar de fondo en una ocasión, las corrientes en otra y el inoportuno mareo de uno de los ocupantes de la barca que compartió su desayuno con los peces de la isla de Mouro (yo...) hicieron que los planes se trastocaran y solo pudiéramos completar dos de las cuatro inmersiones previstas. En todo momento quedó patente que nuestra seguridad y comodidad a la hora de realizar la inmersión y llevar a cabo los ejercicios exigidos para obtener la titulación, así como para obtener la confianza y habilidades necesarias para realizar buceo recreativo en aguas abiertas eran lo mas importante para nuestros instructores, Pedro - el responsable del centro - y José, que demostraron una paciencia y flexibilidad infinita durante todo el curso. 



      Así las cosas, finalmente Bea y yo completamos el curso por separado (una pena, porque realizarlo con un amigo es mucho mas entretenido) Durante la semana de vacaciones que pasé en España en Agosto aproveché para acercarme de nuevo a Pedreña y completar las inmersiones pendientes - tres en dos días-, completando todos las pruebas necesarias, incluyendo el temido ejercicio de colocación y vaciado de agua de la máscara bajo el agua, que solo fui capaz de realizar en la última inmersión (jugando al limite...) Objetivo cumplido (con más dificultades de las inicialmente previstas, para ser sincero) y ya impaciente por dar continuidad al curso con una inmersión recreativa, de la que daré buena cuenta, cuando se produzca, por este mismo canal.

Una de las pruebas: quitarse el regulador, encontrarlo y volver a respirar por él
¿¡Qué necesidad hay de inundar la máscara de agua!? casi me cuesta el curso...
Aquí con mi compañera de inmersión
Otra de las pruebas, respiración en flujo continuo
        Mis últimas líneas de esta breve entrada, como si de una entrega de premios se tratara, son para los agradecimientos: en primer lugar para mi buena amiga Bea, por su hospitalidad durante los días que duró el curso y por haberme acompañando en la aventura. Y en segundo lugar para el personal del centro de buceo Pedreña en general y para Pedro y José en particular, por su profesionalidad, flexibilidad y complicidad durante el curso, ofreciendo soluciones, una sonrisa amable y palabras de animo cuando las cosas no iban según lo esperado y la cabeza jugaba malas pasadas a 9 metros de profundidad.

Empezando por las señoritas, Bea, Jose, Pedro y Dani (yo) en el centro de buceo Pedreña
¡Curso superado! ¡Nos vemos en el fondo!

sábado, 25 de julio de 2015

Un recorrido en imágenes



         Coincidiendo con el final del año 2014 y con el fin de documentar los datos reflejados en Un año más, hice un recuento de los viajes que tuve la fortuna de realizar a lo largo del año, que no fueron pocos (pero tampoco suficientes...) Tuve entonces la idea (momentánea, fugaz como una lágrima de San Lorenzo) de contabilizar las horas empleadas en viajes, en esperas (horas perdidas, que diría mi tío Jesús, al que las esperas en los aeropuertos le resultan tediosas), pero deseché la idea porque para mí las horas empleadas en los viajes son parte misma del viaje y las disfruto minuto a minuto (casi siempre...): a bordo del avión la diversión está asegurada si hay una ventanilla al lado (y siempre hay tiempo para una cabezadita, escribir, escuchar música, ver películas en los vuelos más largos...), y los aeropuertos y salas de embarque también me resultan atractivas (¡aunque no tanto como una cabina de avión!):  un continuo ir y venir de gente a los que resulta de los más curioso observar (como supongo harán muchas otras personas mientras yo recorro esos mismos interminables pasillos de los aeropuertos en busca de mi puerta de embarque, de un refresco o simplemente de un rincón tranquilo en el que sentarme alejado del bullicio), tiempo para curiosear en las tiendas y en ocasiones (las menos, para ser franco) incluso comprar algo, tiempo para poder escribir lo que pasa por mi cabeza - como sucede en ésta ocasión en la solitaria sala de embarque anexa a la puerta C50 del aeropuerto de Colonia, el lugar elegido para escribir éstas líneas mientras espero la salida de mi vuelo en la cercana C40 -,tiempo para charlar con un perfecto/a desconocido/a de los temas más intranscendentales que se puedan imaginar...mucho tiempo, sí, pero no por ello malgastado o necesariamente aburrido. 

      Y pensando, pensando me vino a la cabeza un proyecto que se me ocurrió hace unas semanas (a bordo de un avión...¡cómo no!) pero que de momento no he puesto en práctica (y tal vez nunca lo haga....o tal vez más adelante, ¡quien sabe!), de otro proyecto que tengo pendiente con mi buen amigo Javi (nos tenemos que juntar en torno a ese Txakolí para darle forma amigo), de otro viejo proyecto personal que pensé llevar a cabo para "celebrar" mi entrada en la década de los 40 (el cuarto gran Ohhhh, que diría un compañero de trabajo) pero que de momento he aplazado a la espera de tiempos mejores (¿?) para hacerlo realidad (¿tal vez para el próximo gran Ohhhh?) y no sé como pero mi mente acabó relacionando todos estos proyectos (que sin entrar en detalles tienen que ver con viajes, como no era difícil imaginar) con una pregunta que me ha hecho mi amigo Salva (¡un abrazo fuerte desde aquí pareja!) en alguna ocasión: de todos los sitios que has visitado, ¿cuál es el que más te ha gustado? 

      Nunca he sido capaz de responder a ésta pregunta. No soy capaz de destacar un viaje o un lugar por encima de otros. Hay muchos lugares que me han fascinado (siendo honestos, recomendaría visitar la mayoría de los lugares que te tenido la fortuna de conocer y a los que me gustaría regresar), algunos por la belleza del lugar, otros por la experiencia del viaje, otros por una extraña combinación de diversos factores que los hicieron especiales, otros simplemente porque te enganchan, sin saber el por qué..., aunque también ha habido algunos viajes (o lugares) que fueron una gran decepción y en los que no emplearía ni un céntimo de euro en volver a visitarlos (los menos: a golpe de memoria me vienen sólo 3 de éstos a la cabeza) y que podría enumerar fácilmente aquí, pero como cantaba El Último de la Fila, "si lo que vas a decir no es mas bello que el silencio, no lo vayas a decir". Y para ser justo (y honesto con mis propias ideas), no diré cuáles son esos lugares. 

        Y de nuevo una extraña e imprevisible concatenación de ideas (esta vez he llegado muy pronto al aeropuerto y claro, pasan estas cosas...) me han llevado a pensar en los recuerdos de esas experiencias, de esos viajes, en las imágenes que guardo en mente, corazón y...en un disco duro (varios, para ser exactos) Y es ahí cuando he echado mano de la memoria digital para repasar esos recuerdos, y he pensado que no sería difícil hacer una selección de las mejores imágenes que he podido capturar a lo largo de estos años. De momento he decidido empezar con esas imágenes que me llamaron la atención, las imágenes que han resultado ser las que más me han gustado, por el motivo que fuere (al margen de la calidad de las mismas) Al final el ejercicio no ha resultado tan sencillo en su ejecución como suponía, pero aquí están mis 80 mejores imágenes (ninguna de las instantáneas ha sido tratada...principalmente por que no sé hacerlo - normalmente se lo pido a mi amiga Bea, ¡pero con 80 fotos no me he atrevido! Así que están tal cual fueron sacadas, ¡para bien o para mal!):

80  En el Algarbe Portugués, además de disfrutar de sus excelentes playas y rica gastronomía, también de puede disfrutar de las estupendas vistas de los acantilados que bordean la costa; bajar a alguna de las pequeñas playas que encierran las formaciones rocosas es algo más complicado, y la mayor parte de ellas sólo son accesibles por mar. 


79 El tramo central del Rhin, en Alemania, el que va desde Colonia hasta Mainz, alberga numerosos rincones que merece la pena visitar y descubrir. Un bonito recorrido por carretera que discurre de forma paralela al curso del río y que bordea pintorescas localidades como Bacharach (en la imagen), St. Goar, Koblenz, Remagen, Konigswinter...Un hermoso recorrido, de lo más recomendable si se tiene pensado visitar ésta región alemana. 


78 Una de las visitas obligadas (si se tiene el tiempo para ello) en Bogotá es la Quinta Bolivar, principalmente por su marcado interés histórico. En la visita obtuve la imagen que adjunto, que sin ser especial en absoluto, siempre me ha gustado por el simbolismo que encierra en su conjunto. 


77 Posiblemente uno de los perros más famosos del mundo y sin duda alguna el más fotografiado de la ciudad Belga de Brujas. Si optas por hacer el recorrido en barca por sus canales (atracción turística casi obligada, incluso si has visitado la ciudad varias veces), casi con total seguridad te encontrarás a éste afable labrador, cómodamente aposentado en su improvisado balcón, donde se pasa las horas muertas; las barcas ya tienen parada en la casa para poder fotografiar al perro, que se ha convertido casi en un símbolo de la ciudad. 


76 Entre los atractivos y atracciones (muchas) que ofrece el Parque de la Naturaleza de Cabárceno en Cantabria se encuentra (o al menos se encontraba...hace tiempo que no lo visito) la exhibición de aves rapaces, una impresionante y educativa exhibición en la que se puede aprender mucho de éstas aves. Conseguí captar esta imagen con mi primera cámara digital (¡de 4MP!), todo un reto conseguir enfocar casi completamente a una de éstas aves en pleno vuelo.


75 El norte de la provincia de Palencia es una zona hermosísima (y no es porque sea mi tierra), que alberga auténticos tesoros que merecen la pena ser descubiertos. Con motivo de una excursión realizada con un antiguo grupo de amigos (los menos) y conocidos a la zona, nos alejamos en la población de Cardaño de Arriba, punto de partida de numerosas rutas de montaña por la zona. La imagen muestra a Bronco, un precioso pastor alemán que ya no está entre nosotros y que era de mi amigo Iñigo, durante la ascensión para descubrir la Poza de las Lomas. Una imagen que me trae buenos recuerdos y que me gusta especialmente por la mezcla de naturaleza, nieve, animales y el profundo cielo azul. 


74 Copenhague es una de mis ciudades favoritas en Europa. Aúna atractivos más que suficientes para descubrirla en repetidas ocasiones. Habiendo tenido la fortuna de visitarla repetidas veces, una de esas visitas me proporcionó la imagen adjunta, que sin tener nada de especial me resulta muy estética y curiosa, por tratarse de Dinamarca, donde éstas situaciones no suelen suceder (y si suceden se solucionan inmediatamente...aunque no en ésta ocasión donde el agua estuvo fluyendo durante casi un día).


73 No nos vamos muy lejos, al canal de Nyhavn, uno de mis rincones favoritos en Copenhague que trato de visitar siempre que puedo para tomarme una cerveza en una de las animadas terrazas que pueblan el canal. De éste canal parten los barcos turísticos que recorren el litoral de la capital, incluyendo una visita a la famosa Sirenita, si bien la visita de ésta merece ser realizada a pie (principalmente porque desde el barco sólo se la ve de espaldas...).
.

72 Seguimos en Dinamarca, pero cambiamos de isla y nos vamos a Roskilde, una pequeña población situada a unos 15 minutos en tren de Copenhague y que encierra algunos buenos motivos para visitarla: uno de ellos es el restaurante Rib House, en la calle principal junto al hotel Pridsen i Roskilde que solía usar en mis visitas, donde he comido las mejores costillas asadas que se pueden imaginar (¡se me hace la boca agua sólo de pensarlo!) El principal reclamo, no obstante lo constituye el puerto, que alberga el museo Vikingo, con reproducciones de embarcaciones vikingas realizadas empleando los métodos tradicionales, y desde donde se puede contemplar la espectacular catedral de Roskilde, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 


71 La plaza principal de Varsovia es uno de los puntos más emblemáticos de la capital polaca. Uno de los primeros viajes que realicé en compañía de mi hermana y que casi supuso el punto de partida a una tradición que aun perdura, la de hacer al menos un viaje juntos al año. ¡Que dure!.


70 La capital sueca también entro en uno de los planes de esos viajes "fraternales". Estocolmo me pareció una de las ciudades más complejas para orientarse en las que he estado, principalmente por la cantidad de islas que la conforman. La vista más relevante (para mí) de la ciudad se obtiene desde la torre del edificio del Ayuntamiento, una preciosa panorámica de la ciudad, que también se puede recorrer en barca para descubrir sus rincones más representativos. 


69 Moscú, otro de los destinos visitados en compañía de mi hermana, una gran ciudad que ofrece por sí sola decenas de instantáneas que merecería la pena recordar: la plaza Roja, el Kremlin, la Catedral Ortodoxa, el metro...un viaje muy completo del que quizá la imagen más representativa sea la preciosa Catedral de San Basilio, un colorido edificio que gobierna uno de los extremos de la Plaza Roja, verdadero epicentro de la ciudad. Imposible resistirse a retratar esta maravilla. 





68 Skopje, la capital de Macedonia, ofrece varios atractivos para un cubrir los días de un corto viaje a la ciudad, una preciosa y contenida ciudad donde destacan el antiguo barrio turco de Carsija, el Monte Vodno con su enorme cruz que gobierna la ciudad y a la que se puede acceder en teleférico, o la antigua fortaleza (en un estado lamentable en la actualidad), por citar solo algunos atractivos . En los alrededores se encuentra el cañón y lago Matka, fácilmente accesible en transporte público desde la capital. Es una zona de reunión de los locales, que ofrece estupendos paseos por el borde del cañón. También se puede optar por hacer la excursión en barco para visitar la cueva que alberga la estalagmita más grande del mundo y uno de los lagos subterráneos más grandes del mundo, cuya longitud se desconoce pese a que se han llevado a cabo numerosas inmersiones, pero no se ha conseguido llegar al final del mismo. 


67 La capital de Tierra de Campos, mi ciudad natal, no puede faltar en éste recorrido. Palencia tiene numerosos atractivos para justificar una visita (y de los que espero escribir en breve) La imagen muestra los rigores del invierno, donde si bien las nevadas son escasas, el frío se manifiesta con toda su crudeza en forma de heladas continuas. Al fondo de la imagen se puede divisar la Iglesia de San Miguel, que data del S.XI y que mezcla los estilos romántico y gótico y cuya principal seña de identidad es la torre almenada que recuerda más a un castillo que a una iglesia. La leyenda dice que en ésta iglesia se casaron Rodrigo Diaz de Vivar, el Cid Campeador, y su esposa Doña Jimena


66 Sarajevo, una ciudad destruida por una guerra que los que estudiamos la EGB aún mantenemos fresca en la memoria. La ciudad trata de recuperar el ritmo de vida y ofrece numerosos atractivos que no defraudarán al viajero (el turista igual no tiene mucho que hacer allí...), pero las señas de la guerra son visibles en cada fachada, en cada calle. Edificios masacrados por fuego de artillería y numerosas marcas de mortero en el suelo (señaladas con una mancha roja en aquellos lugares en los que un disparo de mortero mató al menos a 5 personas) mantienen viva la memoria de una guerra que no debería haberse producido (como todas), a finales del S.XX. Un viaje que me hizo reflexionar bastante, una experiencia sin duda. 


65 De los rigores de la guerra...¡al ocio! La Fórmula 1 figuraba entre mis aficiones más destacadas (hasta que los cambios de normativa hicieron del circo un verdadero bodrio para el espectador...) De entre los circuitos visitados me quedo sin duda con el mítico Spa, en Bélgica, muy cerca de Colonia, donde literalmente nos cayó el cielo encima a la llegada a la sesión de entrenamientos del sábado. Un circuito en el que destaca la mítica Eau Rouge, verdadera seña de identidad del circuito. 


64 Cruzamos el atlántico y no plantamos en Nueva York...¡qué decir de la gran manzana! Una ciudad que definitivamente hay que visitar al menos una vez en la vida: vibrante, dinámica, única. Uno de los principales reclamos es Times Square, uno de los lugares más reconocibles del planeta y donde los dos palentinos nos marcamos el capricho de aparecer en uno de los rótulos luminosos más grandes de la plaza (¡el del jersey color chicle abajo a la derecha soy yo!) Una divertida experiencia.


63 Novodevichi, en los alredores de Moscú, es otro de esos lugares que ofrecen una bonita estampa que merece la pena recordar, con el templo reflejándose en el lago. El interior no resulta muy atractivo, pero tampoco desanimaría a quienes tengan intención de visitarlo. 


62 La capital de Ucrania me sorprendió muy favorablemente durante mi visita (si bien el tiempo no acompañó en absoluto...pero visitar Kiev en Noviembre tiene sus riesgos) Mi visita coincidió con el comienzo de las manifestaciones populares que desembocaron a la postre en una guerra civil, que aún continua (de hecho fui testigo de varios enfrentamientos en la Plaza de la Independencia y casi me vi envuelto en alguno de ellos). Entre las visitas destacadas están la Catedral de Sta. Sofía, el Monasterio de las Cuevas, la enorme estatua de la Madre Patria en el Museo de la Gran Guerra Patriótica y la hermosa Catedral de S. Andrés, en la imagen. 


61 En el camino de regreso en mi visia al Mont Blanc, destino Zurich, hice una parada en Friburgo (en Suiza), una bonita y pequeña ciudad que se puede visitar en medio día y que ofrece estampas tan llamativas como la que se muestra.


60 Entrar en Venecia a bordo de un crucero es una experiencia inolvidable que bien merece el esfuerzo del madrugón que hay que pegarse (al menos en el que yo hice) para contemplar la escena al completo en torno a las 6:30 de la mañana. Un hermoso amanecer que supuso el final de una de las mejores vacaciones que he tenido. 


59 La región de Capadoccia en Turquía agrupa algunos de los paisajes más "extraños" que se pueden encontrar en la tierra: formaciones rocosas de formas caprichosas en una planicie de apenas 5 Km cuadrados que se pueden visitar fácilmente en coche. Pero en la región hay un enorme negocio en cuanto a los vuelos en globo se refiere: cada día (sin excepción) decenas de globos emprenden vuelo para ver tan singular paisaje desde las alturas. Tanto si te decides a volar como si no, el espectáculo del amanecer, con decenas de bolas de fuego alzándose al aire, resulta espectacular. En una de las imágenes que tomé llegué a contar hasta 70 globos en vuelo. Las condiciones de seguridad y operación que ofrecen muchas de estas compañías no son las mejores, así que mejor asesorarse antes de reservar un vuelo porque tu vida puede depender de ello...


58 Saltamos de nuevo el océano para ir a Florida, donde al margen de los incontables atractivos que ofrece Miami y la zona recreativa creada en torno a Orlando, se pueden realizar muchas otras actividades. Durante mi viaje tuve la oportunidad de recorrer Florida en coche a mi aire, y una de las zonas que más me gustó fue la de los cayos y los everglades. En los primeros se pueden realizar actividades de submarinismo y snorkel (ahí surgió el gusanillo por el buceo la primera vez), y en los everglades se pueden realizar excursiones en hidroplaneadores, donde además de disfrutar de un divertido paseo a toda velocidad por los everglades se tiene la oportunidad de ver la fauna local, principalmente los caimanes (o cocodrilos...¡nunca los he distinguido!).


57 Un atardecer más (los que lean el blog de forma habitual ya habrán reparado en mi especial predilección por este momento del día...) En esta ocasión la imagen la tomé desde el barco en el que realicé el crucero desde Atenas hasta Venecia, recorriendo varias islas griegas y Dubrovnik. Al margen del precioso color rojizo y la enorme esfera solar, me gusta esta imagen porque en el horizonte se divisa otro barco, entrando en la esfera del sol...una nota creativa para retratar el momento más especial del día, el atardecer.


56 Las Islas Canarias, y más concretamente la zona de Maspalomas en Gran Canaria...el paraíso hecho realidad (Gran Canaria, un paraíso de diversidad). Unas islas que me atraen en especial, aunque allí también se hayan desarrollado algunos momentos difíciles de mi vida. En uno de mis primeros viajes de trabajo a las islas (que desperdicio, ¡ir a Canarias a trabajar!) pude contemplar este colorido amanecer desde el balcón de la habitación del hotel: colores fuera de los normales que llamaron mi atención hasta el punto de considerar la imagen en éste particular ranking.


55 Isla de Java, Indonesia (Indonesia, mucho por descubrir), numerosos atractivos por descubrir y entre ellos sobresalen dos: el Templo de Borobudur y los templos de Prambanan (en la imagen), una maravilla atemporal que sin duda espero volver a redescubrir en el futuro. Durante el día la belleza del complejo es innegable; en la noche, la oscuridad dota de un halo de misticismo al complejo.


54 Uno de los viajes más recientes, Myanmar, me ha dejado decenas de imágenes en la memoria; difícil elegir una de ellas, pero me quedo con otra zona de templos, en Bagan, una planicie con miles de templos que se elevan sobre la vegetación y cuyo descubrimiento resulta un verdadero placer para el viajero  (Myanmar, Bagan).


53 No se trata de ninguna imagen de viaje (o sí, a Madrid...), pero tengo especial cariño a esta imagen de Kira, la perrita de mi casa, camuflada entre las decenas de muñecos de peluche que cubren la cama (sí, debajo hay una cama) de mi prima. Kira se quedó inmóvil para la foto, como queriendo pasar desapercibida en tal entorno. Una versión casera del famoso "buscando a Wally".








52 La región del Valle del Loira, en Francia, alberga numerosos castillos que se pueden visitar fácilmente desde Paris en una excursión de un día. Una región que ofrece imágenes tan llamativas como la que muestro aquí. Algunos de los castillos se pueden visitar por dentro; sin embargo, en la mayoría de ellos hay que conformarse con visitar el exterior y los jardines que suelen rodearlos.







51 De vuelta en Myanmar, esta vez en Bago (Myanmar - Bago), que ofreció puestas de sol tan increíbles como la de la imagen. Si a la magia del momento se une un entorno único y totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver por estas latitudes, el resultado es un recuerdo único e imborrable.









50 De nuevo a bordo de un globo, esta vez en la región de Moravia en la República Checa (más concretamente en Brno). Un vuelo en globo siempre ofrece instantáneas únicas, y si encima se realiza al atardecer y en compañía de otros globos (operados de forma privada en esta ocasión, nada de vuelos organizados) se pueden obtener imágenes de una belleza excepcional.








49 China, Beijing y la muralla China, probablemente la estampa más impresionante de un viaje al gigante asiático. Hay varios tramos abiertos a turistas en la muralla china. Mi hermana y yo decidimos ir a Muntianyú, un poco mas alejado de Beijing  pero donde la presencia de turistas no resulta tan agobiante. Y fue todo un acierto. Sin viajes organizados, nos plantamos en la estación de autobuses para ir a la región y sin mayores problemas nos encontramos en éste entorno único. Un recorrido exigente (si se pretende llegar hasta el final, como hicimos nosotros) por las elevadas temperaturas y los enormes desniveles que hay que salvar, pero recomendable al 100%. El descenso se efectúa en una especie de trineo así que puede resultar muy divertido o muy accidentado, como en nuestro caso, si tienes la desgracia de toparte con una persona delante que llevaba el freno accionado continuamente ralentizando sobre manera la marcha hasta el punto de provocar un accidente de cuatro trineos en cadena...un susto.





48 En el reciente viaje a Tailandia descubrí algunos de los complejos más hermosos visitados hasta la fecha. Entre ellos Wat Pho (Bangkok), el cual junto al cercano Templo del Buda Esmeralda son por sí mismos motivo más que suficiente para justificar un viaje a la lejana Tailandia. De nuevo resulta deficil elegir una imagen del viaje, pero me quedo con la imagen de la derecha por representar como pocas la arquitectura tradicional tailandesa y la cuidada construcción de los templos minuciosamente decorados con pequeñas piezas de cerámica.



47 De Tailandia a Brasil, y de un lugar con un profundo significado religioso a otro con una eminente vocación funcional. La escaderia de Selaron, situada en la zona antigua de Río de Janeiro (Río de Janeiro, centro de la ciudad) es una iniciativa privada del artista Jorge Selaron que decidió adornar esta escalera de subida del Barrio de Sta. Teresa con azulejos llegados de todas las partes del mundo para hacer mas agradable a los vecinos la ascensión de la misma. El colorido que se observa en la escalera durante el recorrido de ascensión contrasta con la falta del mismo cuando se enfrenta el camino de descenso, donde sólo se divisa el color del cemento. Un sitio curioso y una imagen especial.


46 Siguiendo en la capital carioca (Río de Janeiro), y de nuevo una puesta de sol, esta vez sobre la playa de Flamengo, con el Cristo de Corcovado alzándose sobre la ciudad. Una de las playas más hermosas que he podido conocer, con el Cristo de Corcovado a la espalda y la curiosa formación del Pan de Azúcar al frente. Cada puesta de sol era más hermosa que la anterior (si las nubes lo permitían, claro...).


45 De la costa atlántica brasileña a la costa pacífica peruana, pero la temática no cambia. Una nueva puesta de sol, esta vez en Lima, con los surfistas como testigos excepcionales mientras esperan esa gran ola que les haga dar por buena el tiempo empleado esperando sobre sus tablas.


44 Miami, una ciudad con un carácter único y especial. Tuve la fortuna de poder descubrir la ciudad desde dentro (en bici, como la mayoría de la gente hace) y también desde el mar, disfrutando de una vista de la ciudad de la que no todo el mundo puede hablar. Un recorrido por las islas artificiales donde se ubican la mayor parte de las grandes mansiones de los artistas (identificamos la de Julio Iglesias y la de Gloria Stefan, ambas cerradas a cal y canto...¡que desperdicio!) a modo de reportero gráfico mientras disfrutaba de un refresco a bordo y de la brisa del mar. Una experiencia inolvidable.


43 Una breve escala en la isla de Santorini para descubrir a bordo de una moto de alquiler uno de los paisajes más conocidos de la famosa isla griega. Casas encaladas con coloridos tejados azules pueblan la isla, espectacular de por sí por el profundo acantilado que la separa del mar. Para los más reacios a andar, la ascensión desde la zona de costa hasta lo alto de la isla se puede realizar montado en burros...una turistada de la que prescindimos sin ningún tipo de problema.










42 A los pies de los Pirineos se sitúa el Parque Nacional de Ordesa y el Monte Perdido, un espectacular paraje natural en el que se pueden realizar todo tipo de actividades de naturaleza (Ordesa, a los pies de los pirineos) La ruta para acceder a la cascada de la cola de caballo está bañada por espectaculares saltos de agua, como el de la imagen, donde el agua en suspensión que se forma al precipitarse al vacío la corriente de agua, y la luz del sol filtrándose entre la vegetación, origina un espectáculo de luz natural difícilmente superable.















41 Otra de esas imágenes de Copenhague que justifican mi especial "cariño" hacia esta ciudad. En el camino que lleva hacia la sirenita se encuentra esta pequeña iglesia, que en los días claros se refleja de forma espectacular en las aguas del canal que la rodea. Pocas veces he podido ver un reflejo tan claro en una aguas que, recuerdo, no están estancadas.





40 El ecuador de la lista me lleva de nuevo de vuelta a Myanmar, más concretamente al lago Inle (Myanmar, lago Inle) Un puente de teca se abre paso hacia ninguna parte, ya que el final del mismo termina en ninguna parte. Los habitantes lo emplean para acceder a los cayucos que sustituyen a los coches y motos en este entorno. Un sitio muy fotogénico, como no, una vez más al atardecer.


39 No podía faltar la foto que, al menos hasta ahora, ha sido el fondo del blog (tal vez en el futuro lo cambie...) Una foto tomada hace muchos años y de la que sinceramente no recuerdo el trayecto. Una puesta de sol, nubes y a bordo de un avión...¡magia asegurada!.



                                                        
 38 El viaje a Mont Blanc dejó muchas imágenes grabadas en mi retina y unas cuantas experiencias que contar a los nietos de los demás (Mont Blanc, el techo de Europa). Cuando se juntan alta montaña, nieve y buen tiempo (despejado al menos, porque a 4000m de altura la temperatura era de pocos grados sobre cero), la diversión está asegurada. El teleférico te transporta desde Chamonix hasta L´Aguille du Midi, a cerca de 4000m de altura, desde donde las vistas de los Alpes cortan la respiración. Una de esas imágenes con el sol como protagonista, aunque no aparezca directamente en la imagen.





37 Hamburgo, al norte de Alemania, es otro de mis destinos frecuentes por motivos profesionales. Una ciudad muy dinámica y viva, una ciudad bonita y una ciudad con un nivel de vida por encima del resto de Alemania. La parte antigua de la ciudad aglutina la mayor parte de los puntos de interés, junto con la zona del puerto, una zona renovada y ganada al mar que acoge muchos de los mejores restaurantes de la ciudad. En la imagen, la plaza central del ayuntamiento, al atardecer.


36 De regreso a Asia, esta vez a Kuala Lumpur (Kuala Lumpur), una ciudad que he tenido la suerte de visitar en varias ocasiones, brindándome la oportunidad de explorar un poco más allá de los típicos destinos turísticos que toda guía de viajes pueda recomendar. El clima en KL es muy caluroso y húmedo, y las tormentas por la tarde suelen ser la constante a lo largo del año. En ocasiones estas tormentas crean juegos de luz como el de la imagen. Por desgracia no pude captar ninguno de los rayos que se dejaban ver entre las luces y las sombras, pero la tormenta vivida aquel día es de las más bonitas que puedo recordar.


35 Dando otro salto de medio mundo nos plantamos en Costa Rica, en el río Celeste (Costa Rica, pura vida), una zona que tiene como elemento diferenciador el profundo color celeste de sus aguas. La imagen muestra precisamente el punto del río en el que el agua toma esa coloración azúl debida a una reacción química proporcionada por unas piedras que se encuentran en la zona. El resultado aguas abajo es espectacular, con un río color celeste que por momentos parece haber sido teñido para la foto. El acceso a la zona no resultó fácil en absoluto: al mal estado de la carretera (sólo accesible en 4x4) se juntó la tremenda lluvia que sufrimos en la senda de acceso al teñidero, como se conoce este lugar.


34 Berlín, y la Puerta de Brandemburgo, auténtico símbolo no sólo de la ciudad sino también de un periodo de nuestra historia reciente (Berlin) Posiblemente el monumento más fotografiado de la ciudad que, en ocasiones, luce tan hermoso como se muestra en la imagen por las diferentes tonalidades de la luz del atardecer.


33 El Cañón del Colorado, uno de esos sitios creados por la naturaleza a lo largo de los años y que hace que tengas que contener la respiración por unos segundos para asimilar tanta grandeza. La piedra muestra unos tonos rojizos característicos, y a los que debe el nombre, tanto al atardecer como al amanecer, pero una vez más la vista al atardecer resulta más agradecida. Difícil elegir una imagen (posiblemente las tenga mejores...¡pero con bicho!), así que me quedo con ésta imagen que fue como un pequeño milagro porque apenas unos minutos antes la niebla invadía el lugar y hasta llegó a nevar...por fortuna el cielo abrió y nos permitió contemplar este escenario único.









32 De vuelta a Myanmar (que ha dado mucho de sí desde el punto de vista de imágenes), y a su capital Yangón (Myanmar, Yangón), me quedo con esta puesta de sol con una enorme esfera de fuego poniéndose en el horizonte como si de una bombilla incandescente se tratara que ha perdido su brillo.







31 ¡Qué decir de la luna! Para un enamorado de nuestro satélite como el que escribe, poder obtener una imagen de la luna como la que se muestra con una cámara convencional no deja de ser un pequeño motivo de orgullo. Me fascina la nitidez con la que se observan los cráteres...he intentado volver a hacer la misma foto en otras ocasiones desde distintos lugares y no he vuelto a obtener un resultado como el mostrado. Para los curiosos, la foto se podría haber tomado desde cualquier lugar del mundo, pero fue tomada en Roma.


30 La ruta 66, otro de esos viajes que quiero realizar...¡ya veremos! Con motivo de la visita a Los Ángeles, las Vegas y el Gran Cañón, pudimos circular por un buen trecho de la mítica ruta 66, que cumplió con las expectativas que había depositado en ella. Interminables rectas sin cruzarte con un sólo coche o camión, con algunos puestos de repostaje que hoy sobreviven gracias al turismo y a haberse reconvertido en tiendas de recuerdos. Un trayecto singular y del que me traje un buen puñado de imágenes.


29 Londres, la capital británica, no está en el grupo de mis ciudades favoritas en Europa (seguramente sea porque a pesar de haberla visitado en multitud de ocasiones no he sabido o podido extraer todo el potencial que la ciudad ofrece). Sin embargo esta imagen panorámica tomada desde el London Eye me gusta bastante, y por eso aparece en ésta posición en este pequeño viaje en imágenes.


28 Volvemos a Río de Janeiro para compartir una preciosa imagen de la ciudad al anochecer, vista desde el Pan de Azúcar, mostrando la ciudad antigua y la playa de Botafogo.


27 El Puente Lisboa Golden Gate es una de las estructuras que más me fascinan del país vecino. Lisboa me parece una ciudad estupenda (no para vivir, pero sí para visitarla tantas veces como sea necesario). Ésta imagen, tomada hace unos cuantos años en un atardecer, me evoca muchos pensamientos sobre la ciudad, una ciudad que he visto como se ha transformado en los últimos años pero sin renunciar a su esencia, aquella que la hace única y especial.


26 La ciudad de Salzburgo es un buen sitio para hacer una pausa de unos días. Situada en un entorno privilegiado entre montañas, ofrece un buen puñado de sitios interesantes que visitar. El río Salzach que divide la ciudad la dota al mismo tiempo de una personalidad única, con altos miradores que se abren paso desde el río y que permiten divisar la ciudad desde otro punto de vista. Una visita más que recomendable.


25 A medio camino entre Europa y Asia se encuentra Estambul, una de las ciudades con más personalidad que he podido visitar. Encrucijada de culturas, la ciudad es hoy en día un destino turístico de primer orden merced a la cuidada oferta hotelera y los encantos propios de la ciudad. Bien es cierto que tiene tantas mezquitas como Roma iglesias, y como decía el amigo con el que visité la ciudad, vista una vistas todas (no es del todo cierto, por supuesto). Desde la torre de Gálata se tienen unas vistas espectaculares del cuerno de oro, y si puedes hacer coincidir la visita con el atardecer, no te arrepentirás al ver como la ciudad se transforma al son de la luz.


24 En esta ocasión un amanecer, desde S. Agustín, en Gran Canaria. Después de tres días viendo preciosos amaneceres de camino al trabajo (originados por la calima), el último día de mi estancia decidí acercarme a la playa para verlo detenidamente. Lamentablemente la calima se estaba retirando, así que la imagen no resulta tan espectacular como aquellos amaneceres que contemplé al volante, pero el reflejo del sol en la arena húmeda de la playa confieren a ésta imagen un sentido especial para mí. De nuevo el paraíso canario...¿alguien lo duda?.


23 Costa Este de Estados Unidos, Florida. Otro de esos atardeceres únicos, mezcla de luces y sombras por la nubes que amenazaban tormenta. No llegó a llover, así que pude disfrutar del atardecer desde el muelle al tiempo que observaba como los pescadores se afanaban en recoger su pesca, mientras los pelícanos hacían suyo aquello que los pescadores despreciaban.


22 Zurich, la capital suiza es otra de esas ciudades que visito con regularidad y casi hasta con precisión suiza cada mes de mayo y de diciembre. A pesar de mis continuas visitas he de admitir que no la conozco tan a fondo como me gustaría: normalmente me quedo en la zona del canal y el lago, que sin duda es la más atractiva. Y para muestra, un botón.






21 De nuevo en Myanmar, esta vez en el templo de la pagoda de la roca, uno de los lugares más únicos que he conocido. Una mezcla de misterio y religión que se unen en un entorno único e incomparable. Una de las mejores decisiones que tomé fue quedarme a ver la puesta de sol, aún a riesgo de perder el transporte de vuelta y tener que recorrer el camino andando. Pero el que no arriesga no triunfa, y al final resultó ser una de las visitas que más me agradaron del viaje (y que queda a menudo fuera de los circuitos turísticos por su difícil acceso).








20 ¡Entramos en el Top 20! La ciudad de Mostar, en Bosnia Herzegovina, quizás les venga a muchos a la cabeza ya que las tropas españolas estuvieron destacadas aquí tras la guerra de los balcanes y participaron, entre otras cosas, en la reconstrucción del puente de Mostar, de especial significado porque une los barrios musulmán y judío de la ciudad. Hoy el puente es un punto de encuentro de turistas y curiosos donde algunos valientes desafían a la gravedad lanzándose al vacío desde lo alto del mismo por un puñado de monedas. Después de haber metido los pies (sólo los pies) en las gélidas aguas del río Neretva, el salto desde los 24m de altura del puente es lo de menos...












19 De nuevo en Mont Blanc; el chupitel central, el más corto, señala directamente a una cúspide redondeada que no es otra que la del Mont Blanc. Una curiosa coincidencia que no dude en retratar cuando me cercioré de ello.









18 Viena, una ciudad histórica y monumental que no necesita carta de presentación para tratar de justificar una visita a la capital austriaca. Viena es de esas ciudades que al principio no me convencieron, pero a fuerza de ir he ido descubriendo sus "secretos" hasta el punto que ahora me ha enganchado. En ocasiones el cielo adopta tonalidades difíciles de describir, dotando de mayor belleza aún si cabe a la ciudad.


17 Rovaniemi, en la Laponia finlandesa (Rovaniemi - Laponia Finlandesa) es una pequeña población situada al borde del Círculo Polar Ártico, hogar de Papá Noel, al que se puede visitar porque está allí todo el día (menos la noche del 24 al 25 de diciembre, claro). Viajando en enero las horas de luz son muy escasas, pero el espectáculo ofrecido por la luz del sol al atardecer en un entorno cubierto por un manto blanco que parece no alterarse por el paso del tiempo, es único. Una imagen lo dice todo:


                                                                 


   

   
16 El Puente de acceso al Castello de Saint Angelo en Roma (Roma), al lado del Vaticano, está custodiado por enormes figuras de ángeles que sostienen distintos objetos. Esta imagen en concreto me fascinó por la fuerza que tiene, y si a eso se le une que la luna (aunque tímidamente y de lejos) se coló en la foto, la convierten en una imagen que tiene que estar en mi lista particular.







15 Seguimos en Roma, una puesta de sol de esas "raras" pero atractivas.


14 Florida, a pesar de estar situada en la costa Este de Estados Unidos, es una península, así que también tiene "vistas" al oeste, lo que hace posible disfrutar de curiosas puestas de sol.


13 En Indonesia, en Kalimantan, tuve la oportunidad de visitar la Reserva de Tanjung Puting, donde los orangutanes están en un estado de semi-libertad (Indonesia - Tanjung Puting). Para una persona a la que le gustan los animales el viaje es como un sueño: verte cara a cara con estos enormes primates y observar sus comportamientos (al tiempo que ellos observan los nuestros) no tiene precio. Guardo muchas imágenes de ésta parte del viaje, pero esta fotografía siempre me ha parecido especial por la actitud que muestra el orangután, que parece sentado en el sofá de casa viendo una película (la película eramos nosotros...).


12 También en Indonesia, pero esta vez en la isla de Bali, se encuentra el templo del lago, un templo situado en un entorno paradisíaco en medio de un lago y rodeado de montañas (Indonesia - Bali). Bali es un destino turístico de primer orden, mayoritariamente debido a sus playas y complejos hoteleros de primer orden a pie de playa, pero el interior alberga templos y lugares que sólo podrás encontrar aquí (al fin y al cabo...una playa es una playa, ¿no?).


11 En Keukenhof (Jardines de Keukenhof), Holanda, cada año entre marzo y junio tiene lugar un espectáculo único: cientos de miles de tulipanes, de todos los colores y distintas formas, se muestran en todo su esplendor, un espectáculo natural que es una explosión de color y naturaleza. El tulipán, siempre relacionado con los Países Bajos, tuvo su apogeo en el SXIX, cuando un bulbo de tulipán valía lo mismo que un piso en Amsterdam...todos sabemos como acaban estas burbujas, pero al menos Holanda supo conservar su "prestigio" en el mundo del cultivo de tulipanes y hoy sigue siendo referente mundial.


10 Entramos en el Top 10 con una curiosa formación tormentosa sobre Miami; la nube parecía surgir de la tierra y alzarse hacia el cielo, así que el patrón del barco decidió poner millas náuticas de por medio por lo que pudiera pasar.


9 De Nueva York ya he hablado, y probablemente el Empire State, junto con la Estatua de la Libertad, sean los dos iconos más conocidos de la ciudad. El problema de subir al Empire State...¡es que no lo ves! Así que subimos al Rockefeller Centre desde donde se tiene esta impresionante vista del perfil de la ciudad. Hacia el otro lado del mirador se contempla central park al completo.


8 Desde los molinos que miran al mar frente a little venecia en Mikonos pude contemplar esta puesta de sol de cine...Hay quien piensa que sobra el barco...¡a mí personalmente me gusta que esté ahí!.









7 Uno de los mayores espectáculos de la naturaleza que se pueden observar, naturaleza salvaje en estado puro, las cataratas de Iguazú, que hacen las veces de frontera natural entre Argentina y Brasil (Iguazú). El estrépito causado por el agua al caer, y la sensación de recibir parte de ese agua en la actividad en barca en el lado argentino son indescriptibles. Otro de esos lugares que te dejan sin palabras, sin aliento...






6 Posiblemente la escena más fotografiada de Colonia en Alemania, con el puente que cruza el Rhin y el perfil de la ciudad antigua y la catedral al fondo, pero es extraño observar el colorido del cielo de esta imagen (llevo 6 años viviendo aquí y sólo lo he observado en esta ocasión...¡lástima de cámara!).


5 Regresamos a Indonesia, a Java, para contemplar el amanecer en el Monte Bromo, con ambos volcanes activos (el Bromo en primer plano y mas bajo y el Semeru al fondo, el cumbre más alta) Un espectáculo único... (Indonesia - Monte Bromo).


4 También en Indonesia, pero esta vez en Kalimantan, durante la excursion en klotok para visitar las reservas de orangutanes, uno de los días nos deleitó con este atardecer...hasta los monos parecen asombrados del espectáculo. Simplemente impresionante.








3 Este maravilloso cielo con tonos naranjas, azúles e incluso violetas podría pertenecer a cualquiera de los paraísos que pueblan la tierra, pero pertenece a un paraíso español, en Cantabria, la playa de Liencres. En un momento complicado de mi vida, ver ese cielo fue como una señal...¡qué belleza!.







2 El viaje a Rovaniemi tenía como principal (casi único objetivo) ver las luces del norte, las auroras boreales. Tras varios intentos fallidos por una meteorología caprichosa, finalmente la tercera noche tuve la oportunidad de vivir en primera persona el (probablemente) mayor espectáculo de la naturaleza (Rovaniemi, auroras boreales). El espectáculo simplemente me dejó boquiabierto...¡deseando poder volver a disfrutar de ellas en el futuro!.











1 Finalmente, coronando el podio, una imagen que me mantuvo pegado a la ventana del B787 que me trasladaba de Bangkok a KL mientras duró el espectáculo: un cielo en llamas.










      Quizás en el futuro haga un repaso de aquellas imágenes que guardo con mas cariño por los recuerdos que traen a mi memoria....pero ese ranking es mas personal y complicado ya que los sentimientos juegan un papel importante, así que de momento...¡dejémoslo en un proyecto de futuro, uno más!